MARTES 7 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Sin precedente, el flujo de recursos; se han gastado en campañas 3 mil mdd
Hoy, la elección presidencial más cara de la historia estadunidense
Ť Gore y Bush visitan 12 estados las últimas 48 horas; pronostican un abstencionismo de 50%
Ť Unas cuantas "entidades claves" determinarán el resultado nacional; "nada está dado"
Ť También en juego, 435 curules de la Cámara baja, 34 puestos del Senado y 11 gubernaturas
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 6 de noviembre Ť El candidato presidencial demócrata, Al Gore, y su contrincante republicano, George W. Bush, concluirán mañana la elección nacional más cara de la historia, pero a pesar del flujo sin precedente de fondos para convencer a 200 millones de ciudadanos con derecho al voto, los expertos pronostican que sólo 50 por ciento participará en estos, los primeros comicios estadunidenses del nuevo siglo.
El ganador de esta elección presidencial será el que haya logrado convencer a suficientes votantes de otorgarle una mayoría simple en unos cuantos estados claves que determinarán el resultado nacional, y con esto en mente, tanto Gore como Bush usaron las últimas 48 horas para promover el voto a su favor en una docena de entidades. Gore visitó este lunes Missouri, Iowa, Michigan y Florida, mientras Bush emprendió giras por Tennessee, Wisconsin, Iowa y Arkansas.
"No podemos tomar nada por dado, tenemos que asegurar que trabajamos duro para sacar ese voto", declaró Bush hoy en un ac
to en el estado natal de su contrincante, Tennessee. Mientras tanto, Gore acabó esta noche en Florida, estado en disputa a pesar de que el gobernador es el hermano de su contrincante. "Estoy muy optimista y por eso estoy cerrando mi campaña en Florida esta noche", afirmó Gore.
En la elección nacional de este martes, está en juego la presidencia, las 435 curules de la Cámara baja del Congreso y 34 de los 100 puestos del Senado. Además, hay 11 gubernaturas y miles de puestos locales que se someten ante el electorado.
Hoy día, el Partido Republicano, por márgenes pequeños, controla las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos y, si después del martes logra mantener su mayoría legislativa y Bush es nombrado triunfador, el Partido Republicano controlará dos de las tres ramas del gobierno (Ejecutivo y Legislativo) por primera vez desde 1955.
Como siempre es el caso, los políticos y candidatos pintan la elección como un gran evento histórico. Si los republicanos logran ocupar la Casa Blanca y las dos cámaras en el Capitolio, también podrán tener la oportunidad de nombrar entre tres y cuatro nuevos jueces en la Suprema Corte en los próximos cuatro años, debido a la avanzada edad de algunos de los nueve jueces vitalicios.
Si eso ocurre, resultaría que los republicanos lograrían imponer su control sobre las tres ramas del gobierno federal. Se considera poco probable, aunque posible, que los demócratas podrían sorprender y reconquistar las mayorías en las dos cámaras legislativas y retener su control sobre la presidencia.
Hay algunos expertos que sugieren que si Bush gana la presidencia, ese voto también beneficiará a las campañas de los candidatos legislativos de su partido y, claro, lo opuesto es también posible si gana Gore. Pero históricamente el electorado ha mostrado su preferencia por un "gobierno dividido", y los resultados podrían ofrecer algo parecido a lo que existe hoy: un partido en la Casa Blanca, el otro en control del Congreso.
Pero la tendencia más preocupante para este ejercicio democrático es que una minoría determina el supuesto sentir del
"pueblo" en las elecciones. Curtis Gans, director del Centro para el Estudio del Electorado Americano, señala que una vez más se espera que sólo la mitad de los 200 millones de estadunidenses con derecho al voto participará en esta celebración democrática. Solamente 49 por ciento de los estadunidenses con derecho al voto participó en las últimas elecciones presidenciales en 1996, una reducción notable de 63 por ciento que participó en 1960, y un nivel muy bajo en comparación con los índices de 70 a 80 por ciento en la mayoría de los países de occidente. Ese 50 por ciento que no participa incluye, según diversos estudios, a jóvenes, la población de menores ingresos y latinos.
Además, Gans señala que esta será la tercera elección presidencial consecutiva en la que el triunfador probablemente ganará con el apoyo de menos de 50 por ciento de los que emitieron votos. En 1992 Bill Clinton ganó la presidencia con el apoyo de 43 por ciento del electorado que participó en la elección, y en 1996 ganó su reelección con 49 por ciento (en ambas elecciones, cabe señalar que la candidatura de tercer partido de Ross Perot restó votos a los dos candidatos principales).
A pesar de la inversión sin precedentes en lo que los políticos insisten es una elección "histórica", se pronostica que gran parte, y tal vez la mayoría, de este pueblo no la considera como algo en lo que valga la pena participar. El Centro para el Estudio del Electorado Americano calcula que para este martes se habrán gastado más de 3 mil millones de dólares en las campañas presidenciales y legislativas federales, y otros mil millones en las elecciones a nivel estatal, 50 por ciento más de lo que se ha gastado en cualquier elección anterior.