MARTES 7 DE NOVIEMBRE DE 2000
La separación de las siamesas Mary y Jodie enfrenta a la sociedad inglesa
Una vida por una muerte
Afp, Reuters, Dpa y Ap, Manchester, 6 de noviembre Ť Médicos británicos comenzaron hoy, en esta ciudad, la operación para separar a las hermanas siamesas Jodie y Mary, pese a la oposición de sus padres, galenos y grupos de antiabortistas. La operación se inició en la mañana y se prolongará unas 15 horas. En la misma participa "un equipo especializado" de 20 personas, informaron fuentes del hospital St. Mary de Manchester.
El caso de las siamesas, unidas por el abdomen y la columna vertebral, se convirtió en una cuestión ética, ya que Mary morirá en el quirófano porque su cerebro no funciona y depende por completo del corazón y los pulmones de Jodie para vivir. Tras la separación quirúrgica Jodie tiene 95 por ciento de posibilidades de sobrevivir y llevar una vida normal, aunque deberá pasar sus primeros cinco años en el hospital.
Las niñas, identificadas con seudónimo, nacieron el pasado 8 de agosto y desde entonces fueron el centro de una batalla entre sus padres, católicos fervientes originarios de la isla maltesa de Gozo, y los médicos, quienes advirtieron que sin la operación ambas morirían en unos meses.
Los padres, cuya identidad se mantiene en secreto, se opusieron a la separación argumentando que Dios era quien debía decidir sobre la suerte de sus hijas. El asunto llegó a los tribunales.
La High Court de Londres, el más alto tribunal británico, aceptó los alegatos médicos y ordenó la operación. Los ma gistrados aseguraron que fue una decisión "dolorosamente difícil" que les costó "noches de insomnio", pero consideraron que era más razonable tratar de salvar la vida de una de las nenas. Entonces los papás decidieron no contravenir el mandato judicial.
La Asociación de Pediatras de Malta pidió este lunes no separar a las siamesas alegando que "los padres han manifestado claramente su deseo de dejar que la naturaleza siga su curso", y son los padres de bebés gravemente discapacitados los que tienen la palabra final sobre el tratamiento de sus hijos, pero la operación ya había comenzado.
El arzobispo católico de Westminster, Cormac Murphy-O'Connor, también se sumó a las críticas y sostuvo que nadie debe ser asesinado para que otra persona viva, porque no hay vida que sea más valiosa que otra.
Incluso algunos médicos tomaron una postura extrema al afirmar que Mary es un "tumor" que debe ser extirpado de raíz, mientras hermanos siameses adultos, cuya identidad no fue precisada por las agencias, se manifestaron contra la operación porque ellos jamás quisieron ser separados.
La justicia británica rechazó el viernes una apelación presentada por el grupo antiabortista Prolife Alliance, que pidió que el caso fuera analizado en la Cámara de los Lores. Para la organización, la cirugía era equivalente a la eugenesia practicada por los nazis en Alemania.
En un comunicado Prolife Alliance sostuvo que "se pondrá fin a la vida de Mary no porque sea una siamesa, no por el corazón o porque la vida de Jodie esté amenazada, sino porque es retrasada mental y se considera que su vida no tiene valor intrínseco. Son momentos muy tristes para las leyes y la medicina inglesas".
El editor del Boletín de Etica Médica, Richard Nicholson, acusó a los abogados de tratar a los padres de las siamesas sin consideración y afirmó que el pronóstico sobre Jodie y su calidad de vida "son muy limitados. No hay razones éticas claramente establecidas que indiquen que éste es el procedimiento correcto".
Según expertos, el caso de las siamesas podría establecer un precedente peligroso en las leyes médicas.
La parte más difícil de la intervención es la separación de la columna vertebral, y los médicos tienen la tarea principal de reconstruir la vagina y el recto de Jodie con trasplantes de piel de su hermana.
Un amigo cercano relató a la cadena de televisión BBC que los padres estaban resignados a perder a una de las nenas y esperaban informes sobre la operación, mientras autoridades del hospital St. Mary declararon en un comunicado: "nuestros pensamientos están dedicados ahora a los padres y al equipo quirúrgico".
Los papás de las siamesas vendieron en 250 mil dólares los derechos de su historia a una cadena de televisión británica cuyo nombre no se precisó. Ese dinero servirá, dijeron, para el tratamiento médico que necesitará Jodie en los próximos años.