MARTES 31 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Especialistas opinan sobre la exigencia del bono
Bajos salarios, detonante de las protestas de burócratas
Ť Hartazgo contra sus líderes, otra causa de la inconformidad
Ť Esta sería la primera de una serie de manifestaciones, advierten
María Esther Ibarra Ť Bajos salarios, pésimas condiciones laborales, hartazgo contra sus líderes sindicales y la derrota electoral del PRI se conjugan como detonantes de las manifestaciones de los trabajadores al servicio del Estado, a partir de la negativa del gobierno de otorgar el bono sexenal que durante años habían recibido los llamados burócratas.
Esa conclusión la establecen -en entrevistas por separado- académicos estudiosos del movimiento sindical mexicano, quienes coinciden en que, por primera vez, los empleados del sector público confluyen, organizados o no, en las calles para protestar de manera espontánea.
Enrique de la Garza Toledo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y autor de innumerables libros sobre asuntos laborales, ubica como primer elemento de las manifestaciones la enorme insatisfacción de los trabajadores por los raquíticos salarios y una larga lista de problemas que durante decenios han enfrentado los empleados del sector público.
Advierte: "Esta es la primera de una serie de protestas que en los próximos meses veremos, pues entre enero y febrero están en puerta ya la mayoría de las revisiones contractuales y salariales de la burocracia del país". Aunque también anticipa que las bases pueden transformar las relaciones del movimiento laboral con las autoridades, considera que esto podría ser de manera paulatina.
Coordinador del libro La privatización en México, consecuencia sociales y laborales y autor de otros textos sobre el tema, De la Garza Toledo complementa su advertencia: "El asunto del bono sexenal fue el chispazo que encendió el pasto seco de un terreno amplio de inconformidades acumuladas durante años y que, hasta ahora, los líderes sindicales habían podido controlar o reprimir".
Así, para el investigador de la UAM, se pague o no el bono, el efecto de la protesta se prolongará, porque el gobierno foxista ya ha dado señales de que no habrá un cambio en la política laboral.
Si bien indica que en ciertos momentos ha habido brotes de protestas de trabajadores de algunas dependencias gubernamentales, menciona que desde los 70 no se había dado un movimiento intersecretarial de los empleados públicos.
En su opinión, en la llamada "rebelión de la burocracia" se combinan los bajos salarios y las condiciones laborales adversas y que ahora estallaron en manifestaciones de descontentos, pues "los líderes sindicales de la FSTSE no tienen la estructura de poder y control sobre los trabajadores, que les brindaban desde la Presidencia de la República las autoridades de la Secretaría del Trabajo y el propio PRI".
Factura que el PRI le está pasando a Zedillo: Bouzas
Para Alfonso Bouzas, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, las acciones de los burócratas revelan la "corrupción política a nivel nacional, pues no es posible que se desconozca a cuanto ascienden los salarios de los trabajadores públicos o se les quite una prestación económica que tienen comprometida".
Pero por igual, dice, es una "factura que el PRI le está pasando a Zedillo por la forma como aceptó el triunfo electoral del PAN y, a su vez, Zedillo se la está pasando a Fox por esa misma razón. Su negativa reiterada a no pagar el bono, es muestra de que pretende que el panista saque del fuego esta castaña".
Sin embargo, considera que si los burócratas están saliendo a las calles es por "hambre, pues los salarios son raquíticos, y jurídicamente tienen derecho a que se les pague el bono".
A eso, suma que los trabajadores tampoco obedecen ya a los líderes sindicales. Ayala (Joel, dirigente de la FSTSE) es un "oportunista que busca legitimar su fuerza coorporativa a través del descontento de los trabajadores. Sin embargo, no le quedaba de otra, pues era obvio que las protestas se generarían, y corría el riesgo de ser rebasado en su disputa por el control del movimiento sindical y la dirección del Congreso del Trabajo".
José Luis Reyna no desestima que influyó la derrota electoral del PRI para que los trabajadores salieran a manifestarse en las calles, pero resalta la "incertidumbre" y la desigualdad social existentes en el país como los puntos centrales de la protesta de los trabajadores al servicio del Estado.
Investigador de El Colegio de México, Reyna considera drástica la tesis de que a partir de las movilizaciones de los trabajadores pudiera darse un desprendimiento del sector obrero de las filas del PRI. Pero sí, dice, se traducirá en una redefinición del sector laboral.
"Surgirán nuevos dirigentes, habrá remplazos de los grupos gerontocráticos que gobiernan los sindicatos, así como el establecimiento de nuevas reglas, principios, normas e incluso nuevas instituciones laborales", avizora, y agrega: "Creo que habrá una vida sindical menos coorporativa a nivel de las bases, pero no por decisión de los líderes que buscan, en la coyuntura actual, reacomodarse para seguir enchufados al poder".
Fundamenta su tesis en que aun cuando a los burócratas se les presenta una panorama incierto, tienen más posibilidades de los obreros de redefinir el movimiento sindical del país, pues de alguna manera "tienen asegurado un trabajo, pues es difícil reemplazar a más de un millón 700 mil trabajadores federales.