MARTES 7 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Las esculturas monumentales de Soriano, entre lo que llamó la atención
Insulsa, la fiesta de muertos de Aguascalientes
Arturo Cruz Bárcenas, enviado, Aguascalientes, Ags. Ť A seis años de haberse iniciado, el Festival de las Calaveras -cuya sexta versión concluyó el pasado domingo- muestra avances, pero también estancamientos.
El concepto, el trazo plástico, la estética, se enraiza, se hunde más en el pasado que en el presente. La propuesta, para ser novedosa, tiene que mostrar la faz de lo moderno, para que tanto talento y entusiasmo no se desperdicien. La fiesta del Día de Muertos es mucho más que ponerse una máscara inspirada en algún grabado de Posada.
Es loable el esfuerzo de los organizadores por concitar al pueblo en las casi 300 actividades que integraron el programa, algunos de cuyos actos son de una elevada calidad como en el caso de los conciertos de la Orquesta Sinfónica de esta ciudad o del concurso de grabado; los aguascalentenses se desbordaron en parques y jardines, calles y teatros, panteones y cerros, en actividades gratuitas, las más, y, las menos, con precios de entrada verdaderamente accesibles.
La actividad de cierre del festival (un desfile con carros alegóricos alusivos a las leyendas de esta ciudad), la noche del pasado sábado, fue un corolario de algo que pudo ser... pero que no fue.
El grupo de la escuela taurina, con toreritos ejecutando chicuelinas y pases que dejaron con el ojo cuadrado a más de uno, pudo haberse explotado más. ƑPor qué no torear a la muerte? Si es la festejada.
Los carros con enmascarados de lucha libre triple A daban para más. Tinieblas, Alushe, Super Muñeco y otros sólo pasaron alzando la mano. ƑDónde quedó la imaginación, el detalle para que el carisma de los gladiadores quedara impreso en la memoria? El espectáculo es la sorpresa, como ha explicado Savater. El entusiasmo de los cientos de alumnos de diferentes escuelas tiene que canalizarse. La potencia tiene que estallar en acto estético. Las ganas no bastan, más si lo que se pretende es hacer del festival un imán de turismo cultural.
Hay idea, pero ésta aún no cuaja. Cada uno de los carros alegóricos en el desfile final, fue un preámbulo. "Hay cosas muy sebas", comentó una chava a la que de plano no le gustó el desfile de cierre del festival, en el participaron 28 dependencias del gobierno del estado y más de 30 organismos y grupos no institucionalizados.
Otros encuentros
En el marco de esta actividad, también se realizaron encuentros con fines financieros. Hubo momentos de emoción, como el homenaje a los que se nos adelantaron en la Rotonda de los Hombres Ilustres; las esculturas monumentales de Juan Soriano; la caminata nocturna Ilumínale los pies al muerto; el altar y momia del padre Peña en las Catacumbas de San Diego; el récord Guinness del pan de muerto más grande del mundo; los calaca tours. Fueron 29 actividades diarias; del total de 296, 226 fueron gratuitas.
Se huía del jálogüin, pero éste estuvo presente en el desfile final. Pretendía defenderse la tradición del Día de Muertos contra el empuje del día de brujas, pero los chavos, escolapios bailaron al ritmo de Backstreet Boys y hasta de Michael Jackson y su viejo Thriller.
El Altar viviente, performance de seis cuadros con música y diálogos, basado en grabados de José Guadalupe Posada, fue de lo mejor. Buena idea la de dedicar el desfile a las leyendas de esta ciudad. Al calor de una de ellas, El Chan del Agua, que se remonta a 1880, se relata que había un charco llamado del Campanero donde los soldados bañaban a sus caballos. Ahí, se dice, moraba un personaje parecido a un hombre y a un lagarto: el Chan del Agua. Las damitas que daban su mal paso decían que habían sido atacadas por el Chan, que acaba siendo padre de más de cuatro.
Los fuegos artificiales se sebaron. Lo que sí estuvo chévere fue la verbena popular. Antojitos propios de estas tierras hicieron su efecto: hacer saber a los mortales que la vida sigue.
Ya se anuncia el que será el séptimo festival y el cartel oficial se parece al del sexto. Puro pozadazo. ƑPor qué no darle oportunidad a la leyenda de La China Hilaria, quien enfrentó el hostigamiento sexual de un sujeto libidinoso, un chamuco pervertidón; o al Muerto precavido, que no quería ser enterrado vivo; o La aparecida de Cañada Honda, mujer a quien enterraron con todas sus joyas...
Como se dice por ahí: hay más tiempo que vida... para hacer de este festival una actividad que compita con sus similares y otras ofertas de estados circunvecinos. Lo que sí quedó claro es que Aguascalientes es más que la Feria de San Marcos, con sus abominables noches sibaríticas.