LUNES 6 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Médicos calculan en 10 mil la cifra real de niños y adolescentes infectados


Hay mil 100 menores mexicanos con sida

Carolina Gómez Mena Ť En México hay mil 100 casos reportados de sida en menores de entre cero y 18 años; no obstante, se estima que el número de infectados asintomáticos (seropositivos) sumados a los casos no reportados podrían incrementar esta cifra entre seis o 10 veces, es decir, en el país habría hasta 10 mil infantes afectados por el virus.

De éstos, alrededor de 10 por ciento adquirieron el VIH durante su desarrollo intrauterino, 60 durante el parto, 10 cuando fueron amamantados, otro porcentaje similar por transfusiones, alrededor de tres a cinco por ciento por vía sexual, y en la mínima parte el medio de contagio no es claro, señaló Fortino Solórzano Santos, jefe del Departamento de Infectología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI.

En entrevista con La Jornada, el especialista detalló que la mayoría de los bebés se infecta en el momento del nacimiento, específicamente cuando pasan por el canal de parto, ocasión en que hay contacto directo entre la sangre materna y los fluidos vaginales con el menor y los productos placentarios. También, aunque menos frecuente, es la adquisición intrauterina, especialmente cuando hay desprendimientos prematuros de placenta, rupturas de membranas fetales y salida de líquido amniótico.

En México también se infectaron niños por transfusiones extra e intrauterinas, reconoció el galeno, pero aclaró que esta modalidad de contagio quedó prácticamente erradicada desde 1985, cuando fue requisito indispensable someter a estudios la sangre de los donadores.

Solórzano Santos puntualizó que las manifestaciones del mal en los niños difieren en ciertos aspectos de las observadas en los adultos, aunque siempre el rasgo común es la recurrencia de infecciones oportunistas. En los menores de un año se sospecha de la portación del VIH cuando el infante no sube de peso ni de talla de manera normal, y esto se acompaña de cuadros graves y repetidos de neumonías, diarreas crónicas, incremento del tamaño de los ganglios linfáticos, fiebres persistentes sin causa aparente e incluso meningitis y evidencias de retraso sicomotor, o bien cuando se sabe que los padres están infectados.

En los mayores puede presentarse lo descrito, así como lesiones en piel y alteración del Sistema Nervioso Central (SNC), y en los adolescentes hay sospecha cuando presentan enfermedades de transmisión sexual acompañadas de cuadros de deficiencia inmunológica.

El médico sostuvo que actualmente, debido a la aplicación de tratamientos de alta eficacia y al remplazo de la monoterapia con AZT, por combinación de tres y hasta cuatro medicamentos, se ha prolongado la vida de los niños.

Apuntó que el único problema radica en que muchas de las medicinas generan efectos secundarios, tales como gastritis, anemias y discretas alteraciones de lípidos en sangre, las que se acompañan generalmente de disfunciones estomacales, náuseas y vómitos, debido a que las combinaciones de medicamentos "saben feo". No obstante, refirió que esto último se superará a corto plazo, porque los laboratorios comienzan ya a producir presentaciones pediátricas.

La dificultad para ellos -continuó- es el rechazo de maestros y padres de compañeros de salón. "Ellos pueden estar en contacto con cualquier persona, (sólo con reservas cuando hay heridas sangrantes). No transmiten la infección, porque los abracen, besen, acaricien o les tomen la mano, al contrario, son niños que requieren de mucho afecto. Son niños sin culpas, pero sí con un mal hasta ahora incurable", concluyó.