LETRA S
Noviembre 2 de 2000
El combate al sida debe seguir siendo una prioridad de salud pública
 
ls-calaveritasEn el siguiente reportaje se hace un breve repaso de lo alcanzado en México en materia de prevención y control de la epidemia del sida, así como de los graves rezagos en materia de acceso general y gratuito a los medicamentos antirretrovirales. También se señala un reto mayor para las autoridades de salud del nuevo gobierno: mantener como una prioridad de salud pública el control eficaz de la epidemia del sida, prioridad que deberá reflejarse en una mayor asignación de recursos.

 

ANGELES CRUZ

 

El VIH/sida se convirtió en los últimos años en el problema más grave y complejo de la salud pública en México, y aún cuando el número de nuevos casos se ha estabilizado en alrededor de 4 mil, el mal no ha sido controlado. Persisten deficiencias en la atención médica de los afectados y sigue pendiente lograr que las campañas de prevención detengan la diseminación del virus, principalmente entre los jóvenes y las mujeres.

Fue justamente lo poco logrado en ese campo lo que alertó a las autoridades, quienes se vieron obligadas a aplicar medidas preventivas sin precedentes, e incluso las llevó a enfrentarse con los sectores conservadores de la sociedad por acciones como la promoción del uso del condón y la educación sexual desde temprana edad. El mismo presidente Ernesto Zedillo tuvo que salir al paso en defensa de las campañas preventivas del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida), cuando hace dos años el arzobispo Norberto Rivera y el entonces presidente de la Cruz Roja Mexicana, Barroso Chávez, encabezaron campañas contra el condón.

Sin embargo, el problema va más allá de esa disputa. Miles de enfermos en todo el país aún no tienen acceso a los servicios de salud ni a los medicamentos que les permitan mejorar y prolongar su vida. Las mujeres, principalmente las amas de casa, y en las zonas rurales, continúan expuestas a la infección sin posibilidad de prevenirla por su situación de desventaja ante su pareja, la desinformación y sus nulas oportunidades para siquiera sugerir el uso del preservativo.

El VIH/sida persiste y amenaza con extenderse si en los próximos años no se garantiza una mayor asignación de recursos económicos, aplicados de acuerdo a la dimensión de la epidemia, con énfasis en la prevención y según las características adoptadas por la
epidemia en cada localidad de la República y sector de la población. Así lo concluyen el Conasida y la Secretaría de Salud (Ssa) en diversos documentos, en los que además dan cuenta de la importancia que tendrá en el futuro focalizar, reforzar y ampliar las campañas preventivas ya realizadas.

ls-diablo1¿Cómo se comporta la epidemia?

Desde el inicio de la epidemia en 1983 y hasta el 30 de junio del 2000 se reportaron 45,134 casos de sida en México, pero considerando el retraso en la notificación y el subregistro se estima que en realidad existen alrededor de 64 mil personas que lo padecen. Según estimaciones conservadoras de la Ssa hay entre 116 mil y 177 mil personas infectadas y la mayoría de ellas lo ignora.

Con la cifra del número de casos acumulados, México se ubica en el tercer lugar en el continente americano después de Estados Unidos y Brasil, y con respecto a la tasa de incidencia anual de sida, nuestro país ocupa el onceavo sitio, por debajo de naciones como Belice, Honduras, Panamá y El Salvador.

Según el Programa de Sida de las Naciones Unidas (Onusida), la epidemia en nuestro país se concentra en grupos determinados de la población, principalmente hombres con prácticas homosexuales (62.4 por ciento del total, el otro 37.6 por ciento corresponde a heterosexuales).

Sin embargo, los programas de prevención para la población más afectada, la homosexual, son mínimos, así lo ha admitido la Ssa al señalar la necesidad de fortalecer las estrategias dirigidas a este sector, así como a los usuarios de drogas intravenosas, trabajadoras(es) sexuales y trabajadores migrantes.

Destaca que las zonas fronterizas donde se registra una gran movilidad de población representan mayor reto y requieren de la cooperación con otros países.

Actualmente, 39.9 por ciento de los pacientes diagnosticados con sida se registran vivos, 54.1 por ciento ya ha fallecido, mientras que se desconoce la evolución del 6 por ciento restante. La información del Conasida apunta que 48.8 por ciento de los casos ha sido atendido por las clínicas y hospitales de la Ssa, 31.5 por ciento por el IMSS, 6.2 por ciento por el ISSSTE y 13.9 por ciento por otras instituciones.

La situación de más desventaja se presenta en los pacientes de la Ssa, porque no reciben prácticamente ningún apoyo para la compra de medicamentos profilácticos y mucho menos para los antirretrovirales que les permitan controlar el avance del virus en su sistema inmunológico.

Para paliar esa situación, en 1998 el gobierno federal impulsó la creación del Fondo Nacional para la Atención a Personas con VIH/sida (Fonsida), cuyo objetivo es movilizar y recaudar fondos para la compra de medicamentos antirretrovirales y distribuirlos en forma gratuita a la población con VIH sin recursos y sin seguridad social. Se suponía que la cobertura de fármacos al total de los enfermos sería paulatina, conforme se fortaleciera el fideicomiso de la institución por medio de donativos. No ha sido así. A casi tres años de su creación, Fonsida no ha cumplido su objetivo, como lo reconoció el mismo secretario de Salud, José Antonio González Fernández en su comparecencia ante el Congreso. Ni siquiera ha iniciado la campaña de recaudación de fondos entre la iniciativa privada, y con excepción de las aportaciones en especie de algunas compañías productoras de los medicamentos, únicamente cuenta con los recursos que en diversas ocasiones ha aportado el gobierno federal. De esta manera, apenas se puede garantizar terapias a todos los menores de 18 años y a las mujeres embarazadas con sida que las soliciten. A pesar de las reiteradas peticiones de las organizaciones civiles de lucha contra el sida, de que el acceso sea universal, en 1999 sólo 1,015 adultos fueron incorporados al Fonsida.

De acuerdo con los reportes oficiales, el número de pacientes que reciben tratamiento por las diferentes instituciones de salud pública asciende a 15,254, que representan 74 por ciento de los casos registrados. Si esto es así, significa que todavía hay alrededor de 2,700 enfermos excluidos de este beneficio, sin contar a todos aquellos seropositivos que empezarán a desarrollar el sida en los próximos años. De ahí que la Ssa considere fundamental mejorar la calidad de la atención, buscar alternativas nacionales y regionales para disminuir el costo de los antirretrovirales y aumentar la cobertura para las personas afectadas de la población abierta. De acuerdo con las estimaciones más recientes, una terapia tiene un costo de 8 mil pesos mensuales, además de los gastos derivados de las pruebas de laboratorio y hospitalización. Pero si se concreta la intención del nuevo gobierno panista de gravar las medicinas, ese costo se elevará a más de 9 mil pesos.

Por otro lado, el Fonsida funcionó como mecanismo de presión a las autoridades de salud estatales para que establecieran servicios médicos especializados para la atención del VIH/sida. A tres años de iniciado el proceso, Conasida afirma que todos los estados cuentan con programas operativos y 30 entidades también con clínicas especializadas.

ls-muerteDel discurso a la asignación de recursos

Otro aspecto de la problemática del VIH/sida tiene que ver con la forma de transmisión del virus. Del total de casos reportados, 86.4 por ciento ocurrió por vía sexual, 11.6 por ciento se relaciona con la vía sanguínea (transfusión, consumo de drogas intravenosas, hemofílicos) y 2 por ciento por vía perinatal.

Para el gobierno federal, entre los logros en este rubro está el haber controlado las infecciones del VIH por transfusión sanguínea, luego de la prohibición de la venta de sangre y del establecimiento de controles para la donación. Así, el número de casos pasó de 377 (14.6 por ciento) en 1990 a 4 (0.9 por ciento) en 1999. En el primer semestre de este año no se ha reportado ningún caso por esta vía.

La mayor prevalencia de infección por VIH se observa en el grupo de hombres con prácticas homosexuales (15 por ciento en estudios centinela y 4 por ciento en estudios con población aleatoria). Enseguida se encuentran las personas que consumen drogas inyectables. Una estimación realizada por Conasida señala que en México existen unas 48 mil personas que consumen este tipo de enervantes, con una tasa de prevalencia de entre 3 y 6 por ciento. Este problema se concentra en las ciudades de la frontera norte del país, donde hay un elevado consumo de drogas y persisten comportamientos de riesgo, tales como compartir jeringas usadas y no usar cloro para desinfectarlas.

Por otra parte, aún no se ha determinado con certeza el impacto del VIH/sida en las amas de casa, y en particular entre las empleadas domésticas, así como en algunas áreas rurales, pero Conasida admite que la morbilidad en estas zonas se ha incrementado en los últimos años. La relación hombre-mujer a nivel nacional se mantiene en seis hombres infectados por cada mujer, aunque si tomamos sólo la transmisión sexual, esa relación se eleva de 10 a 1, pero en algunos estados llega a ser de 3 a Esto último se atribuye a la migración de los hombres hacia Estados Unidos, donde tienen prácticas sexuales de riesgo. Al regresar a sus lugares de origen no toman las medidas para evitar infectar a sus parejas.

Otro de los informes de Conasida señala las dificultades que han enfrentado las campañas preventivas en los medios de comunicación. Si bien se ha logrado un impacto favorable entre los jóvenes respecto al uso del condón, todavía no se logran modificar los factores socioculturales que dificultan la prevención.

El documento afirma que las acciones en el área educativa son poco visibles, pero a final de cuentas logran un cambio de conducta; así que "en los programas se tiene que hablar fuertemente de sexualidad, con sensibilidad, pero con firmeza, e incorporar el tema del sida a la educación sexual en todas las escuelas".

ls-diablo2En cuanto a las mujeres embarazadas, Conasida reconoce que a pesar de la disponibilidad de tratamientos, la demanda es reducida porque no hay una detección temprana del virus y en ocasiones, ni siquiera existe la atención médica durante el embarazo. Existen entonces, señala la dependencia, rezagos previos: "Primero se tendría que trabajar en el área de salud reproductiva para encontrar por qué la mujer no acude a los centros o se presenta ya a punto de parir. Sin esto, no podemos lograr realmente una mejoría en la prevención de la transmisión perinatal."

En fin, los rezagos y retos por resolver todavía son amplios y de una complejidad extrema. Requerirán del próximo gobierno una verdadera voluntad política reflejada en una mayor asignación de recursos económicos y programas enérgicos dirigidos a mejorar la educación sexual de la población y a modificar los patrones culturales en favor de la salud de las mujeres y los sectores vulnerables de la sociedad.

 

Fuentes consultadas:
--Sexto Informe de Gobierno. Presidencia de la República.
--Programa de Fortalecimiento para la Prevención y Control del VIH/sida,1997-2000. Conasida/Ssa.
--Avances en el Programa de Prevención del VIH/sida 2000. Conasida.