Ť Niño herido a machetazos identifica a agresores


Asesinan y degüellan a dos pro zapatistas en la selva Lacandona

Ť Las víctimas residían en Marqués de Comillas, donde los habitantes viven en resistencia y rechazan "la limosna del gobierno"

Hermann Bellinghausen, enviado, Comitán, Chis., 7 de noviembre Ť Dos personas fueron asesinadas a machetazos y luego decapitadas en la comunidad de Río Salina Cruz, en Marqués de Comillas, en la esquina extrema de la selva Lacandona. Las víctimas, Manuel Méndez Sánchez y su hermana Gloria, de 30 y 28 años, respectivamente, eran campesinos pro zapatistas en dicha comunidad, chol y tzotzil, donde una parte de la población "apoya la resistencia" y se define como pro zapatista, y la otra pertenece al MOCRI, organización que a su vez se define perredista y pro salazarista, y que participó en la Asamblea del Pueblo Chiapaneco y en el gobierno en rebeldía de Amador Avendaño, hace cinco años.

Los asesinos, identificados por Emmanuel Méndez Peñate, de 11 años, hijo de Manuel y único sobreviviente, son Nicolás Méndez López, David Méndez López y Bartolo Méndez Arcos. Un cuarto asesino, que el niño no reconoció, podría ser un hermano de los dos primeros. Y si Emmanuel pudo hablar se debe a que logró escapar, con un machetazo en la espalda, otro en el hombro y una oreja cortada. Hoy, todas las familias en resistencia de Río Salina Cruz se encuentran desplazadas en dos distintos sitios, sin sus casas y propiedades, y temen otra acción similar contra ellos, pues esa amenaza han recibido.

Los hechos ocurrieron el 27 de octubre, en el el camino a la milpa de los asesinados. Y la historia se remonta apenas al día anterior. Como dice un representante de los desplazados tzeltales, "el problema empezó precisamente porque no respetan nuestra resistencia". Caracteriza al MOCRI como "priísta", pues "están de acuerdo con las autoridades municipales de Marqués de Comillas", designadas por el gobierno de Roberto Albores al crear este municipio.

"Vinieron ellos a exigir que recibiéramos el crédito que ofrece el gobierno, y aceptar los proyectos productivos. Fue el compa Manuel Méndez que les dijo: 'Ustedes hagan como quieran, nosotros no estamos de acuerdo, estamos en resistencia como sociedad civil'. Y ellos nos dijeron: 'Ustedes son pinches zapatistas', y les respondimos que no, precisamente somos sociedad civil en resistencia, simpatizamos pero no pertenecemos", continúa el vocero de los desplazados.

Ambiente de "venganza"

A la mañana siguiente, todas las familias del MOCRI abandonaron la comunidad "porque algo iba a pasar". Testimonios de las propias mujeres de la misma organización coinciden en que se les hizo creer que los "zapatistas iban a hacerles algo". "Ahí los dejaron solos a los compas, que comoquiera hicieron su día. A Manuel lo esperaron en su trabajadero, y a él y su hermana los agarraron a machetazos y se lo volaron las cabezas", sigue el denunciante.

Mateo Alvaro Díaz, campesino del MOCRI, por lo visto no enterado de lo que iba a pasar, regresó a Río Salina Cruz y no encontró a nadie de su grupo. Los familiares de las víctimas lo detuvieron y el hombre confesó que algunos compañeros suyos (que resultaron los mismos que el niño reconoció como los atacantes) andaban diciendo días antes que los "zapatistas" iban a dejar la comunidad, pero antes "iban a matar a todos los del MOCRI". Con dicha versión, se justificó un ambiente de "venganza".

Además de los autores materiales, se supone que sabían del ataque el síndico Baltazar López Vásquez y el dirigente del MOCRI en Barrio San José, Tomás Cruz Altunar. Según los desplazados, que presentaron ya la denuncia al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, este último está protegiendo y alimentando a los asesinos.

Debe señalarse que Marqués de Comillas se localiza fuera de la zona de conflicto, en una región donde no se han implantado municipios autónomos, pero donde abundan comunidades que simpatizan con los zapatistas y se mantienen en resistencia, lo cual entienden como "no recibir la limosna y el sobrante que da el gobierno". Los desplazados de Río Salina Cruz aseguran que siempre han vivido pacíficamente, pero que ya anteriormente habían sido amenazados por "no participar en las cosas del gobierno".

Según los denunciantes, Francisco Jiménez Pablo, dirigente del MOCRI, "reconoce que los asesinos son sus gentes, y que el origen de los hechos es porque no estamos de acuerdo para recibir dinero del gobierno", pero también ha intentado protegerlos, y ha dicho "que la culpa es de los zapatistas", y que iban a continuar las acciones contra los "zapatistas".

Los familiares de Manuel y Gloria Méndez acudieron a las autoridades municipales de Marqués de Comillas en busca de justicia, "pero se hicieron pendejos" dice el vocero, "que es un problema de comunidad, que los zapatistas son los cabrones". Incluso se negaban a recoger los cuerpos, pero finalmente tuvieron que hacerlo.

No obstante, el caso está congelado en el limbo de aquí-no-pasó-nada, vamos-a-arreglarnos, y las renovadas amenazas contra los desplazados, porque de ellos es la culpa que los maten.

"Quieren hacer creer que el compañero Manuel había matado un caballo de ellos, que es totalmente falso, y que entonces por eso lo mataron. Están buscando la forma de justificar lo que hicieron", dice el vocero, quien menciona por último que en esa región hay problema de cultivo de drogas, que hay gente armada de los priístas trabajando con los narcotraficantes, y que uno de los problemas de las comunidades en resistencia es que se niegan a sembrar drogas y ser cómplices. "Así que el problema es más grande".

El niño herido, quien llegó casi inconsciente al hospital civil de Villahermosa, Tabasco, estuvo a punto de morir, pero ya se encuentra fuera de peligro. Su familia está escondida en el monte, junto con muchas otras, mientras la justicia está dormida.