MARTES 31 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Revocan el registro de Rutskoi, principal aspirante


Triunfa Surzhikov en la región de Kursk, con ayuda del Kremlin

Ť Piden anular los comicios por "incontables irregularidades"

Ť Habrá segunda vuelta, si la Corte no invalida los resultados

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 30 de octubre Ť Insólita y de ominosos efectos por el precedente que sienta, fue la manera en que el Kremlin decidió contribuir al triunfo en las urnas de su candidato a gobernador de la región de Kursk, el general Viktor Surzhikov, de larga trayectoria en los servicios secretos de este país.

A escasas horas de la votación, la Comisión Electoral del lugar revocó el registro del principal aspirante, el actual gobernador, Aleksandr Rutskoi, y ordenó tachar su nombre en las boletas, sin darle la posibilidad que marca la ley de presentar una apelación ante la Suprema Corte.

Para Rutskoi, no cabe la menor duda de que la Comisión actuó bajo presión -y probablemente por instrucciones- del Kremlin para impulsar al primero de sus candidatos, de muchos generales que buscarán gubernaturas en los próximos meses, surgidos de los servicios secretos, acorde con el modelo de gobierno regional promovido por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.

La Comisión Electoral de Kursk incrimina a Rutskoi el haber abusado de su puesto de gobernador para inducir el voto en su favor, lo que aquí se denomina el recurso administrativo, y el no haber incluido en su declaración patrimonial un automóvil, de los varios que admitió tener.

Es una razón de peso, a no ser que se use como instrumento para fustigar indeseables y se desvirtúe con una aplicación de modo selectivo, como parece que está sucediendo, al margen del cuestionable comportamiento de Rutskoi como cacique de la región de Kursk, que según sus adversarios gobernó como si se tratara de un feudo propio.

Para no ir muy lejos en busca de ejemplos de la ventaja que significa en Rusia el recurso administrativo, el mismo Putin se benefició de él para suceder a Boris Yeltsin. En contados meses, de virtual desconocido emergió como el político más popular del país, a golpe cotidiano de una muy bien estructurada campaña mediática. Hacia mediados de agosto del año pasado, Putin se volvió un proyecto, el proyecto de Yeltsin, como el propio ex presidente recordó -y le recordó- en el reciente libro que cierra la trilogía de sus memorias.

Acaso por ello, y por el abierto apoyo de Putin al general Surzhikov, Rutskoi no da su brazo a torcer y solicitó a la Suprema Corte la anulación de los comicios en Kursk. Sustenta su alegato en la anulación de su registro apenas 12 horas antes de que abrieran las urnas y en "incontables irregularidades" durante la votación. Entre estas últimas, señaló que se viola el derecho constitucional de las más de 4 mil personas que habían ejercido la posibilidad legal de votar de modo anticipado.

A todo esto, el candidato del Kremlin no logró vencer en la primera vuelta y obtuvo apenas poco más de 20 por ciento del voto frente a 40 por ciento de Aleksandr Mijailov, primer secretario del Partido Comunista en Kursk, el mayor beneficiado de la exclusión de Rutskoi.

Mijailov y Surzhikov irán a una segunda vuelta, a menos que la Suprema Corte invalide los resultados de la primera y disponga restablecer a Rutskoi como candidato. Si no sucede así, el Kremlin difícilmente podrá celebrarlo como una victoria completa: habrá quitado a Rutskoi, pero tampoco estaba en sus planes despejar el camino a la gubernatura de Kursk al candidato del Partido Comunista.

Aferrado a la creencia de que su palabra basta para disipar cualquier sombra de sospecha, el Kremlin se limitó a desmentir que el caso Rutskoi es un experimento de lo que puede ocurrir en otras regiones de Rusia.

Putin no quiso recibir a Rutskoi y, por medio de terceros, hizo saber que "ni el Presidente ni la Oficina de la Presidencia tuvieron nada que ver".

El semanario Novaya Gazeta, puesto a la venta este lunes, publica un documento interno del Kremlin que demuestra que no es ajeno a soterradas maniobras en las elecciones regionales.

Bajo el título de La Lista del Kremlin, el semanario da a conocer un plan detallado para quitar del camino a gobernadores que no son de su agrado. En cada caso, se especifica cuándo son las elecciones, qué día el candidato apoyado por el Kremlin debe pedir a la respectiva Comisión Electoral la cancelación del registro del principal aspirante (léase, los actuales gobernadores), cómo argumentar jurídicamente la petición y, hasta ese extremo se llega, qué día la Comisión Electoral tomará una decisión satisfactoria.

El documento se refiere sólo a la parte central de Rusia y tiene la mira puesta en los gobernadores de Briansk, Riazán, Vladimir y Kaluga. El primer escenario de los operadores del Kremlin ya se cumplió al pie de la letra: la lista la encabeza el gobernador de Kursk, Rutskoi.