VIERNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť El gobernador zacatecano expuso en Francia ponencia sobre el tema


Critica Monreal Avila la globalización económica

Ť Sería democrática y garantizaría crecimiento, si no fuera por los millones de pobres, señala

Biarritz, Francia, 2 de noviembre Ť El gobernador de Zacatecas Ricardo Monreal Avila señaló que con frecuencia escuchamos decir que la globalización económica es el mejor modelo que disponemos para garantizar crecimiento, democracia y justicia a nuestras naciones, de no ser por los 826 millones de personas que pasan hambre y por una tercera parte de la población mundial que vive en pobreza extrema o miseria.

Al participar con su ponencia "Hacia una sociedad global justa: la inversión socialmente responsable", en el primer Encuentro Europa-América Latina, el mandatario zacatecano señaló que si bien la desigualdad y la pobreza existen antes de la era del capitalismo global, ha sido en las últimas dos décadas cuando estos fenómenos sociales se han agudizado en diversas regiones del mundo.

"Quienes tenemos la responsabilidad de gobernar a nivel local nos enfrentamos cotidianamente con las dos caras de la globalización: por un lado, la oportunidad de crecer, mediante el empleo, la inversión y la exportación; por el otro, la presión social de nuestras comunidades para remontar la pobreza, acceder a los servicios básicos de alimentación, salud, educación y vivienda, cuidar el medio ambiente y preservar sus tradiciones e identidades culturales", dijo.

Además, indicó que conciliar y nivelar ambos mundos, el de la oportunidad económica futura y el del rezago social presente, se ha convertido en un imperativo de política pública de los gobiernos locales inmersos en países con economías y sistemas políticos en transición, como México.

Además, al cuestionar Ƒcómo salir de la pobreza?, resaltó, entre varios puntos:

Por medio del gasto público: De acuerdo a esta posición, la tarea de erradicar la pobreza es función exclusiva y primordial del Estado, que debe destinar crecientes recursos fiscales y económicos a subsidiar la franja social de los pobres. El gasto público se orienta primordialmente a compensar tanto la economía de subsistencia de los grupos marginados, como el mantenimiento de los indicadores de un "mínimo de bienestar", sin romper las causas estructurales de la pobreza.

El tratamiento de la pobreza es asistencialista y paternalista, y su mayor rendimiento es de tipo político, más que social o económico, al crear una infraestructura de organizaciones y ciudadanos cautivos, que canjean su acceso al gasto público por apoyos masivos o votos al gobierno "que nos da de comer". Por medio del crecimiento y el empleo: Primero crecer y luego distribuir. Un mayor crecimiento generará más fuentes de empleo y éstos disminuirán automáticamente el problema de la pobreza. El empleo es el principal instrumento para redistribuir el ingreso. Demos un trabajo a los pobres. Es el tratamiento "desarrollista" de la pobreza, generador del "empleo improductivo", propio de esquemas de proteccionismo económico y de algunas expresiones del "estado de bienestar".

La inversión socialmente responsable

Más adelante, indicó que es posible plantear una opción diferente, que combine las oportunidades de la globalización económica, el gasto público con orientación social y la generación de empleos productivos, en un esquema de política social sustentable.

Para nosotros, señaló, es muy importante promover la inversión de capital, como también lo es promover su responsabilidad social. Hoy más que nunca es necesario invertir en las personas, en sus comunidades y sus redes de convivencia social, para promover el desarrollo. Dicha inversión no podemos hacerla únicamente los gobiernos y las comunidades, sino que debe también formar parte de un compromiso del inversionista con las sociedades en donde se involucra y se desenvuelve.

De allí que el reto sea promover un desarrollo que resuelva efectivamente los problemas sociales, tanto aquellos ancestrales, vinculados con la pobreza, la desnutrición y el analfabetismo, como los nuevos generados por la globalización, como el incremento de la migración, producto del agudizamiento notorio de la desigualdad, del deterioro del medio ambiente, de la competencia inequitativa y de la ruptura de tradiciones de responsabilidad y de solidaridad hacia las personas y sus comunidades.

Al participar en el primer día de trabajo, el gobernador destacó que se deben promover inversiones socialmente responsables, aquellas que no sólo efectúan inversiones de capital en sus empresas, sino en las comunidades donde son invitadas a colaborar; esto significa invertir en la gente, en su educación, salud, alimentación, vivienda y medio ambiente.

Esos cinco elementos forman la infraestructura básica de cualquier esfuerzo integral y sostenido de combate a la pobreza.

Consideró que si la globalización obliga a atender los reclamos de una economía local sana y estable, la democracia obliga a los gobernantes a escuchar y atender las demandas sociales más sentidas. "Por ello, se afirma con precisión que en sociedades democráticas es difícil encontrar fenómenos como la hambruna, tasas altas de analfabetismo o epidemias de enfermedades curables, todas ellas compañeras de viaje de la pobreza extrema".

Así, manifestó, el reto de los gobiernos nacionales y locales, en las actuales condiciones de globalización y democracia, consiste en integrar los valores, intereses y expectativas personales y comunitarios, con las expectativas y los intereses de los inversionistas privados.

Esto significa, dijo, que se requiere evaluar las necesidades y requerimientos financieros de los empresarios en términos del impacto que sus inversiones tendrán en la sociedad. Se requiere promover la inversión y el trabajo productivos, al mismo tiempo que se garanticen utilidades.

Destacó que en Zacatecas se está promoviendo una experiencia de este tipo. Se han creado, impulsado y apoyado las siguientes iniciativas: prestación de servicios financieros para la población de escasos recursos y sin acceso a los créditos tradicionales, como autoempleados, empresarios rurales o urbanos de bajos ingresos, así como comerciantes en pequeño y pequeños agricultores.