MARTES 7 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Astillero Ť
Ť Julio Hernández López Ť
Con el manejo que está dando al asunto de las protestas de burócratas en demanda de bono sexenal, el gobierno zedillista está dejando al venidero una herencia envenenada: la evidencia de que las presiones políticas fuertes pueden hacer que se retuerza cuanto sea necesario la letra de la ley.
Un regalo de ese tipo puede ser altamente lesivo para el "equipazo" que a título de gabinete presidencial entregará Vicente Fox a los mexicanos a partir de este 1 de diciembre, pues la inexperiencia, la intolerancia y los mareos propios del escalamiento del ladrillo llamado poder podrían chocar de manera grave con sectores sociales acostumbrados a la confrontación política y, en el caso de los burócratas, cebados con el aroma de la victoria reciente.
El punto fino de todo este episodio es que a ojos vistos el equipo zedillista, en especial José Angel Gurría, está haciendo esfuerzos escandalosos para tratar de hacernos creer que es legal y legítimo el pago de dinero que no estaba presupuestado. Por más vueltas que le dé el secretario de Hacienda, por más malabarismos verbales que se hagan, queda a la vista de todos que el gobierno zedillista ha decidido violar la ley para sacar de su chistera presupuestal un escuálido conejo de magia que ni siquiera ha logrado conmover a la audiencia, acostumbrada a emociones más fuertes.
Tan malo es el truco del bono sexenal, que no es bono sexenal, que los sindicatos disidentes han desconocido el acuerdo entre Gurría, Diódoro Carrasco y Joel Ayala y se aprestan a continuar con movilizaciones que exigen más de los mil 600 pesos por burócrata ofrecidos hasta ahora, un mayor pago de aguinaldo y otras prestaciones laborales. A las demandas originales se habrán de sumar las exigencias de trabajadores al servicio de otras entidades federales que no fueron beneficiadas, y a quienes ahora les han dejado muy claro que, para conseguir lo que desean, deben protestar como lo han hecho sus compañeros.
Esa herencia envenenada, que ni siquiera es pensable que el zedillismo esté dejando de manera intencional o por razones estratégicas, podría sentar difíciles precedentes para el gobierno al que sólo le faltan unas semanas para comenzar a funcionar.
Moral y moralina
Aun cuando pudo haber sido favorable la primera impresión de las giras revisoras nocturnas de Rosario Robles por discotecas y antros, organizadas luego del ahogo de niño habido en la discoteca Lobohombo, es difícil no percibir un pesado tono moralino impropio de las formaciones de izquierda en esos rondines que suenan más a estrategia de publicidad que a solución real de los problemas.
Pareciera increíble que una de las posturas más sensatas generadas hasta ahora sobre el tema provenga de un panista, el delegado en la demarcación capitalina Miguel Hidalgo. En efecto, Arne aus den Ruthen ha dicho, según nota de Luz Romano publicada en Reforma: "El PRD ha emprendido hoy una campaña moralista contra los giros negros producto de 20 vidas que no vamos a recuperar por más sellos de clausura que pongamos; eso es un remedio al problema político que ya se les desbordó."
Y para demostrar los vuelcos que va dando la política mexicana, en los que ya no se sabe dónde queda la izquierda y dónde la derecha, el jefe delegacional citado señaló: "Tenemos que ver por la seguridad, no por asuntos morales" y, en relación con el funcionamiento de casas que ofrecen servicios sexuales aunque se amparen bajo los rubros de masajes o servicios de acompañamiento, mencionó que "si ellos realmente acreditan su legal operación, desde luego que cualquier cosa puede funcionar".
Y algo más que los altos personajes del sol azteca podrían decir con más elegancia que la guerra de descalificaciones mutuas en la que andan metidos: "Hay muchísimos establecimientos que no reúnen las medidas de seguridad. El gobierno cedió autoridad a particulares desde hace muchísimos años. Fue tolerante. El gobierno perrredista tuvo avances, pero no fueron suficientes". Lo que le faltaba al PRD: un panista criticando sus campañas moralistas.
Baja California
En julio de 2001 deberá elegirse al nuevo gobernador de Baja California, de tal manera que nada más pasar Navidad y Año Nuevo y ya estarán pujando diversos políticos para que se les elija candidatos de su respectivo partido. El PAN, en el poder desde que Ernesto Ruffo rompió el monopolio priísta de gobernadores, tiene a Eugenio Elorduy, concesionario de la Ford, como principal aspirante, y en segundo lugar a Francisco Kiko Vega de la Madrid, actual presidente municipal de Tijuana. Casi sin posibilidades, pero hacen ruido en el partido blanquiazul Fortunato Alvarez Enríquez y J. Guadalupe Osuna Millán. Del lado priísta encabeza la nómina Amador Rodríguez Lozano, quien se ha especializado en encabezar la pretensión priísta de recuperar el poder, habiendo sido él mismo víctima en dos ocasiones del éxito electoral panista. Otro diputado federal, como Rodríguez Lozano, es Jaime Martínez Veloz, quien por el contrario ha ganado diversos comicios, pero no tiene el tiempo de residencia que la Constitución local exige a quienes, como él, no son nativos (es de Saltillo, Coahuila), de tal manera que está absolutamente descartada la posibilidad de que sea candidato a gobernador, aunque mantiene abierta la incómoda posibilidad de ser candidato a la alcaldía de Tijuana. El PRD, por su parte, tiene como principal aspirante a Gastón Luken, un ruffista que ocupó la contraloría del gobierno cardenista de la capital del país y que ahora es sugerido como una propuesta que unifique a los partidos tricolor y del sol azteca...
Patrón, patroncito, patrocinador
Fox busca desesperadamente quién le dé dinero para sufragar sus ampulosas fiestas de asunción. Una opción muy seriamente prevista es que empresas privadas financien los actos relacionados con esa toma de posesión que el guanajuatense sueña imperial. Papitas, refrescos o condones podrían anunciarse como patrocinadores oficiales de esa ceremonia republicana. Al estilo de Hugo Sánchez, quien como entrenador de los Pumas llevaba en el saco etiquetas de empresas que así le patrocinaban, el Presidente de México podría aparecer el 1 de diciembre con llamativos anuncios comerciales sobre su traje formal. Y dado que es el propio Presidente electo quien lleva a terrenos de irrespetuosidad actos de protocolo que debería ser el primero en cuidar, es dable especular sobre la manera en que se vería la banda presidencial acompañada por las marcas de los patrocinadores oficiales, seguramente la Coca Cola en primer lugar.
ƑCómo le pagaremos al patroncito (patrocinador)?
A los priístas que pedían a empresarios o capitalistas privados que les ayudaran en actos políticos se les acusaba de traficantes de influencias, corruptos, pervertidores de la función pública y de entrar en evidente conflicto de intereses. Pero si el ayudado por tales intereses privados es un opositor al PRI, y no se diga el foxismo, entonces se está en presencia de un servicio a la Patria, una prueba de solidaridad humana y un gesto propio de toda gente decente. Así, esa visión selectiva da por bondadoso y plausible el hecho de que Roberto Hernández, el dueño de Banamex, le haya prestado residencias al presidente electo para que despache mientras toma posesión, o que Gastón Azcárraga le permita utilizar suites del Fiesta Americana para trabajar, o que el grupo de Alfonso Romo, Pulsar, y el asociado Pedro Aspe, le ayuden con dinero para efectos políticos. Tal visión discriminatoria asume que ellos, y otros empresarios más que están en la misma situación, no buscarán hacer negocios al amparo del poder aunque los nombren en la Secretaría de Turismo, como se dice que sucederá con Azcárraga, o en la de Hacienda, como se especula con respecto a Aspe. No: recuérdese que lo que en el rico es fiesta, en el pobre es borrachera.
Astillas: Herminio Blanco enviará cartas a quienes hayan pagado el Renave para que le digan cómo quieren que el gobierno de Fox les devuelva ese dinero...
Fax: 55 45 04 73 Correo electrónico: