VIERNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť No es un desconocido; ha encabezado las mejores causas en su país
Nader, espanto de la cúpula política estadunidense
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 2 de noviembre Ť Ralph Nader, el candidato presidencial del Partido Verde, no sufre del mal que azota a casi todos los candidatos de "tercer partido" o políticos independientes.
No sale de la nada, no se estrena de pronto en el escenario nacional. Al contrario, millones lo han conocido mucho antes que a los dos principales aspirantes a la Casa Blanca, Al Gore y George W. Bush, y muchos lo consideran uno de los "grandes americanos" de esta era.
Se puede decir que el ambientalista Nader ha afectado directa e indirectamente las vidas de más estadunidenses que sus dos contrincantes juntos.
Millones ya conocen a Ralph, como es llamado, por sus cuatro décadas de esfuerzo y campañas para mejorar la vida de los consumidores, desde la seguridad de los automóviles que manejan al derecho de saber el contenido de lo que comen, al aire y agua que respiran y beben, y hasta el derecho de saber qué es lo que hace el gobierno en nombre de los ciudadanos.
Fueron los esfuerzos encabezados por Nader, y sus redes de organizaciones de defensa del consumidor, los que obligaron a la industria automotriz a instalar cinturones de seguridad, al establecimiento de la Agencia de Protección Ambiental como instancia federal y la aprobación de la legislación conocida como Acta de Libertad de Información, que amplió en forma contundente el acceso público a los documentos oficiales de todos los niveles del gobierno federal.
Fue uno de los grupos establecidos por Nader el que promovió una de las campañas populares de base más efectivas en la batalla contra la aprobación el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ( TLCAN, integrado por México, Estados Unidos y Canadá) y la promoción del libre comercio sin condiciones ambientales y labo- rales, y fueron organizadores que encabeza Nader los que ayudaron a coordinar las magnas protestas de Seattle contra la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El "interés público"
Hijo de inmigrantes libaneses, Nader utilizó su diploma de la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard para lanzar un movimiento de "interés público" conformado por abogados y activistas que demandaron cambios tanto en las prácticas del sector público como en el empresarial.
El ahora candidato presidencial del Partido Verde sigue siendo conocido por su primer libro, Unsafe at any speed: the designed in dangers of american automobiles (Inseguros a cualquier velocidad: los peligros diseñados dentro de los automóviles estadunidenses), que obligó a la industria automotriz de Estados Unidos a instalar, por primera vez, los cinturones de seguridad y realizar otros cambios de diseño para mejorar la seguridad de sus productos así como también reducir la contaminación ambiental de los mismos.
Con fondos que recibió por demandas legales y contribuciones de fundaciones filantrópicas, Nader fundó decenas de organizaciones de "vigilancia" ciudadana, dedi- cadas a detectar prácticas que de alguna forma eran abusivas o ponían en peligro a los ciudadanos y los consumidores.
Eventualmente, éstas denuncias fueron las que obligaron al gobierno a crear dependencias como la Agencia de Protección Ambiental, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (que monitorea la seguridad en lugares de empleo), y la Administración de Seguridad de Productos para el Consumidor.
En el camino, el abogado de trajes arrugados ha enfrentado decenas de demandas legales en su contra por diversas empresas a las que ha criticado, y también ha sido objeto de grotescos ataques de cientos de burócratas federales.
Nader siempre se ha mantenido al margen del juego de imágenes que son parte del teatro político en Washington. El hecho de que no tiene automóvil, negarse a ver la televisión y aparentemente vivir la vida de un monje dedicado a trabajar las 24 horas al día, le ha ayudado a mantener esta imagen independiente.
En años recientes, Nader ha sido duramente criticado por acumular más de 4 millones de dólares en su fortuna personal provenientes de inversiones que hizo utilizando honorarios de sus presentaciones públicas (aunque él asegura que usa estos fondos para financiar a sus grupos de defensa del consumidor), y por no enfocarse más en temas que son claves para los sindicalistas, las mujeres o los negros.
El columnista Eric Alterman escribió en la revista liberal The Nation que muy pocas organizaciones nacionales de negros, latinos, feministas o ambientalalistas han expresado su apoyo a la candidatura de Nader, y por eso, señala, no se merece ni un solo voto de los progresistas.
Sin embargo, no hay duda de que Nader no ha participado directamente en la izquierda organizada en este país, ni tampoco es miembro del Partido Verde, por el cual es candidato presidencial.
Sus simpatizantes dicen que esto es así porque Nader no se ha dedicado a construir la "izquierda" política, sino a influir en la política gubernamental a través de sus demandas legales y sus campañas de base.
El aspirante del Partido Verde estuvo detrás de la aprobación de una legislación que asegura agua potable y ofrece el derecho de comunidades a demandar legalmente a empresas que contaminan el agua, y además fueron otros grupos del candidato ecologista los que encabezaron la primera campaña para limitar las contribuciones financieras a las candidaturas políticas.
Public Citizen (Ciudadano Público), grupo promovido por Nader en los años 80, fue uno de muchos que encabezó las campañas contra el TLCAN y el GATT y fue una de las principales agrupaciones que organizaron las famosas protestas de Seattle contra la OMC el año pasado.
Aunque muchos personajes --en su mayoría gente u organizaciones que se consideran "liberales" o "progresistas"-- califican aquí la candidatura de Nader como quijotesca, algunos dirían incluso hasta un acto de egoísmo, la alianza fomentada por el dirigente ambientalista con el Partido Verde ya ha tenido un impacto nacional sobre la contienda electoral nacional.
Como resultado, su campaña proselitista ya ha creado una dinámica política diferente en el país, según asegura el estratega político Russell Verney, quien ayudó a fundar el último movimiento de tercer partido en Estados Unidos, el Partido de Reforma del multimillonario Ross Perot.
De hecho, el Partido Verde ya es una fuerza influyente en estados como California, donde tiene más de 100 mil miembros registrados. Este año, esa organización presenta 270 candidatos para puestos de elección (la mayoría a nivel local o estatal), y tiene presencia en 45 de los 50 estados.
Todos entienden que Nader no será el próximo inquilino de la Casa Blanca, pero él y su partido creen que lo que están logrando es abrir un espacio para la acción política más allá de las dos formaciones principales del país.
Aunque sólo registra menos de 10 puntos en las encuestas de opinión, Nader, por su historia, por su perfil nacional y por su incansable disposición a enfrentar el monopolio político demócrata y republicano, partidos a los que acusa de estar vendidos a los intereses empresariales del país, ha logrado tener un impacto nacional al despertar entusiasmo y nuevo interés entre sectores de jóvenes y de los desencantados.
Así, ha espantado por primera vez en mucho tiempo a la cúpula del poder político en Estados Unidos.