MIERCOLES 8 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť La de los 90 no fue una década perdida para los mexicanos, aseguró
Zedillo: superaron los indicadores sociales al crecimiento poblacional
Ť Presentó el INEGI nuevos resultados del 12 Censo General de Población y Vivienda
Ť "México dejó de ser un país de primaria para ser prácticamente un país de secundaria", dijo
Ť Notables avances educativos en Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Puebla y Guanajuato
Georgina Saldierna Ť El presidente Ernesto Zedillo aseguró ayer que la de los 90 no fue una década pérdida para los mexicanos, pues el crecimiento de prácticamente todos los indicadores sociales se mantuvo por encima del aumento de la población. Ejemplificó que el promedio de escolaridad de las personas mayores de 15 años se incrementó de 6.6 años en 1990 a 7.6, con lo que "México dejó de ser un país de primaria para ser prácticamente un país de secundaria".
Al conocer nuevos resultados del 12 Censo General de Población y Vivienda 2000, estimó que "si se sigue avanzando a ese ritmo, no está lejos el día en que será posible ser un país de bachillerato".
Frente al director del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), Antonio Puig Escudero, el jefe del Ejecutivo federal se congratuló de que los avances más notables en educación se registraron en las entidades con mayores rezagos sociales, como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Puebla y Guanajuato, en donde los promedios de escolaridad se ubicaron en 5.6, 6.3, 5.8, 6.7, 6.9 y 6.4, respectivamente, lo que implicó un aumento de entre 1.3 y 1.5 años, respecto de 1990.
Sin embargo, el responsable del INEGI advirtió que de continuar el actual ritmo de crecimiento de la escolaridad en estas entidades, "tendrían que pasar más de tres décadas para alcanzar el nivel que actualmente registra el Distrito Federal".
La capital del país, junto a Nuevo León y Coahuila, tiene los indicadores más altos de escolaridad. La primera llegó a 9.7 años, casi el primer año de preparatoria; el segundo a 8.9, prácticamente la secundaria completa, y el tercero a 8.5 años.
Necesario, un esfuerzo extra
El director del INEGI fue más allá al señalar que México debe hacer un esfuerzo extraordinario si no se quiere rezagar con respecto a otros países, donde la tónica a seguir será la del entrenamiento y el reentrenamiento constante a lo largo de la vida de los individuos. Puso como ejemplo a Estados Unidos y Canadá, cuyos niveles de escolaridad se ubican en 16.3 y 17.5 años, respectivamente, mientras los de Chile y Brasil son de 11.8 y 11.1.
El funcionario dijo que asisten a la escuela 95 por ciento de los niños de entre 6 y 9 años; 90 de los que tienen entre 10 y 14; 46.7 de los de 15 a 19, y 17.7 por ciento de los jóvenes de 20 a 24 años.
Durante la presentación de los resultados del censo, Puig Escudero resaltó que la población de México asciende a 97 millones de personas, de las cuales 34 por ciento corresponde a mexicanos menores de 15 años; 60.6 por ciento a los que se ubican entre 15 y 64 años, y 5 por ciento a los que se encuentran en edad avanzada. En 1990, la participación de estos grupos de edad era de 38.3, 56.8 y 4.1 por ciento, respectivamente.
Por lo que hace a la fecundidad, señaló que la proporción de mujeres de 30 a 34 años que tiene más de tres hijos es de 23.3 por ciento, lo cual significa una reducción de 12.2 puntos respecto de 1990, cuando el índice se ubicó en 35.5 por ciento. Entre las mujeres de 45 a 49 años, la proporción de las que tienen más de tres hijos se redujo de 67.3 a 55.6 en el mismo periodo.
Un dato curioso que arrojó el censo es que ha disminuido el número de personas solteras en los últimos 10 años, mientras el de casados se ubica en la misma proporción, pero el de divorciados y separados se ha elevado.
Así, la estructura conyugal muestra que 36.9 por ciento de la población es soltera, 44.5 casada, 10.4 vive en unión libre y 8.1 es separada, viuda o divorciada.
La proporción más alta de solteros la tiene Querétaro, con 40.4 por ciento; la de casados Nuevo León, con 52; la de personas en unión libre Chiapas, con 18.4, y la de separadas o divorciadas el Distrito Federal, con 10.7 por ciento.
En relación con el ingreso de las familias, Puig Escudero destacó que el porcentaje de ocupados que no recibieron ningún pago se incrementó de 7.2 a 10.1 por ciento; los que perciben hasta dos salarios mínimos disminuyó de 56 a 42 por ciento, y los que obtienen más de dos minisalarios pasó de 32.5 a 42.7 por ciento en los últimos 10 años.
Como un Estado plural, agregó, México tiene una importante presencia de grupos minoritarios: 2.2 millones de discapacitados, 7.6 millones de indígenas, 10 millones de personas no católicas y 4.7 millones de mujeres jefas de hogar.
En 1990, de cada cien mujeres en edad activa, trabajaban cerca de 20, y en la actualidad lo hacen 31.
16 millones más en un decenio
Luego de escuchar los resultados del censo, el presidente Ernesto Zedillo resaltó que en la última década aumentó el número de mexicanos en 16 millones de personas, cifra que por sí misma supera a la población individual de 32 países de América Latina y a la de 33 de Europa.
Agregó que tres quintas partes de la población se encuentran en la etapa productiva de su vida, lo que significa que "estamos entrando a un periodo en el que el número de personas que trabajan será proporcionalmente más alto que nunca". Con esto se abre un espacio de oportunidades que se estima será de 20 a 30 años, para incrementar el ingreso de los hogares y el ahorro familiar, simplemente como efecto demográfico y con la consecuente posibilidad de que crezca el bienestar de la población más rápidamente.
El jefe del Ejecutivo manifestó que en 1990 sólo dos entidades -el Distrito Federal y Nuevo León- alcanzaban el nivel más elevado de bienestar, y en la actualidad hay once estados en esta situación.
Esto, aunado a los avances en educación, ingreso familiar y cobertura de los servicios de salud, confirma que la de los 90 no fue una década perdida para los mexicanos; que se cumplieron las metas propuestas en el Plan Nacional de Desarrollo y que hay una nueva plataforma desde la que se pueden plantear objetivos más ambiciosos.