JUEVES 2 DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť Prefiere el electorado un "gobierno dividido"


El Congreso de EU, aún sin ganador, según las encuestas

Ť La principal competencia es por la Cámara de Representantes

Ť Se calcula que en el Senado se mantendrá el equilibrio de fuerzas

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 1o. de noviembre Ť El 7 de noviembre no sólo se elige a un nuevo presidente, sino a toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, con lo que se definirá el partido que controlará al Congreso. Para muchos, los resultados de la contienda electoral del Poder Legislativo podrían tener igual o hasta más importancia en la definición de la política estadunidense para los próximos cuatro años.

Los republicanos controlan (son mayoría) las dos cámaras del Capitolio y en este momento la principal competencia es por las 435 curules de la Cámara de Representantes. Por su actual composición en esta Cámara baja, el margen de diferencia entre la mayoría republicana y la minoría demócrata es de siete puestos. En la práctica no importa qué tan grande sea la minoría, porque su poder real es nulo; la mayoría determina toda la agenda legislativa.

Por lo tanto, si los demócratas logran conquistar la mayoría, controlarán todas las presidencias de comités y subcomités, definirán la agenda legislativa y determinarán cuáles proyectos de ley serán o no considerados. Los demócratas argumentan que utilizarán ese poder para promover medidas que eleven el salario mínimo, condicionen la expansión del libre comercio en cuanto a protecciones laborales y ambientales, y presionar al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a distanciarse de las políticas de condicionalidad, entre otras iniciativas de corte liberal. Los republicanos sostienen que precisamente por esto deben hacer todo para derrotar el intento demócrata de ocupar la mayoría, y mantenerla en sus manos.

Los demócratas perdieron el control de la Cámara de Representantes en 1994, por primera vez en 40 años, a manos de la "revolución conservadora" de los republicanos encabezada por el ahora retirado Newt Gingrich. Después de seis años en minoría, los demócratas tienen la posibilidad de recuperar el liderazgo y con ello se ha desatado un intenso combate electoral.

Gran parte de las curules del Congreso no están en riesgo -después de la elección, el Capitolio será habitado en gran medida por las mismas caras, ya que cuentan con la ventaja de políticos en funciones y casi siempre ganan la reelección, o los que se retiran casi siempre son sustituidos por candidatos de sus mismos partidos.

Pero sí podrá cambiar la cara colectiva de la Cámara baja, y eso será determinado por lo que ocurra con cualquier cambio en el margen de diferencia entre los dos partidos principales; siete curules. "Existen unas tres docenas de curules de la Cámara baja (de las 435) en juego ahora", comentó el estratega electoral Stuart Rothenberg en un reciente foro electoral para periodistas. En estas contiendas se invierten millones de dólares de fuentes fuera del distrito en pugna y se convierten en batallas con perfil nacional. Su resultado determinará el balance del poder en la Legislatura.

Pero si los demócratas conquistan la mayoría, Ƒqué tanto podrán hacer, ya que su margen también será muy reducido? Aunque los puestos de liderazgo serían ocupados por demócratas liberales (el presidente de la Cámara sería Richard Gephardt, líder de mayoría David Bonior, y varios como ellos ocuparían presidencias de comités claves), enfrentarían obstáculos como las alianzas entre demócratas conservadores y republicanos.

Algunos líderes legislativos demócratas señalan que si llegan a ocupar la mayoría, el cambio no sería una "revolución" ni ofrecería la posibilidad de promover cambios extraordinarios (por no contar con mayorías abrumadoras), pero que cambiaría el tono y enfoque del debate político nacional, tanto en política interna como internacional.

Desde los temas de educación, salud, vivienda, la política sobre crimen y encarcelamiento, a medidas para elevar el salario mínimo, un cambio en el Congreso ofrecería un nuevo rumbo para abordar temas de gran importancia para esta sociedad, insisten los líderes demócratas en el Congreso.

A nivel internacional, el representante Barney Frank señala que si su partido gana la mayoría, él llegaría a ser presidente de un comité encargado de asuntos de la Reserva Federal, el FMI y el Banco Mundial. De llegar a ocupar ese puesto, prometió Frank en entrevista con The Nation, "lo primero que haremos es convocar a una reunión internacional de parlamentarios para presionar al FMI y el Banco Mundial... a distanciarse de la condicionalidad, la austeridad que imponen a los países a través del ajuste estructural... queremos un mayor enfoque sobre la pobreza, el medio ambiente, al fortalecer a los trabajadores" y reducir la carga de la deuda externa con menos condiciones para los países pobres.

Argumentan que si reconquistan la cámara, será más fácil que las campañas de agrupaciones de derechos civiles, de la mujer, contra la pobreza, de derechos laborales puedan promover sus intereses.

Por otro lado, los republicanos sostienen que todo esto representa un riesgo para el país, ya que estas propuestas huelen a una vuelta a las políticas de "gobierno grande" y más intervencionista en asuntos económicos y sociales.

Grupos empresariales han invertido mucho en algunas contiendas legislativas locales porque temen que representantes como Barney Frank no sólo promoverán medidas para imponer condiciones al FMI y el Banco Mundial, sino también estarán dispuestos a obstaculizar la ampliación del libre comercio a través de mayores demandas para incorporar más protecciones a los derechos laborales y el medio ambiente. Los republicanos también están utilizando temas como el aborto y el der elverdenader echo ciudadano a tener armas en sus batallas contra el intento demócrata de retomar la mayoría en la Cámara.

En el Senado, la mayoría republicana está más confiada y se calcula que hay menos riesgo de un cambio del equilibrio de fuerzas. Actualmente hay 54 republicanos frente a 46 demócratas. Sin embargo, no está fuera de las posibilidades una sorpresa, y hay varias competencias para el Senado que atraen el interés nacional, particularmente la de la "primera dama", Hillary Rodham Clinton, en Nueva York, entre otras.

Tal vez la batalla más inusual para el Senado se está realizando en Missouri, donde el candidato demócrata era el gobernador del estado y murió en un avionazo hace un par de semanas. El rumor es que su viuda aceptaría ser nombrada al Senado si su difunto marido gana. En las últimas encuestas, el difunto aventajaba a su contrincante en busca de su reelección, el denador John Ashcroft. Si gana el muerto, consideró un analista de CNN, los republicanos dicen que harán todo para evitar que la viuda entre a la Cámara alta, alegando que por ley, el candidato debe ser habitante en su estado; y este ya no habita la tierra.

Pero todo estará en veremos hasta el último momento. También mucho dependerá del "jale" del voto del candidato presidencial de cada partido para determinar la participación de las bases.

Al mismo tiempo, las encuestas registran que la mayoría del electorado prefiere mantener a un "gobierno dividido", con el Ejecutivo en manos de un partido y el Legislativo en manos del otro. ƑSerá por sabiduría que se busca enfrentar, y así lograr limitar lo más posible, el daño que hacen los políticos en nombre del interés del pueblo?