VIERNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Silvia Gómez Tagle Ť
El PRD en transición
Hace apenas una semana, en la Segunda Asamblea Estatal de dirigentes y militantes del Distrito Federal, durante varias horas tomé notas de los problemas planteados en la mesa dos, en la que se trataron políticas de organización y fortalecimiento institucional del PRD: "la normatividad del partido no se respeta", "las elecciones y las asambleas han sido violentadas por las clientelas de los líderes", "los líderes usan a las bases como escalón para llegar a las candidaturas", "no hay formación política", "las corrientes meten la mano en las elecciones internas", "la Comisión Estatal de Garantías y Vigilancia en el DF está intervenida por las corrientes", "no tiene credibilidad".
Un dirigente tomó la palabra para combatir esas opiniones: "lo que pasa es que la culpa es de los militantes que dejan solos a los dirigentes, se van a sus casas y pretenden que los dirigentes cumplan". Y por fin, una voz alentadora; alguien relató una experiencia exitosa en nuestra delegación: "se logró vencerlas (a las corrientes), ahora hay participación, el consejo sesiona constantemente y se supervisa con puntualidad la utilización del presupuesto".
La mayoría está de acuerdo en que hay que erradicar las prácticas viciadas, aun los dirigentes que podrían ser acusados de corruptos aceptan en su discurso la necesidad de renovación porque, finalmente, una sabiduría instintiva les dice que un partido fuerte les brindará mejores oportunidades que uno débil.
Este espíritu de crítica expresado por los militantes se recoge en el manifiesto publicado el pasado sábado: Por la refundación y la regeneración del Partido de la Revolución Democrática, que firman Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Rosario Robles y 759 personas más.
La convocatoria resulta muy oportuna para desatar una discusión seria en todos los niveles del partido porque, a pesar de que hay consenso en los fines, existe un gran desconcierto respecto de los medios, Ƒcómo lograr ese fortalecimiento institucional tan anhelado? ƑCómo lograr que la experiencia exitosa que narró un militante en la Asamblea Estatal del DF se convierta en regla? ƑCómo hacer para que un partido, que nació como un frente amplio, se discipline?
El PRD no es el único partido con este tipo de problemas, pero es muy probable que el hecho de que perdiera las elecciones haya sido un detonador de sus conflictos internos, porque en 1997, cuando ganó muchos espacios nuevos, nadie se acordó de la falta de institucionalidad, a pesar de que en esa época las cosas no funcionaban mejor.
También es cierto que el PRD es mucho más joven que el PAN o el PRI, por lo que es normal un cierto desorden. Pero hace falta reflexionar en cómo lograr la institucionalidad en el partido, porque sin un código de ética será cada vez más incapaz de mantenerse en pie de lucha. También hay consenso en que la presencia de una izquierda fuerte y unificada es indispensable para aminorar la incertidumbre de la transición después del 2 de julio. El PRD tendrá que garantizar que la democracia política no quede vacía de contenidos sociales. Pero habría que analizar cuál es el papel de la izquierda en un régimen democrático en proceso de consolidación. ƑNo debería ser diferente la oposición que cuando había un gobierno sin legitimidad democrática?
La refundación del partido no puede ofrecer como modelo el pasado. Habría que analizar cuidadosamente la pertinencia de "sus formas y tradiciones de lucha" en el nuevo contexto nacional. Cárdenas jugó un papel fundamental como el gran aglutinador de las fuerzas de izquierda, pero el carácter que tuvo el PRD como frente popular siempre creó dificultades para actuar como un partido unificado, disciplinado y eficaz. Finalmente, los votos de los ciudadanos también han expresado la poca confianza que les merece.
Los dirigentes fundadores del PRD gozaron de una legitimidad de origen; hoy se requiere de reglas para llegar al poder dentro del partido. Es necesario sustituir los liderazgos carismáticos por una nueva legitimidad que se funde en la democracia y en la institucionalidad de la vida partidaria; es necesario construir ciudadanía, responsabilidades de los dirigentes y de las bases del partido. La ética política es finalmente lo que identifica con más claridad a la izquierda en este mundo globalizado y neoliberal.