Sexosa revenjornada en Acapulco
Ť Predominaron las nalgas al aire en la segunda noche del encuentro electrodancístico Ť Los DJ's David Morales y Frankie Knuckles alternaron con Medicine Drum y Jazzanova, entre otros
Patricia Peñaloza, especial para La Jornada Ť La oscuridad salitrosa que hizo de puente entre el viernes y sábado significó la segunda noche del Aca World Sound Festival, primigenio en sus características en Latinoamérica en cuanto a su dimensión y saldo blanco. Unos 18 mil chavales (en la primera revenjornada hubo quince mil) agudizaron la personalidad y los ambientes de cada escenario. Esa madrugada, en que Costera y carretera estuvieron al doble de atascadas, el placer dancístico fue dominado por: la efusividad del DJ David Morales, acompañado del master Frankie Knuckles; el trance profundo del veterano proyecto Banco de Gaia; la ricura del colectivo Jazzanova y la propuesta percusiva de Medicine Drum.
Las imágenes y los sonidos se superponen unos sobre otros; la percepción retiene conceptos simultáneos vertiginosamente cual si se estuviera frente a múltiples pantallas interactivas: un mar cercano pero cercado, un género y luego otro, rostros y vestimentas que se repiten y bifurcan, sonrisas, performances y disfraces, bailes distantes, pieles, instintos moderados, exaltaciones relajadas, serenas, para que duren más, toda la noche
Mientras la primera velada todo fue disperso y exploratorio, los asistentes a la segunda parte se fueron instalando según sus perfiles: "Un solo río fluye" se estableció definitivo como el apartado más hippie y sabrosón, en el que la vibra era relajada, el baile cadencioso, en el que Jason Bentley y Jazzanova mezclaron ritmos brasileños, mucho acid jazz y cósmicos breakbeats, mientras unos pintores y los mismos DJ's iban dibujando sobre retablos en escena, tornamesas y frases Magrittescas: "This is not a turntable", y mujeres cubistas. El que fuera el único escenario con mesas y sillas abajo, hizo del área una apacible fiesta playa/pueblerina.
Entre travestis y televisos
El escenario "Encuentro de dos almas" tuvo un éxito tremendo en cuanto a número de asistentes, a diferencia del primer día, en que estuvo medio vacío ?en sus momentos álgidos alcanzó a haber unos dos mil. Se trató del área más sexosa (la de los condones gigantes y colgantes), muy tipo antro cool del DF, en la que sobre tarimas, bellas modelos le dieron al agasaje bailador en bikinis diminutos. Causaron sensación dos chicas: una que se agachaba en 90 grados para hacer vibrar sus nalguitas, jalarse el calzoncito, con agua mojarse y mojar a los muchachos enfebrecidos; una más cargó sobre sus hombros a otra chava, pero por su frente, no por la espalda, de modo que su boca quedaba muy cerca de la entrepierna de la otra. Imagine el resto. Travestis también le dieron al bailongo de plataforma, y todo esto ambientado por los más explosivos DJ's house del momento: David Morales, Frankie Knuckles y el originalísimo Satoshi Tomiie, quienes han mezclado a artistas como Madonna, Jamiroquai, David Bowie, U2; te ponían a bailar a fuerza, y de muy buen humor. Gran predecesor fue el DJ nacional Baby Héctor Romero. Y para el detalle teveynovelero, por ahí bailaban las actricitas televisas Irán Castillo, muy modosita, y Laisha Wilkins, muy de la mano de Facundo, conductor del programa de TV "Toma libre".
En "Los límites de la percepción", performance y dub predominaron con la experimentación gustosa por fusionar elementos tradicionales con innovadores; Foxgluv por un lado, de San Francisco, hizo alusión a la cultura prehispánica latinoamericana, y combinó guitarra eléctrica con beats electrónicos; Medicine Drum, por su lado, gusta de samplear percusiones silvestres. En los intermedios de arena entre escenarios, algunos asistentes guardaron energías durmiendo en hamacas instaladas en pilares de madera enfilados. Un performance más se llevó a cabo en la pirámide/teocalli hechiza, en la que entre antorchas se ejecutó la Danza del Venado.
El enorme escenario principal se lució con la presencia nacional de los DJ's Martín Parra y Tiny Toon. Mas sin duda los grandes de la noche fueron Deep Dish, con un house progresivo de lo más clavador, apto para el trance de piernas, y Banco de Gaia, estrellototota encabezada por el inglés Toby Marks, pionero del acid house en los años 80, ejecutante de una rítmica menos barroca que las actuales, profundo, y más melódico; absolutamente progresivo, fino y perfeccionista, con todo y baterista en vivo, además de las guitarras y los sintetizadores que Marks tocó deliciosamente. Lástima que ante él, mucha gente, impaciente por no oír punchis vertiginosos, se alejó hacia otras ritmias.
Las ojeras se agudizan, pero el sano, vegetariano, ecologista y neojipi desmadre electrónico se consolida con visos a permanecer en el gusto juvenil por largo rato.