Ť La cuarta entrega de la saga del Capitán Alatriste será primero en bytes
Suicida y estúpido, dar la espalda a Internet, considera Pérez-Reverte
Ť ''Escribo para que me lean y si ha de ser de esta forma, sea'', expresó el narrador español
Ť Si con este experimento mis libreros se cabrean, es cosa suya, advierte
César Güemes Ť Estaban todos y no era para menos. La plana mayor de una de las editoriales más fuertes en el orbe de habla hispana se reunió en torno de Arturo Pérez-Reverte para anunciar el lanzamiento, llamémosle prepublicación, de la cuarta entrega de la saga del Capitán Alatriste, El oro del rey.
El prosista cartagenero, sabedor del status que ocupa no sólo en la literatura castellana sino en las librerías, hizo hasta lo imposible por salirse de la virtual camisa de fuerza con motivo de la versión en Internet que tendrá su nueva novela. Respecto de la posibilidad de que un asiduo ''baje" la novela completa de la red y luego la distribuya de manera gratuita por medio de Internet, o imprimiéndola por su cuenta, dijo Pérez-Reverte a lo largo de la hora que duró la videoconferencia desde la Casa de América, en Madrid: ''Adelante, que se la pirateen, la copien y la regalen todos los que quieran. Escribo para que me lean y si ha de ser de esa forma, sea. De hecho, la primera propuesta era regalar la novela durante un mes en Internet, pero pensamos en la posibilidad de un compromiso, así fuera simbólico, por parte del lector".
En efecto, a diferencia de lo que será la versión impresa del primer proyecto en línea de Alfaguara a través de Santillana, el precio por obtener la copia virtual de la obra, en formato PDF, equivale a 30 pesos, la quinta parte de lo que se espera sea el costo de un ejemplar ''real".
Vía libre a los piratas
El enlace llegó a Colombia, Argentina, Estados Unidos y México, mas la prensa madrileña, que demostró amplia y risueñamente dos hechos: uno, su interés más por el rubro económico que literario de El oro del rey; otro, su desconocimiento galopante sobre quién es, incluso con documentos periodísticos en la mano, el autor contemporáneo más leído en lengua española. Todo se realizó en presencia de Juan Cruz, titular de comunicación de la empresa; Isabel de Polanco, consejera de Santillana, Jesús de Polanco, presidente del Grupo Prisa y fundador de Editorial Santillana; Juan Luis Cebrián, académico de la lengua, novelista y consejero de Prisa; e Iñaki Santillana, vicepresidente de prisa.com, la compañía en donde podrá adquirirse virtualmente la obra a través de inicia.com a partir del próximo viernes.
En cuanto a convertir a bytes su trabajo literario, algo que de cualquier forma ocurre desde hace tiempo merced a las páginas web de sus numerosos lectores internautas, Pérez-Reverte fue transparente:
''El tema lo medité bastante antes de decir que sí. Lo que pasa es que si uno lo piensa bien, puede perjudicar mis intereses comerciales más que beneficiarlos, porque facilita el pirateo, que es como si un grupo de amigos compran un solo ejemplar impreso y se lo prestan entre sí. Creo que hay un riesgo que corro como autor. Pero hay algo que está muy claro: un escritor quiere que lo lean. Ahora hay un medio que se llama Internet y que tiene una potencia inaudita, de difusión y de alcance como ningún otro medio. Entonces, yo quiero que me lean. Si sale mal comercialmente, si es un fracaso, será con este libro y ya haré otro que no aparezca al principio por la red. Pero era muy tentador jugar el juego esta vez".
Las razones desde la mira del creador son válidas en un mundo interconectado: ''Si hay personas que nunca me leerían porque mis libros no llegan hasta donde están o porque son caros como en América Latina, entonces puedo permitirme el lujo, por una vez, de arriesgarnos en esto y hacer que los lectores conozcan mi trabajo. Si se lo piratean, que lo hagan; si lo machacan, adelante. No íbamos ni a cobrar, esa era la idea original, pero hay que ver que la editorial se ha gastado una pasta en poner a prueba este proyecto. Claro, para la editorial significa poner a punto un cauce que puede ser circulado por otros autores. Me utilizan porque funciono en las dos orillas. El riesgo para mí es más reducido. Lo veo de este modo: si nadie baja el libro de Internet y nadie lo compra después, he perdido un libro y se acabó, haré más. Ocurre que de varios países me escriben, lo mismo de Cuba o de Colombia, y no tienen acceso al libro porque no llega o porque es caro. A partir del viernes podrán leerlo o pirateárselo, bendito sea dios, que lo pirateen cuanto puedan porque no necesito este libro para vivir. Si además de eso un libro da dinero porque funciona comercialmente, pues estupendo. Aparte, estoy seguro de que el título va a comprarse como se haría normalmente, la salida en Internet es una forma de promoción. Si alguien se lo piratea de la red o lo compra, me da igual. Dar la espalda a Internet sería suicida, estúpido y absurdo".
O sea, no es para tanto, porque, como argumenta Pérez-Reverte, quien en su nueva obra incluye al espadachín ''Saramago el Turco'', para brindar ese gesto de amistad al Nobel lusitano: ''Soy un profesional y deseo que mis lectores se multipliquen. Es un experimento que me parece muy interesante, con lo cual se justifica del todo el intento. Si mis libreros se cabrean, es cosa suya, que se busquen la vida y vendan lo que tienen que vender".