MIERCOLES 1o. DE NOVIEMBRE DE 2000

Ť CIUDAD PERDIDA

Ť Miguel Angel Velázquez Ť

Ť La guerra de Luis de la Barreda

Ť Cabildeos sobre el Código Penal

Desde hace buen tiempo, de todos es sabido, la Comisión de Derechos Humanos local se ha empeñado en hacer la guerra al Gobierno del Distrito Federal. Digo que la guerra, porque la procuración de justicia hacia los derechos humanos se ha opacado con base en caprichos y necedades.

Decirlo nada más porque nos sale del pecho podría suponer otro sesgo en esto que cada vez parece más doloroso para las instituciones de gobierno capitalinas. Por ello lo mejor resulta contarle a usted los entresijos del asunto que den piso a este lío, que hoy en la Asamblea Legislativa pudiera dar un giro muy negro al Código Penal y pretendió, sin fortuna, crear un ambiente de linchamiento en contra de Samuel del Villar.

Al iniciarse la semana, el lunes pasado, el doctor Luis de la Barreda citó a las fracciones parlamentarias de PRI, PAN y Democracia Social en la ALDF, para hacerles saber su postura frente a la comparecencia del procurador Del Villar ante esa representación, y convencerlos de sus ideas respecto del delito hoy grave de falso testimonio.

Primero, me cuenta uno de los asistentes, pasó el PAN. Allí estaban Hiram Escudero, Francisco Solís, Walter Widmer, entre otros; después fue el turno del PRI, y a la convocatoria asistieron María de los Angeles Moreno, Miguel González Compeán, Juan José Castillo Mota, Margarita González Gamio y Cuauhtémoc Gutiérrez, y por Democracia Social, en su momento, llegó Enoé Margarita Uranga.

Los testigos de las reuniones dicen que el ombudsman Luis de la Barreda hizo una breve reseña de los logros de la comisión, varios y variados durante su gestión, para luego extenderse en los ataques en contra de Samuel del Villar.

Entre otras cosas, De la Barreda les dijo parte de lo que ayer, durante la comparecencia del procurador, repitieron los legisladores: que si la IBM, que si Paola Durante y su inocencia, pero también les aseguró que por cualesquiera de las denuncias que él ha hecho, otro funcionario hubiera sido despedido de inmediato.

Y luego les dio su diagnóstico sobre las actitudes del procurador: "Samuel del Villar se venga de la vida", les dijo para acabarlos de convencer y algunos, como Miguel González Compeán, que ayer mismo invitó a la madre de Paola Durante al lugar reservado para los invitados del PRI en el recinto de la ALDF, se aprendió el script.

En fin, el ombudsman de la capital del país cabildeó todo el lunes para convencer a los diputados a la Asamblea también de echar abajo las modificaciones al Código Penal, en el que la falsedad en declaraciones se califica como un delito grave, con penas que van de los seis a los ocho años, es decir, sin derecho a fianza.

La modificación que pretende la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal reduciría la pena a un periodo de dos a cuatro años. Así, quienes mintieran frente al Ministerio Público podrían quedar libres. Miguel Angel Yunes, Luis Gabriel Valencia (El Cocinero) y Antonio Gress, el socio del Lobohombo, todos gente de fiar, no tendrían culpa ninguna. Pareciera, entonces, que la modificación tendría dedicatoria.

Pero en fin, esa es la historia. El especialista en derechos humanos, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de la Universidad Anáhuac, doctor Francisco Javier Acuña Llamas, escribe este mes en la revista El mundo del abogado, un artículo donde se atreve a juzgar el quehacer de De la Barreda.

Su escrito se titula "ƑOmbudsman o defensor privado?" Y copio parte de su idea al respecto: "Se trata de un caso que ha cobrado enorme relevancia en el interés de la opinión pública y un interesado protagonismo de la CDHDF con intervenciones, declaraciones en los medios de comunicación y una recomendación, más que de ombudsman, propia de una ONG y hasta en algún momento equiparable al informe de un defensor privado.

"Ello, en disputa a su misión esencial de organismo público (las cursivas son del original) y en seria quiebra del principio de neutralidad técnica desde la que el ombudsman debe siempre actuar" y "el riesgo para el ombudsman de apostar su capital de autoridad moral en un caso mal fundado. Es insostenible -dice el especialista- para la salud de la cosa pública del DF, el burdo altercado, que durante meses y a través de los medios de comunicación mantiene el ombudsman capitalino con la Procuraduría General de Justicia del DF, especialmente por el caso de Paola Durante y coacusados, al grado de exigir, públicamente, el titular de la CDHDF, la renuncia del procurador, al haber fracasado la recomendación (2/2000), plagada de excesos e inconsistencias y que, naturalmente, no ha sido acatada".

Y son los medios, tal vez ahora los más afines a Luis de la Barreda, que no necesariamente a la defensa de los derechos humanos, los que han denunciado una y otra vez esa guerra a la que todos hacen referencia.

Son muchas las acciones en las que la Comisión de Derechos Humanos debió haber intervenido para hacer respetar la integridad de muchos ofendidos. Los ejemplos saturan la memoria: las jóvenes violadas por policías en Tláhuac; los niños de la calle a quienes otros vigilantes de la Central Camionera del Norte prendieron fuego mientras dormían en una coladera, o las acciones de las autoridades universitarias, que ficharon a maestros y funcionarios de la UNAM mientras ocurría la huelga pasada.

En esos asuntos la CDHDF calló y cayó. Ahora se pretende abrir un nuevo capítulo de esa cruzada, esa guerra personal del ombudsman capitalino, quien según se cuenta también se ha integrado al equipo de Fox, igual que perteneció al grupo convocado por la rectoría de la UNAM en los momentos de huelga.

Pero lo más grave del asunto es que la CDHDF se ha desgastado, se manchó y será muy difícil que la gente recupere la confianza en el trabajo de esta institución, ahora montada en cólera personal.

Y con esto no se trata de disculpar los errores del Gobierno del DF, nada de eso. Las actitudes del gobierno en contra de los derechos humanos de sus gobernados no han sido pocas y algunas de ellas se han castigado pese al silencio de la CDHDF, pero otras han quedado impunes.

La guerra continúa y hoy, en la ALDF, con las obvias complicidades del PRI y el PAN, como siempre los Yunes, los cocineros, los socios de antros, y cualquiera que quiera mentir a la autoridad, quedarán impunes. šViva la ley!

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