VIERNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Sexenio zedillista


Terminaron los monopolios estatales en transporte

Patricia Muñoz Ríos Ť En el presente sexenio se terminaron todos los "monopolios estatales" en materia de transporte y se frenó la enorme fuga de recursos que significaba el otorgar subsidios a este sector que, cuando menos en el rubro de ferrocarriles, ascendía a 4 mil millones de pesos anuales, no obstante, se dejan dos pendientes: el primero, la construcción de un nuevo aeropuerto y una deuda de más de 100 mil millones de pesos por el rescate carretero.

Lo anterior se informa en un documento de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) sobre este sector. Señala que prácticamente en todos los rubros la inversión privada ha sustituido a la pública, y afirma que en todos los sistemas de transporte del país se ha reducido el número de accidentes e ilícitos en esta administración.

Del sector ferrocarrilero, detalla que prácticamente se ha concluido el proceso de restructuración, por lo que este rubro quedó ya en manos de la iniciativa privada, la cual, incluso, ha comprometido inversiones por 12 mil 500 millones de pesos para los próximos cinco años. Con la participación del sector privado se han eliminado los cuantiosos subsidios públicos, que anualmente eran de aproximadamente 4 mil millones de pesos, y los nuevos concesionarios pagan derechos e impuestos que en el presente año ascenderán a cerca de mil millones de pesos.

En aeropuertos, tres grupos obtuvieron las concesiones para operarlos, y aun cuando "el estado mantiene 85 por ciento del capital social de estas terminales aéreas, en una segunda etapa del proceso venderá su participación en el mercado de valores". Del tema carretero añade que en el periodo 1995-2000 se destinaron 9 mil 150 millones de pesos para la atención de caminos rurales. Además se construyeron y modernizaron alrededor de 3 mil 600 kilómetros de carreteras y se reconstruyeron cerca de 10 mil 295 kilómetros.

Respecto a los puertos, indica el informe que el capital privado se ha más que triplicado, y la capacidad instalada se ha duplicado, así como el número de terminales especializadas e incluso los inversionistas privados manejan más del doble de contenedores que al inicio de la administración.