Ť Desordenada conferencia de prensa en el regreso de los paralímpicos
Tenemos buenos apoyos, pero deben mejorarse: medallistas
Ť Los premios serán de 50, 40 y 20 mil pesos por cada presea obtenida, anuncian autoridades
Ana Mónica Rodríguez y Jorge Sepúlveda Marín Ť Trece de los 18 medallistas paralímpicos de Sydney 2000 llegaron a esta ciudad a las 19:15 horas, pero fueron trasladados a la improvisada conferencia de prensa hasta las 20:40 de anoche.
Familiares, amigos y medios de comunicación los recibieron con aplausos. Los primeros no callaron. Lanzaban porras y ovaciones, pese al cansancio de esperar durante cuatro horas el retraso de uno de los vuelos.
Aunque la vigilancia policiaca fue nutrida, nada quisieron hacer al final para evitar que los más allegados a los competidores se les acercaran para abrazarlos, hablarles al oído, estar cerca de sus familiares y héroes.
Uno a uno se fueron acomodando frente a la larga mesa, mientras que el director del programa Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA), Miguel Angel Meza, los anunciaba: "están con nosotros la halterista Amalia Pérez", y la gente se soltó en una larga porra, que pedía al principio "coche... coche...coche"... para terminar exigiendo, luego de presentados los 13, "casa... casa... casa".
El funcionario había informado antes que se les entregarán 50, 40, y 30 mil pesos por cada medalla de oro, plata y bronce, respectivamente, y para los entrenadores el estímulo será de 25, 20 y 15 mil pesos. Los guías también recibirán un estímulo económico, pero antes deberán definir su función al lado del deportista.
Siguieron en la lista Patricia Bárcenas, Salvador Hernández, Moisés Beristáin, Laura Cerero, Virginia Hernández y Jesús Lucero, en un primer bloque.
Todos coincidieron en que no esperaban un recibimiento como el que tuvieron. Gritos, porras, flores y palabras de agradecimiento sonaron de nuevo. A cambio, los deportistas sólo mostraban sus preseas y algunas competidoras dejaron correr lágrimas por sus mejillas.
Los medallistas desconocían que sus familiares más cercanos habían solicitado a los representantes de los medios de comunicación que las autoridades deportivas nacionales les garantizaran la entrega de una pensión vitalicia ?como la que tienen los llamados "medallistas de a pie"?, además de brindarles la oportunidad de estudiar una licenciatura, de preferencia, en una institución privada.
De nuevo las proclamas: "coche...coche... coche" y "casa... casa... casa" se dejó escuchar.
Todo era alegría, orgullo, lágrimas y deseos de superación. Llegaron un poco después Ariadne Hernández, Patricia Valle, Doramitzi Hernández y Nicolás Ledezma, ante quienes los presentes soltaron nuevamente ovaciones.
Cada uno dio su mensaje de agradecimiento. En medio del desorden absoluto concluyó la conferencia y los medallistas fueron entrevistados.
Doramitzi, Salvador, Amalia y Patricia, por ejemplo, consideraron que los apoyos recibidos no fueron malos, pero exigieron que permanecieran y que las autoridades deportivas conocieran a fondo sus verdaderas necesidades.
"No se vale que a sus compañeros de a pie les den jugosas becas y autos, dijeron, mientras que ellos, que ni siquiera sabían cuánto les darían en dinero, se les relegara".
Los olímpicos de natación traían color rojo en el cabello, como un signo distintivo propio de ellos. Además no faltó quien repartiera banderines con la palabra "Convergencia", de eminente tinte político, que incomodó a más de un familiar y que algunos niños se encargaron de jugar a hacer papelitos.
Cansados los atletas por el viaje y los trámites migratorios, mientras que familiares y reporteros estaban hartos de esperar, se anunció que el próximo miércoles 8 serán recibidos por el presidente Ernesto Zedillo, en Los Pinos.