VIERNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Le negaron ascenso ganado por excelente desempeño
Empresa farmacéutica discrimina a empleado portador del VIH sida
Ť Volver al viejo puesto o salir de la empresa, disyuntiva que enfrentó
Ť El caso violó lo establecido en la cartilla de la CNDH sobre el tema
Angeles Cruz Ť Abraham Paredes Plata es portador del VIH/sida. Durante dos años trabajó para el laboratorio farmacéutico Aventis y alcanzó "los más altos niveles de excelencia en su desempeño", según le dijeron sus jefes, e incluso se hizo merecedor a un ascenso, que perdió cuando la empresa detectó su "peligrosa" enfermedad.
Como representante de ventas, el trabajo de Abraham era promover entre los médicos los productos de Aventis. "Si me ves no estoy enfermo. Mi desempeño ha sido de los mejores y nadie podría decir que tengo algo. De hecho nadie lo sabía, porque no ando con un letrero que diga: soy seropositivo".
Aventis Pharma se dedica a la producción y comercialización de unos 200 productos farmacéuticos, da empleo a más de mil 500 personas y tiene como objetivo "el mejoramiento de la salud humana y la calidad de vida". Su lema: "Nuestro reto es la vida".
Para Abraham todo esto no es más que demagogia. "No les importa el bienestar de la gente y sin ningún criterio objetivo pisotean los derechos de sus trabajadores", dice.
Relata que entró a trabajar en julio de 1998. Con la fusión de dos laboratorios se creó Aventis a fines de 1999. Abraham continuó ahí y se abrió la posibilidad de una contratación más favorable para los empleados.
El 23 de junio pasado Abraham inició una serie de entrevistas con directivos de la empresa, en particular con Sergio González y Enrique Caballero, quienes "me felicitaron, me dieron consejos para el futuro y empezaron los trámites para el cambio de puesto". Desde el 17 de julio, Abraham acude a su nueva adscripción e inicia un curso de inducción. Para oficializar su nuevo cargo de representante médico, tenía que firmar un contrato y practicarse algunos exámenes clínicos "de rutina" dos días después.
La revisión médica incluyó un reconocimiento físico y, según Abraham, el doctor Víctor Manuel López Huezo le comentó: "eres el que mejor viene de tus compañeros; todos vienen con la presión alta y tú estás bastante bien". Pero el 20 de julio lo citó para darle el resultado de sus análisis.
Ahí, sin prevenirlo sobre el anuncio que le haría, y sin el apoyo sicológico que para estos casos recomienda la Norma Oficial Mexicana para la Prevención y Control de la Infección del Virus de la Inmunodeficiencia Humana, el galeno le soltó: "te salió positiva la prueba del sida y tú sabes que eso es de mucho cuidado, es muy peligroso y debes tener sumo cuidado en tu atención".
Enseguida le informó que no sería contratado en el nuevo puesto. "Hablé con el doctor Alfredo Arroyo (director comercial de Aventis) y estate seguro de que nadie más lo sabrá, pero no te van a contratar". López Huezo explicó a Abraham "que esa era la política de la empresa y punto", pero que en un "gesto de humanidad, porque sabemos que necesitas el seguro social", podría seguir laborando como representante de ventas.
Abraham le manifestó su inconformidad y decidió continuar en su nuevo puesto. Fue hasta el 3 de agosto que los directivos le informaron que debía regresar a su puesto inicial o salir de la empresa. Todo ello ocurrió en violación a lo establecido en la cartilla de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre derechos de quienes viven con VIH/sida: "la ley protege a todos los individuos por igual, en consecuencia no debes sufrir discriminación de ningún tipo".
Sobre las pruebas de detección del virus, la cartilla establece que si de manera voluntaria se practica el estudio "tienes derecho a que éste sea realizado en forma anónima y que sus resultados sean conservados con absoluta discreción". Además, en el caso de que sean positivos "no podrá ser motivo de suspensión o despido de tu empleo".
Según la CNDH, uno de los más graves problemas con el sida es la discriminación. "La justificación más recurrente es un supuesto conflicto entre derechos de la mayoría no infectada y los de portadores de VIH o enfermos de sida. Ante este aparente enfrentamiento y bajo resguardo de la supuesta necesidad de proteger la salud pública, frecuentemente se violan sus derechos".
Por su parte, la organización Propositivo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro recuerda que la protección de derechos de quienes viven con VIH/sida está garantizada desde la Constitución, que establece que todo individuo tiene derecho a un trabajo y ninguna condición, salvo requisitos académicos o de habilidades, debe ser motivo para la no contratación o despido.