Nací priísta y así moriré: Rodríguez Alcaine
Ť Descalifica a la planilla Cambio y Democracia, que busca relevarlo al frente de su sindicato
Ť Considera que Carlos Abascal posee conocimiento para acceder a la Secretaría del Trabajo
Luis Hernández Navarro y Emilio Lomas M. Ť Aspirante a una sexta reelección como dirigente nacional de los trabajadores electricistas agrupados en el SUTERM, Leonardo Rodríguez Alcaine asegura que ofreció a Vicente Fox que si él era un estorbo para el presidente de México, se iba a su casa, pero no le daría ''las nalgas''.
En entrevista con La Jornada, el también líder de la CTM asegura que su gremio se opone a la privatización de la industria eléctrica, pero no a una apertura en la que el gobierno tenga ''ciento por ciento la rectoría del sector''. Cree que la reforma no incrementará las tarifas, aunque admite que si la iniciativa privada invierte en la distribución del fluido eléctrico, ''sí se irían hacia arriba las tarifas para que fueran negocio''.
En vísperas de la realización del congreso nacional del SUTERM, descalifica a sus oponentes de la planilla Cambio y Democracia Sindical, que lo acusan de perpetuarse en el poder y de corrupción, y responsabiliza de las críticas en su contra al PRD. Afirma que su reelección es un hecho que no se puede negar, para el que no hay explicación.
El máximo jerarca cetemista reconoce en el encargado del área laboral del equipo de transición foxista, Carlos Abascal, conocimiento para manejar la Secretaría del Trabajo, y anuncia relaciones de colaboración y entendimiento entre el movimiento obrero y el futuro gobierno. Asegura que la representación sindical ante Vicente Fox la tendrán la CTM y el Congreso del Trabajo.
Priísta de toda la vida, Rodríguez Alcaine niega que vaya a romper con su partido y adjudica la derrota electoral de éste a 18 años de empobrecimiento de los trabajadores y a la incapacidad para mejorar las condiciones de vida. Rechaza, sin embargo, luchar por aumentos generales de salario.
El presidente electo y el movimiento obrero
-Como presidente del Congreso del Trabajo, ¿cómo ve el futuro de las relaciones con Vicente Fox?
-Les voy a contar mi plática con Fox. No es mi amigo ni mi cuate; ojalá sea mi cuate, pero me la publicaron al revés. Le dije que yo iba a darle los puntos de vista de la CTM, no del Congreso del Trabajo, y que íbamos a platicar también lo del sector eléctrico. Platicamos de qué posibilidad había de que esos puntos los integrara a su programa de gobierno. Dijo que lo iba a estudiar y posteriormente lo contestaría. Hablamos del sector eléctrico, sobre sus graves problemas de generación y acerca de sus límites, y que eso nos obligaba a ver la necesidad de inversión en el sector eléctrico. Le hablé del subsidio. Al final le dije: señor, quiero hacerle una pregunta, si Leonardo Rodríguez Alcaine estorba para el presidente de México, se va a su casa. Me dijo: ''No, soy muy respetuoso de la decisión de las organizaciones sindicales''. Le agradezco mucho que me hable así, pero quiero decirle ?y así se lo dije? que no le daré las nalgas. Soy priísta, nací priísta, moriré priísta.
-Sin el PRI en el Palacio Nacional, ¿cómo va a ser la relación entre el movimiento obrero y el gobierno?
-Yo creo que la alianza era fundamental con los gobiernos revolucionarios. Creo que esa alianza no será igual, porque somos de diferente partido. Hoy nosotros somos de oposición, pero vamos a tener el respeto para el gobierno de Vicente Fox y, a su vez él ?por lo menos hasta donde sé por la gente que está en el equipo de transición?, está de acuerdo en que seamos respetuosos. Sobre esa base vamos a trabajar igual.
-¿Hubo, por parte de ustedes, algún planteamiento respecto a romper con el PRI e irse a las filas del PAN?
-No, es una mala interpretación que alguien hizo en un foro al que nos invitó Acción Nacional.
-Antes de que Vicente Fox ganara las elecciones usted
hizo una serie de señal
amientos en el sentido que, de triunfar, le iban a hacer
un paro nacional...
-Esa declaración fue chueca y fue de una gente de La Jornada, que no me quiere.
La privatización eléctrica
-En febrero del año pasado usted anunció, primero que nadie, la reforma del sector eléctrico. ¿Por qué se adelantó al secretario de Energía y al director de la CFE?
-Realmente no me adelanté. Había una gran inquietud entre los trabajadores de Comisión Federal de Electricidad. Por ese motivo quise expresarles a mis compañeros, para que hubiera calma y pudiéramos seguir trabajando, que la idea no era privatizar sino buscar el complemento de la reforma que se hizo en 92 para que la iniciativa privada participara.
-¿Apoyaba usted, como secretario general del SUTERM, la reforma que presentó el Ejecutivo?
-Modificada, porque la discutimos un poco. Pedimos que la privatización no fuera directa, sino que el gobierno tuviera ciento por ciento la rectoría del sector eléctrico y se pudiera buscar la forma de que la inversión privada fuera positiva para el país.
-Si actualmente está permitida la intervención de la iniciativa privada en la generación eléctrica, ¿por qué una reforma?
-Porque el problema no está claro en la actual reforma y eso nos obliga a garantizar de alguna manera la inversión de riesgo en la iniciativa privada.
-¿Los empresarios estarán dispuestos a arriesgar, a no tener ganancias?
-Sí van a tener ganancias, porque les aseguran la adquisición total de la generación y a precio.
-¿Cuál es la diferencia que hay entre apertura y privatización del sector eléctrico?
-La diferencia es que el gobierno de la República tiene la rectoría del sector eléctrico en todos sus aspectos. La apertura es para que haya un riesgo de la iniciativa privada; para que ellos generen y nos den su generación a la CFE, para nosotros transmitir y distribuir en donde tenemos toda la infraestructura.
-¿Cuál sería la diferencia con lo que actualmente existe? Porque ahora ya puede entrar la IP a generar energía eléctrica.
-Una solamente: que en un futuro la iniciativa privada tenga la posibilidad de empezar a distribuir.
-Pero la inversión privada en la distribución no implica una gran inversión, ni resuelve el problema central que es el de la generación, y en cambio sí es un negocio muy atractivo.
-Quién sabe, porque los precios en la distribución sí se irán hacia arriba: habría que aumentar las tarifas para que fuera negocio. En este momento, el negocio es sólo la generación. La distribución nos saldría en un costo diferente, porque ellos tendrían que poner sus propias líneas, sus propias redes de distribución.
-¿La apertura va a implicar un incremento en las tarifas?
-Yo creo que no. Al revés, con la competencia entre los generadores y nosotros ?como CFE? buscaremos un encuentro de mercado para que las tarifas vengan hacia abajo. Salvo que se presenten problemas comos los de ahorita, en que el precio de los combustibles están por los cielos.
-Pero ¿no son ya las tarifas mexicanas de las más bajas del mundo?
-Sí, es la más baja del mundo. Hay un subsidio residencial en agua potable, en riego agrícola, es decir, en el campo y pozos para riego, y había uno pequeño para la industria, mismo que ya se agotó.
-Pero si la iniciativa privada se hace cargo de la producción y la transmisión, ¿quién va a absorber todo ese subsidio?
-De eso no puedo hablar todavía, porque no estamos hablando más que de generación. Posteriormente quizá haya alguna forma de que la iniciativa privada distribuya, pero hasta este momento no hay tal cosa.
-¿Cómo bajarían las tarifas si actualmente hay un subsidio?
-El gobierno, desde luego, es el que se haría cargo de las gentes (sic) que tuvieran consumos mínimos y se daría a quien lo necesita verdaderamente.
-La reforma no prosperó durante la administración del presidente Zedillo. ¿Por qué no caminó?
-No caminó porque se politizó; teníamos encima la elección presidencial. Ese es el motivo real por el que no se llegó a un concurso en el Congreso. Ya se habían hecho algunos foros en los que se iba a modificar en gran parte el proyecto del presidente Zedillo.
Congreso del SUTERM y disidencia
-En el marco de la apertura o privatización, dependiendo
del enfoque de la reforma, distintas secciones del SUTERM se manifestaron
en contra de la propuesta del Ejecutivo, incluso fueron críticos
con la dirección nacional del sindicato. ¿Qué opinión
le merece?
-En primer lugar, no son disidentes. El sindicato desde
el primer día ya estaba hablando de que no hay privatización
y eso lo seguimos sosteniendo. No ha sido más que un movimiento
de tipo político que han estado utilizando los compañeros
dizque disidentes del PRD que están metidos en la CFE.
-¿Es un asunto de partidos?
-Así es.
-¿No es una inconformidad de la base trabajadora?
-No precisamente. Lo politizaron y esto ha obligado a tener otros antecedentes y otras formas de trabajo.
-¿Aun con Fox es ésta la postura que mantiene el sindicato? ¿No ha variado?
-Claro, no ha variado. El sindicato no está por la privatización y sí está dentro de un marco en el que siga teniendo el país la rectoría y la dirección del sector eléctrico.
-Ustedes están a punto de tener un congreso para nombrar directiva nuevamente. Por primera vez en muchos años hay una planilla opositora. Sus integrantes se han quejado públicamente de que ha habido malos manejos por parte de la dirección sindical en la conducción previa de este congreso.
-No es cierto eso. La gente que está actuando ha estado diciendo muchas mentiras. Por ejemplo, han hablado de que debo darle cien mil pesos a cada secretario general y un coche último modelo. De tener yo el dinero para eso, les digo adiós y me voy a dormir tranquilo a mi casa. Es una gran mentira.
''La otra mentira que han estado diciendo es sobre la ayuda mutualista, que tuvimos hace muchos años, en la que teníamos que dar una cuota de 15 pesos cada vez que se moría un compañero, y mandábamos el descuento; la comisión lo recogía en la caja central de oficinas nacionales y por contrato nos daban mil pesos más para complemento del beneficio que se le daba al beneficiario del trabajador. Cuando la ayuda ya estaba aquí, venía el beneficiario que había decidido el trabajador. Se les daba por medio de un cheque que entregábamos en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. El cuarto juzgado de distrito ordenó a la junta que revisara el asunto; ya tenemos el laudo totalmente absuelto. Sus críticas son cosas de ese tipo.
''Eso que dicen de que yo me he robado el patrimonio del sindicato.... El viernes vamos a dar un informe y soy muy codo en ese aspecto. No permito que haya despilfarros'', asegura.
-Ellos proponen la elección de los dirigentes por votación directa y secreta.
-Nosotros tenemos un estatuto que está vigente y sobre ese trabajamos. Si hay alguna modificación al estatuto será para el futuro.
-El que las elecciones de dirigentes no sean sobre la base de la votación directa y secreta, ¿no impide que haya democracia dentro del sindicato?
-Yo he estado haciendo asambleas en cada una de las secciones sindicales. Han manifestado su voto, han nombrado los delegados ante notario público. De 204 secciones hay 17 en contra. La mayoría ordenó eso y eso es democracia.
-Se quejan de sus continuas reelecciones...
-Eso es un hecho que no puedo negar. No hay explicación, pero la gente ha querido que yo esté y hoy va a querer que yo esté. No estoy forzando a nadie, a nadie se le ha perjudicado.
Abascal y el movimiento sindical
-¿Cómo ve a Carlos Abascal como futuro secretario del Trabajo?
-Es trabajador, no patrón. Ha trabajado para muchas empresas, pero nunca ha sido industrial. Tiene ?indiscutiblemente? sus ideas patronales, pero también una ventaja: el conocimiento general de la Secretaría del Trabajo, de la contratación colectiva y de una serie de cosas que hemos estado platicando muchos años con él.
''Por ejemplo, las posibles adecuaciones o reformas a la Ley Federal del Trabajo las hemos estado viendo con la cúpula empresarial, y ya hemos terminado con el Código Procesal Laboral. Claro que está en borrador para que sea editado y lo empecemos a manejar.
''Después vamos a hablar las dos partes con la Secretaría del Trabajo como árbitro, para ver el resto de la ley, a efecto de que sea el proyecto que enviemos a la Cámara, consensado por las dos partes productivas'', explica.
-¿Está usted de acuerdo con él en que la lucha de clases es cosa del pasado y que las relaciones obrero-patronales tienen que sustentarse en un humanismo profundo?
-En un humanismo profundo, sí, pero no es lucha del pasado todavía ese asunto porque seguimos trabajando, ellos en lo suyo y nosotros en lo nuestro, pero tratando de coordinarnos para que crezca México.
-¿Usted prevé una relación de entendimiento?
-Sí, una relación de entendimiento mutuo con respeto al gobierno y al aspecto sindical. Todo dentro del marco de la ley.
-¿De cooperación y sin dificultades?
-Claro, lo que necesitamos en México es crecer y estar en paz.
-Las declaraciones que hizo Abascal de que los incrementos salariales tendrían que estar atados a la productividad, ¿qué opinión le merecen?
-Creo que hay dos aspectos. Primero vamos a hablar de la pronta posibilidad de incrementos reales; quiero decir con esto que los 3, 4, 5 o 10 puntos que estén sobre la inflación sean auténticamente positivos para el poder adquisitivo del salario. Hasta el año pasado todo lo que nos dieron se lo llevaron los comerciantes.
-Pero esta idea de comprometer los aumentos en la productividad, ¿le parece incorrecta?
-No me parece correcta porque en primer lugar todavía no hemos desarrollado totalmente la productividad. Cuando estemos en condiciones de un desarrollo para todos de la productividad, entonces podríamos hablar de la posibilidad de esto. Por lo menos en este momento no pueden ir unidos.
El Congreso del Trabajo y el movimiento sindical
-¿Cómo ve desde el Congreso del Trabajo a organizaciones como la UNT?
-Creo que en este momento enriquecer las cosas del movimiento obrero es bueno.
-¿Hay rivalidad?
-Hay rivalidad desde el punto de vista de pensamiento, pero la verdad es que no hay rivalidad en el fondo. En el fondo todos estamos anuentes a que busquemos la mejor solución para que se hagan respetar las conquistas que durante un siglo otros compañeros han hecho. En el momento preciso y en las cosas de fondo vamos a estar unidos.
-¿Quién de todos estos agrupamientos va a representar a los trabajadores mexicanos ante el nuevo gobierno?
-La CTM. Es la rectoría mayoritaria del movimiento obrero por mucho tiempo. La parte del Congreso del Trabajo es la que debe representar al sector obrero.
-¿Cuál es su opinión sobre Francisco Hernández Juárez?
-Mire usted, es una gente a la que hizo don Fidel y que traicionó a don Fidel. Lo hizo presidente del congreso y traicionó al Congreso del Trabajo. Es una gente muy exhibicionista. Habla de no privatizaciones y él aceptó la privatización con cantidades importantes para el sindicato que nosotros no podríamos aceptar porque no somos patrones.
-¿Su opinión sobre Elba Esther Gordillo?
-Ella es otra cosa: es una mujer muy luchadora, muy centrada, muy politizada, y su base, el Sindicato de la Educación (sic), es un sindicato que debe estar muy presente porque son los educadores de las nuevas generaciones de México. Ella debe tener un papel preponderante en la burocracia en este momento, y quizá en el gobierno de Vicente Fox.
-¿Cómo ve a Joaquín Hernández Galicia?
-Fue un gran luchador de su época. El sindicato petrolero fue uno de los baluartes importantes del movimiento obrero. Durante una gran etapa hizo grande a su sindicato. Tiene una visión empresarial muy especial. Quiso hacer mucho y abarcó poco, y le salió el tiro por la culata. Es un hombre que piensa en México; es un hombre nacionalista que ha trabajado para sus compañeros petroleros.
-¿Su error fue confrontarse con el presidente en turno?
-A lo mejor, pero él confrontamiento no era por gusto, sino por la lucha normal de su dirigencia y su liderazgo, así como por la defensa de Pemex, que está en la misma línea de nosotros.
El movimiento obrero y el PRI
-¿Cómo ve el futuro del PRI?
-Mire usted, yo no hablaría del dirigente nacional. Yo hablaría primero de qué vamos a hacer en la reconstrucción de los documentos básicos del partido, después de eso lo haría saber al Consejo Político Nacional para acordar la fecha de la asamblea nacional, habiendo discutido los papeles y habiéndolos llevado a la asamblea. Sólo hasta después de aprobarlos entraríamos a una nueva etapa para saber quién va a ser la dirigencia del partido. Antes es inútil hablar de eso, porque sería una dirigencia de transición. Para la transición, tenemos a la actual; para qué le movemos el petate en este momento.
-¿Cree usted que hay alguna relación entre la derrota del PRI en las elecciones presidenciales y el castigo a los sectores?
-En términos de posiciones, no. Yo lo veo en términos de la pobreza de los trabajadores durante los últimos 18 años. A eso se debe la derrota que tuvimos. Ni los gobiernos anteriores ni los líderes logramos mejorar las condiciones de vida por culpa de la globalización. Eso nos hizo que variara el pensamiento del pueblo de México y fundamentalmente de los trabajadores.
-¿Tienen los dirigentes sindicales responsabilidad en eso?
-En cierta forma tuvimos responsabilidad, porque tuvimos que apechugar con las condiciones económicas del país.
-¿Planea el Congreso del Trabajo exigir un aumento de salarios al nuevo gobierno para resarcir esta situación?
-Estamos estudiando lo importante para ver cuáles son los nuevos repiques. Y eso es el nuevo salario mínimo que tenemos en puerta. Aunque el salario mínimo aumente tres veces, no vamos a resolver ningún problema; pero incrementar tres veces el salario en este momento desquiciaría al país. Entonces, nosotros vamos a pedir que a través de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos haya homologación de las tres zonas con la más alta; segundo: 25 por ciento de aumento al salario mínimo, que seguirá siendo un indicador económico y no un salario, y tercero, que nos permitan que quede por escrito que las organizaciones sindicales con sus respectivas empresas tengan la completa libertad para revisar sus contratos colectivos y negociar los aumentos respectivos de acuerdo con lo que cada una de las empresas pueda dar. Con esas condiciones vamos a ir recuperando ese poder adquisitivo.
-¿Pero no aumentos generales, como en 70?
-No habrá aumentos generales. Buscaremos económicamente qué es lo más conveniente para la empresa y el trabajador.