SABADO 4 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť La visita, nueva obra del escritor y promotor cultural


Ramos recrea el fracaso vuelto triunfo de un emisario de España

Ť Del pasado, no me interesan las altezas serenísimas, refiere

César Güemes Ť Desde hace un tiempo considerable se desempeña como promotor cultural en su natal Hidalgo. Allá vive y escribe y ha destacado de entre los narradores de su generación por libros como Al cielo por asalto, La vida no vale nada, Ahora que me acuerdo, La gran cruzada o Tú eres Pedro. Ahora Agustín Ramos entrega el público lector su nueva obra, la novela histórica La visita (Océano), que narra el hecho singularísimo en el devenir nacional en la cual un enviado de la corona española convierte su derrota en un triunfo para la historia con mayúsculas, pese a que los documentos consultados por el escritor demuestran de manera fehaciente lo contrario.

-Es notorio en las novelas contemporáneas más leídas el hecho de que se remitan al pasado a fin de entresacar de ahí sus tramas. Luego de un lapso el recurso devino comercial. ƑPor qué tu interés por insistir en la historia nacional, no en su presente?

-Desde luego no me interesa hacer extrapolaciones o forzar paralelismos. Pero mi repaso hacia atrás de ninguna manera significa una evasión o una treta mercadotécnica. Dicho en forma de preguntas: ƑEs pasada la locura de los dominadores?, Ƒes pasada la insensatez de quienes hacen grandes planes para otros desde una torre de marfil, o si no desde una torre sí desde su soberana inteligencia macroeconómica?, Ƒes pasado que los jerarcas utilicen la fe, buena o mala da igual, de unos cuantos, para hacerse de más control, de más bienes y males terrenales?, Ƒes pasado la Iglesia católica, el colonialismo, la intolerancia? No, en realidad somos contemporáneos de Shakespeare, por no mencionar a Homero y a los clásicos griegos que ahora nos quieren descubrir con cuentagotas y sólo en el DF, o sea que tampoco es pasado el centralismo.

''Hay de historias a historias y a mí no me interesan ni las altezas serenísimas ni las gestas más conocidas. Mi recurso hacia la historia no ha sido más que otra vuelta de tuerca a una perseverante inquietud: imaginar que puedo darle voz a los silenciados, sean mineros, mujeres, niños, seris, homosexuales reprimidos, asaltantes del cielo o vulgares locos.''

Inalterables, los hechos históricos

-ƑCuál es el Gálvez real y cuál el que tú, digamos, reinventas?, Ƒse parecen uno al otro?

-Al hablar de Gálvez te hablo de toda La visita. Los hechos de la historia no los puedes alterar. Gálvez fue pastor, huérfano, pobre, beneficiado con una educación que no le correspondía a los de su clase, enamorado de Francia, de las Luces. El vino a México investido de poderes que nunca jamás nadie tuvo ni tendrá en toda la historia de nuestro país, porque conjuntó el poder burocrático, militar, político y religioso en sí mismo. No era para menos, venía a aplicar los cambios que los borbones soñaban, en un momento de crisis política en la Nueva España y de crisis militar y económica en España.

''En fin, que por azares y circunstancias muy medibles, tiene una situación privilegiada. Su empresa es ingente, la enfoca mal, se aloca, sin metáfora, y lo vencen unos cuantos miles de nómadas desnudos. Esto lo disfraza de verdad y regresa a México y a Madrid diciendo que ha triunfado, y casi nadie puede contradecirlo ni probarle lo contrario, así que su carrera política continúa y termina siendo ministro de Estado con título de nobleza. Este es el Gálvez real.

''Y así como te hablo de Gálvez, te podría hablar de las esposas de Gálvez. O de los seris, de su extraordinaria civilización que los etnocentristas juzgarían aún hoy como propia de la edad de piedra. Esto es lo que sucedió... Lo demás es mío. ƑCuánto se parece lo real a la reinvención? Todo lo que se puede parecer el hecho a un artificio, un amor vivido a un amor relatado. Si la teoría siempre es gris y el fruto de la vida es dorado, yo me quedo con la música, con algo que ni uno ni otro tienen, el sonido artificial, artificioso, no virtuoso."