VIERNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Astillero Ť
Ť Julio Hernández López Ť
Han pasado vergüenza varios senadores mexicanos al escuchar el discurso que pronunció Leopoldo Zea el pasado martes al recibir la medalla Belisario Domínguez.
El filósofo emitió una pieza oratoria deshilachada y de bajo perfil. No sólo se reconoció priísta en un acto de pluralidad republicana, sino que hizo una defensa de ese partido y le atribuyó a él, y al asesinato de Luis Donaldo Colosio, la posibilidad de alternancia democrática que se dio el pasado 2 de julio. Además, arremetió contra los zapatistas e hizo votos para que la policía federal siga siendo garante de que la UNAM no tenga huelgas. Todo ello en un acto en memoria del senador chiapaneco asesinado por hablar contra la dictadura de Victoriano Huerta.
La verdad es que los senadores pagaron cara la salida que escogieron para tratar de desembarazarse de la posibilidad de que el fantasma de Colosio volviera a incomodar al presidente Zedillo. Los panistas obstruyeron tal posibilidad al contraponer al difunto priísta a Carlos Castillo Peraza, con la clara intención de entrampar la discusión y hacerla parecer un conflicto entre partidos. Los priístas, por su parte, acataron silenciosamente la instrucción superior de no insistir en la propuesta de Colosio. El propio padre del sonorense, Luis Colosio, quien ahora es senador, retiró la postulación de su hijo, para ahorrarse debates estériles. Los demás senadores priístas voltearon para otro lado, como quien no se da cuenta de nada, para no exponerse a coletazos de fin de sexenio desde Los Pinos.
Tres ausencias
El día de la entrega de la presea, con su inasistencia hubo tres senadores que se animaron a dejar un cierto testimonio de inconformidad: el propio Luis Colosio, Carlos Rojas Gutiérrez y Ulises Ruiz. Pero cuando el presidente Zedillo llegó al recinto de Xicoténcatl para colocar el galardón a Zea, todo parecía "planchado", como dicen los políticos que quedan los asuntos cuando han sido plenamente arreglados. Zea, sin embargo, no dio gusto a los panistas, al hacer un discurso de reivindicación priísta, ni al propio presidente Zedillo, al dedicar su premio a la memoria del ex candidato presidencial. Ni a nadie, finalmente, salvo a sí mismo, dejando a la audiencia con una sensación de asombro y desazón enormes. Zea fue, en realidad, fiel a su historia, aunque los senadores no la hubieran conocido ni valorado a la hora de decidir la entrega de la medalla, apurados como estaban en evitar que el recuerdo de Colosio empañara los ánimos presidenciales.
Anticomunista militante
El filósofo Zea fue, por ejemplo, a fines de los años 60, el representante en México de la Organización Otocar Rosarios, un grupo argentino anticomunista, de ultra derecha, cuyos asuntos atendía en su cubículo de la Torre de Humanidades I, en la UNAM. Cuando Francisco Barnés era rector, le hizo un alto reconocimiento a Zea. Dos consejeros se abstuvieron de aprobar ese hecho, uno de ellos Octavio Rodríguez Araujo, quien sabía plenamente la relación con Otocar Rosarios. La Gaceta de la UNAM, sin embargo, publicó la información del caso diciendo que la distinción se había hecho "por unanimidad". En el Senado, el pasado martes, cuando algunos panistas se quejaron del oso hecho por Zea, un distinguido priísta les recordó: "hombre, pero si la entrega de la medalla se decidió por unanimidad".
Los Dolores de Lola
A Dolores Padierna hay quienes no le perdonan la entereza con la que empujó, como diputada federal, el dar a conocer las listas de beneficiarios del Fobaproa, que panistas y priístas deseaban tener en secreto.
El caso Lobohombo se ha prestado adecuadamente para que esos intereses maltratados busquen revancha. Y por ello se ha pretendido culpar a Padierna de circunstancias que rebasan con mucho su estancia de apenas 30 días al frente de la delegación Cuauhtémoc del Distrito Federal.
Frente a esa pretensión, Padierna ha respondido de manera enérgica, abriendo ruta de indagación contra Jorge Legorreta, quien fue su antecesor en esa delegación. Los datos que ha dado Dolores, respecto de omisiones sospechosas y manejos torcidos en el rubro de giros negros, no pueden ser solapados al amparo de presuntas solidaridades partidistas, ya que Padierna y Legorreta pertenecen al mismo sol azteca. No debe dejarse de lado uno de los párrafos del discurso de Padierna pronunciado el martes, cuando habla de que la anterior administración, la de Legorreta, fue "burocrática, con una visión patrimonialista, de control político de la población" y que también actuó de manera "temerosa o cómplice de los poderes informales que infringen la ley".
Tampoco es menor el dato de que el PRI y el PAN se hayan negado en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a citar a Padierna a comparecer para que les explicara el caso particular del Lobohombo y el general de los giros negros. Esos diputados locales prefieren seguir bombardeando a Padierna por fuera, sin réplica directa, y sin el riesgo de que sus argumentos les sean refutados de inmediato.
Con las manos en la masa
Miguel Angel Masa, presidente del Consejo Electoral del distrito cuarto del estado de Tabasco, se dedicaba alegremente a quemar papelería en la sede de ese órgano, en Villahermosa.
Entre los documentos que volvía humo y cenizas, había actas de cómputo de los pasados comicios y reportes de incidentes, todo firmado por representantes de partido y con el muy bien impreso sello del Instituto Electoral del Estado.
César Raúl Ojeda Zubieta, acompañado del diputado federal priísta Humberto Mayans, llegaron al lugar, ante lo cual los pirotécnicos madracistas procedieron a suspender sus tareas y explicar a los visitantes que estaban quemando tales documentos para "no empapelarse". Los vecinos aseguraron que desde tres días atrás se habían dado cuenta de que estaban quemando papeles en esas oficinas.
Seguramente el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Fernando Ojeste, digo, Ojesto, dirá que en realidad los operadores madracistas sólo estaban haciendo fogatas para entrenarse como boy scouts.
Astillas: La Jornada Morelos, cuyo director es Francisco Guerrero Garro, cumple su primer aniversario. Hoy, a las 7 de la noche, en las instalaciones del diario (Jalisco 4, colonia Las Palmas, Cuernavaca) habrá una mesa redonda sobre Periodismo en provincia, en la que participarán directivos de La Jornada nacional y de sus filiales regionales que son La Jornada El Sur, que dirige Juan Angulo; La Jornada de Oriente, a cargo de Aurelio Fernández, y La Jornada San Luis, dirigida por el autor de Astillero. Mañana habrá una jornada cultural en el Centro Morelense de las Artes y, por la noche, un sabroso bailongo. La ocasión permitirá analizar y festejar el gran esfuerzo hecho por Carmen Lira a lo largo de casi cinco años para hacer que el periodismo jornalero se desarrolle en distintas regiones del país.... Que no, que la Grand Cherokee del arzobispo primado no fue robada en la colonia Roma (como originalmente se había dicho ante las autoridades policiacas), sino en el sur de la ciudad de México, en la colonia Pueblo Quieto, de Tlalpan, y que un par de empistolados le quitaron el vehículo al cardenal, y a su chofer, con malos modos. Que la camioneta es blindada, y que en el medio eclesiástico se asegura que el general brigadier Arturo Acosta Chaparro (de cristianísima conducta) le regaló al papable Norberto Rivera un vehículo similar, si no es que sea el mismo... Ricardo Monreal dijo en Biarritz, Francia, en el Primer Encuentro Euro-Latinoamericano, que no han funcionado las fórmulas hasta ahora intentadas por los países en desarrollo para salir de la pobreza. Se ha explorado, dijo el zacatecano, el manejo del gasto público, la idea del crecimiento y el empleo, las revoluciones y el mercado global. Una opción posible, aseguró, sería la "inversión socialmente responsable"... Linda la ciudad de México cuando millones de sus habitantes hacen puente y salen de vacaciones.
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