MARTES 31 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Hallazgo de Abuelas de Plaza de Mayo


Resuelven otro caso de niños robados durante la dictadura

Ť Gabriel Matías Cevasco fue secuestrado cuando tenía 3 meses

Ť Serias violaciones a derechos humanos en Argentina: ONU

Stella Calloni, corresponsal/II y última, Buenos Aires, 30 de octubre Ť Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el hallazgo de Gabriel Matías Cevasco, quien estaba en la lista de niños buscados por sus familias después de haber sido robados a sus padres en la pasada dictadura militar. Gabriel tenía tres meses cuando su madre fue secuestrada -con él en brazos- por los militares, en la zona cuatro a cargo del general retirado y procesado ahora Santiago Omar Riveros y el coronel Ovidio Pablo Richieri.

El niño fue entregado por una mujer que trabajaba en la policía a un familia que no tenía contactos con los militares. A los seis años se enteró de que era adoptado y en 1999 llegó hasta las Abuelas. El padre de Gabriel está vivo y pudo rencontrarse con él. Es el caso número 70 de niños encontrados y víctimas del terrorismo de Estado de la dictadura.

No obstante la aparición de este otro "nieto de desaparecido durante la dictadura", el tema de los derechos humanos se hace cada día más difícil y contradictorio ante el peligro de un desenlace fatal al superar los 50 días la huelga de hambre que llevan adelante los llamados detenidos "de La Tablada".

Es el segundo ayuno en este año, ya que el último por más de 40 días finalizó en julio pasado con la promesa de los legisladores de votar la norma solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, para celebrar un nuevo juicio sin las irregularidades comprobadas en el anterior, lo que posibilitaría la libertad a varios de los detenidos, quienes llevan 11 años en prisión.

Los legisladores de la oposición justicialista siguen sin dar quórum, en tanto el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa envió al Congreso un escrito donde explica claramente las exigencias de la CIDH, y de los elementos constitucionales de la adhesión argentina al pacto de San José.

Pero el tema de los presos de la Tablada también está siendo utilizado políticamente como en el mejor estilo de "guerras sucias" que están al día en la política argentina de la última década.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU advirtió que en Argentina aún existen serias violaciones a los derechos humanos por la impunidad que existe para los responsables de los crímenes de la dictadura, las torturas que son comunes en las comisarías y que practican efectivos policiales en todo el país y las fuerzas de seguridad, así como las las pésimas condiciones carcelarias.

Amenazas de Ruckauf

Carlos Ruckauf, gobernador de la provincia de Buenos Aires, a quien algunos periodistas llaman Herr Ruckauf amenazó con realizar un juicio a los jueces que determinen la libertad de procesados, que hayan superado los dos años sin tener una sentencia (el dos por uno) considerado en el Pacto de San José, a los que acusó de "ponerse del lado de los delincuentes", a pesar de que esta legislación tiene rango institucional. Ruckauf puso ahora la mira sobre el prestigioso jurista Eugenio Zaffaroni, a cargo del Instituto contra el Racismo y la Xenofobia.

Añadiendo fuegos a la crisis, continúa la presión de Estados Unidos para que Argentina apoye el Plan Colombia. "La nueva obsesión americana", titula el periódico Página 12 al referirse a la reciente visita del subsecretario estadunidense para Asuntos Hemisféricos, William Borwnfield.

El funcionario llegó con argumentos muy precisos y en silencio, ya que su visita se conoció al final, como sucedió con las pasadas maniobras militares realizadas en Córdoba (agosto y septiembre) encabezada por Estados Unidos, con la participación de varios países de la región y con la significativa ausencia de Brasil y Venezuela.

"En Brasil y la Argentina ya se consumen 100 toneladas de cocaína por año. Significa que se quintuplicó el consumo. Casi toda viene de Colombia", sostuvo Brownfield, y advirtió que hay que realizar un esfuerzo por "reducir al máximo la oferta de droga, combatiendo los cultivos y la mezcla entre narco, guerrilla y paramilitares colombianos".

Desde su punto de vista, su país debe apoyar al gobierno de Colombia porque el "narcotráfico está unido a la guerrilla y a los paramilitares y la comunidad internacional tiene derecho a defenderse frente a eso. Si la Argentina no quiere apoyar el Plan Colombia pero quiere apoyar al gobierno nos parece bien. Es casi un problema semántico. Apoyar significa respaldar políticamente los esfuerzos, respaldarlo en la Organización de Naciones Unidas y en los foros internacionales".

Se estima que Washington quiere forzar un mayor compromiso. "Es muy posible que el apriete venga, más temprano que tarde, en el terreno económico: para Estados Unidos, Colombia parece ser la madre de todas las batallas, y al que no acompañe seguramente le advertirán que afrontará sanciones de hecho, no explícitas en materia de ayuda económica", advierte el análisis de Página 12.