Ť Herencia de hombre libre, obra de Shelley editada por la UAM
Respetar la vida de sus textos es el mayor aprendizaje de un poeta
Ť Incluye selección de poemas realizada por Lorena Larenas, a partir de ocho libros del autor
Ť Creación y academia, dos mundos que no siempre son compatibles, indica el escritor
Mónica Mateos Ť Disciplina, así como la fortuna de haber tenido buenos maestros, encaminaron los pasos de Jaime Augusto Shelley (DF, 1937) hacia la poesía como un oficio que ha alimentado de placer sus noches de vigilia durante cuatro décadas.
Una selección de poemas, realizada por Lorena Larenas a partir de los ocho libros que el escritor tiene publicados, se presenta en Herencia de hombre libre, volumen editado para la colección El pez en el agua de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en colaboración con la editorial Oak, el cual se presentará el próximo 22 de noviembre.
Celebrar la sensualidad
Los versos de Shelley fluyen como celebración a la vida y a la sensualidad después de que se ha tocado fondo:
''Ese otro día ha terminado/ El mundo se apresura envejecido/ Cerrando postigos/ Sin embargo tú y yo/ Hemos permanecido/ Nos movemos abrigados y gozosos/ Vamos de la risa a la música al susurro/ Espiamos la ventana/ Nos burlamos/ Hablamos y callamos/ Hacemos el amor/ Desnudos y abrigados/ La mañana nos sorprende aprendiendo a dormir/ Estrechando el amor/ Acomodándole el canto a la palabra/ La vida nos sorprende."
Quienes acudan a esta antología no percibirán al poeta sobre el que, en sus inicios, pesaba ''la leyenda negra de que era oscuro y complejo".
Hay en las páginas del poemario ''un orden interno, fluido", en el cual se perfilan dos autores: el joven que en 1961 quería ser lírico, y el escritor maduro que ahora posee un aliento crítico.
Larenas señala en la introducción de Herencia de hombre libre que la lectura de este libro está pensada tanto para aquellos ya familiarizados con la obra de Shelley, como para quienes se acercan a ella por primera vez. No obstante, ''la mayoría de estos textos resulta prácticamente inédita dado que sólo uno de dichos libros, Himno a la impaciencia (1971), se ha reeditado. Los demás son producciones de tirajes muy pequeños y, en ciertos casos, de editoriales ya desaparecidas".
Aburridos, los círculos literarios
Jaime Augusto Shelley afirma que el sedimento indispensable para poder iniciar el oficio de escritor, ya sea como narrador o poeta, es una buena educación que incluya una sólida formación literaria. Es decir, ''querer escribir no es lo mismo que escribir; eso les digo a mis alumnos en la escuela de la Sogem y en mis clases en la Facultad de Filosofía y Letras: no se puede pasar del rock en español a escribir poesía. Se tienen que crear las condiciones, no basta la facilidad de intentar cierto juego de rimas, eso no es poesía, es hacer versos, generalmente malos, porque son fáciles.
''En el proceso creativo influye, además, el tiempo. Hay personas que aprenden muy rápido y quienes se tardan mucho. Es cuestión del tiempo interior, de la chispa que prende de pronto con un texto o después de estar dale y dale. No basta tener muchos conocimientos, incluso a veces no es bueno, porque se inhibe el proceso de la creatividad. El mundo de la creación y el mundo académico no son necesariamente compatibles."
En este sentido, el poeta afirma que su vida como escritor ''ha sido extraordinariamente accidentada. He trabajado generalmente en cosas que no parecieran tener relación con la literatura (en una siderúrgica, en Pemex, como inspector de la Dirección General de Cinematografía o haciendo revistas); pues los círculos literarios son muy aburridos y a mí me gusta explorar otras áreas, justamente para llevar al libro los aires de la vida, no del cubículo.
''Claro, hay que leer a los autores que nos gustan, que nos impresionan o impactan, pero luego, hay que darles tiempo para que maduren en uno, que se hagan carne, nuestros. De manera que cuando estas lecturas salgan a través de nuestra escritura lo hagan recombinadas con las otras veinte, cincuenta, cien o mil lecturas que tiene uno. Sin embargo, a muchos les sucede que tienen una influencia literaria y se dejan ir por ella."
?¿Cómo ha sido su tránsito de cuatro décadas por las letras?
?Básicamente ha sido de placer, pues nunca le quise dar el carácter de prioritario. No se come de las letras. Entonces lo prioritario era comer y trabajar en otras cosas, de tal manera que el escribir es un acto totalmente mío, mi deleite.
?¿Cómo llama a ese secreto que marca la diferencia entre escribir y querer escribir?
?Respeto. Una de las cosas que muchos no entienden es que un texto tiene vida propia. El escritor o ayuda a ese texto o lo estorba. En el taller de poesía, cuando trabajamos los textos les digo a los alumnos que están obstruyendo el flujo natural de lo que quiere decir el poema, pues de pronto se quiere encajar un mensaje secreto para la novia o cosas así. Por eso, el mayor aprendizaje que debe hacer un poeta es respetar la vida de sus textos, comprender a dónde quiere uno que éstos vayan.
?¿Debe existir también una disposición del lector para aprender a leer y apreciar poesía?
?Sí, es como un entrenamiento de las dos partes, es decir, tanto del que toca el pito que nada más oyen los perros, y del perro que es capaz de escucharlo ?señala el poeta en referencia a su poema Receta?; debe haber esa comunicación. Y es lo que sucede: a 99 por ciento de los habitantes les tiene completamente sin cuidado la poesía, porque oyen recitaciones y su percepción de poesía está más cerca de Agustín Lara que de la creación, porque así fue su desarrollo social. Ellos no van a escuchar nunca el silbido (música para perros) de la poesía.
(El poemario Herencia de hombre libre de Jaime Augusto Shelley se presentará el 22 de noviembre, a las 19:00 horas, en la Galería Metropolitana, en Medellín, 28 colonia Roma. Participarán José María Pérez Gay, Luis Ignacio Sáinz y el autor)
Escribir poesía o escucharla es como escribir y oír ?en ese orden? música para perros. Se requiere que la gente o los perros? sin ningún orden, tengan otro oído, cambien la nariz de sus palabras y transformen, si la hubieren, vida. Por ello, si no están dispuestos, les ruego que tuerzan el canal, que dejen donde estaba la profunda mente dormida y sigan durando ?que no viviendo? en la otra, que es wash and wear y no pringa quejas, ni es, ni nada. Gracias. Es todo. |