JUEVES 2 DE NOVIEMBRE DE 2000
Ť Memorias en ruso
Un camino tan largo como la vida, libro de Viera Kutéischikova
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 1o. de noviembre Ť Notable conocedora de la cultura de México, a cuyo estudio y difusión aquí ha dedicado casi 60 años, Viera Kutéischikova reunió en un volumen de memorias los momentos más sobresalientes de la relación entre México y Rusia, de la cual ella fue -aún lo es- testigo excepcional y, en no poca medida, protagonista.
Antes de presentar el miércoles, en el Nuevo Manezh de esta capital, Un camino tan largo como la vida, escrito en ruso, la doctora en letras e investigadora del Instituto de Literatura Mundial, de la Academia de Ciencias de Rusia, confió a La Jornada lo que significa México para ella: ''Todo".
Kutéischikova, merecedora en 1985 del máximo reconocimiento que otorga el gobierno mexicano a un ciudadano extranjero, el Aguila Azteca, comentó que su primer contacto con México se remonta al invierno de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando recién egresada de la Universidad empezó a trabajar como intérprete en la extinta Sociedad de Amistad con América Latina.
Allí, a partir de las descripciones del lejano país que le hicieron Serguei Eisenstein y Pablo Neruda, México empezó a convertirse para ella en un sueño, que se hizo realidad en 1956, cuando realizó su primera visita a esa tierra.
En presencia de su inseparable compañero, Liev Ospovat, autor de Diego Rivera, una de las mejores biografías del pintor guanajuatense, Kutéischikova explicó que su libro no puede verse como algo estático y admitió que la posibilidad de investigar en archivos que antes eran secretos le permitió ver muchos acontecimientos de la historia mexicana con nuevos ojos.
Radiografía de una relación bilateral
El embajador de México, Luciano Joublanc, destacó que ''Viera Kutéischikova ha estado dedicada a pensar en México y en Rusia una mitad de su tiempo y, también, la otra mitad de su tiempo. Nos ofrece en esta obra el valioso testimonio de una persona que ha seguido de cerca el acontecer en México, desde la literatura, la historia, la política y, sobre todo, los vínculos con Rusia".
La presentación del libro de Kutéischikova se enmarca en los actos programados por la embajada mexicana para conmemorar el 110 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y Rusia, que se cumplirá el próximo 11 de diciembre.
Un camino tan largo como la vida abarca los recuerdos de Kutéischikova desde 1943 hasta nuestros días. Está dividido en tres grandes partes que recogen anécdotas, vivencias y episodios poco conocidos y, a la vez, son una radiografía de esa relación bilateral.
De sus varios viajes a México, surgen las páginas consagradas a sus encuentros con Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Luis Cardoza y Aragón, Fernando Benítez, Alfonso Reyes, Carlos Fuentes, Octavio Paz, José Luis Martínez y Sergio Pitol, por mencionar sólo algunos.
Kutéischikova comenzó a escribir sus memorias hace 20 años. En los tiempos soviéticos no era posible publicar todo lo que ahora contiene y no quiso difundir un testimonio parcial. Después se acabó la censura y, con ella, el financiamiento seguro por el Estado a las editoriales rusas, pero Kutéischikova nunca se desanimó.
''Es hoy un día inolvidable para mí", dijo Viera Kutéischikova, poco antes de fundirse en un emotivo abrazo con el embajador mexicano en Rusia.