LUNES 30 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Ninguno es sospechoso de haber cometido delitos, dicen fuentes consultadas
Tres generales, principales aspirantes a la Sedena
Jesús Aranda Ť Convencidos de que "no habrá continuismo" del actual secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, en la próxima administración, "porque todo mundo impone siempre su sello personal", los generales "secretariables" esperan el llamado del presidente electo, Vicente Fox, para entregarle su programa de trabajo y currículo a quien será el próximo comandante en jefe de las fuezas armadas. Cada militar que considera tener aspiraciones se mueve a su manera y no faltan los golpes bajo la mesa, para demeritar la candidatura de los otros compañeros.
Si bien son 22 los militares que cumplen actualmente con el requisito legal de ser general de división, fuentes castrenses consideran que 15 tienen más posibilidades, por tener más de cinco años como divisionarios; y de éstos destaca una terna cuyos nombres fueron "filtrados" por el equipo de Vicente Fox y que hasta la fecha no han sido desmentidos.
Ellos son Mario Delfino Palmerín Cordero, comandante del Cuerpo General del Ejército; Mario Renán Castillo Fernández, comandante de la 11 Región Militar; y Domingo Ramírez Garrido Abreu, director de Seguridad Social de la Defensa Nacional.
Según fuentes militares de primer nivel, ninguno de los generales más mencionados tienen sospecha de haber cometido delitos en el pasado, pero en el contexto de un cambio de régimen en el país demandan de Fox algo que es fundamental: "Que nos tenga confianza" y que acepte que la situación actual "nos da la oportunidad histórica para demostrar ante los ojos del mundo que las fuerzas armadas con institucionales".
Las mismas fuentes señalan que los programas de trabajo que los generales entregarán a Fox coinciden en términos generales en la disposición para replegar al Ejército en Chiapas; modernizar el marco legal del Ejército para que cumpla con sus funciones -en el combate al narcotráfico y en materia de seguridad pública, principalmente-; incrementar pensiones y prestaciones al personal y terminar con la discrecionalidad en el pago de sobre haberes y ascensos; determinar en qué aspectos de la lucha antinarcóticos el Ejército debe reducir su participación -mantener la erradicación de cultivos y reducir la participación en labores de inteligencia o que requieran una labor conjunta con agentes federales- en otras palabras, donde no estemos tan expuestos a caer en actos de corrupción, afirman.
Reformar el sistema de justicia militar para darle una efectiva autonomía a los juzgadores, pero también, eficientar la labor de los Consejos de Honor para diferenciar de una vez por todas, lo que es delito de lo que es una falta y ser tratadas ambas conductas en consecuencia.
Hay coincidencia con el esquema delineado por Fox de crear por primera vez un Consejo de Seguridad Nacional en el que este asunto no se trate sólo desde la perspectiva policiaca o militar, sino que se entienda como un asunto vinculado con el desarrollo económico, político y social de la sociedad en el que intervienen los tres poderes del Estado, no sólo los órganos de seguridad o policiacos.
Acerca de Chiapas, si bien se reconoce que causó molestia entre los militares el alto fuego decretado por Carlos Salinas en los primeros días de 1994, ahora se afirma que el asunto tiene tiempo que dejó de ser militar y que su tratamiento debe ser político. Afirman que el Ejército no se opone a regresar a las posiciones que tenía en 1996 y que en términos generales fueron bien vistas por el propio subcomandante Marcos.
Los tres generales mencionados en la terna son los que más probabilidades tienen de suceder a Cervantes, aunque no se descarta la aparición de un "caballo negro", como sería el caso del ingeniero zapador general Luis Montiel López, a quien se le atribuye una muy buena relación con el PAN desde hace muchos años, lo que incluso le habría costado diversos "castigos" en su carrera militar.
Sin embargo, quienes "puntean" la lista hasta el momento son Palmerín, Castillo y Ramírez.
Se afirma que el general Mario Delfino Palmerín es honesto, muy caballeroso y un militar tipo cadete que le gusta "colgarse" todo en el uniforme y siempre estar impecablemente vestido. Es paracaidista y ha tenido bajo su mando unidades de cuerpos especiales principalmente, por lo que le faltaría "correr mando". Para algunos, el excesivo cuidado de su persona raya en lo pedante. "Le gusta todo lo americano; quisiera que en el Ejército tuviéramos armamento de primer mundo y que todo en nuestras fuerzas armadas marcharan de manera impecable", señalan.
Con todo, el general que ocupó recientemente el mando de la 8 Región Militar en Ixtepec, Oaxaca se presenta como un militar que por su sentido de la disciplina y el orden tiene los merecimientos necesarios para ocupar la titularidad de la Defensa Nacional, además de que se sabe que sería "bien visto" en círculos oficiales de EU, porque ha sabido mantener allí sus nexos con militares y políticos.
Quizá de los tres, el más conocido sea Renán Castillo -por haber ocupado la 7 Región Militar, en Tuxtla Gutiérrez (de febrero de 1995 a noviembre de 1997) en el marco del conflicto en esa entidad.
Como sus otros dos compañeros, hizo estudios militares en EU y cumplió funciones oficiales en Washington; hoy encabeza la región que abarca Chihuahua y Coahuila y tiene bajo su control la erradicación de cultivos ilícitos en un territorio que equivale a una quinta parte del país.
En los últimos días, versiones periodísticas afirman que Renán ha sufrido dos infartos, sin embargo, de acuerdo con fuentes del Hospital Central Militar, el general ha tenido dos intervenciones quirúrgicas únicamente, para quitarle una vescícula biliar y posteriormente, para operarlo de una hernia.
Es también especialista en Seguridad Nacional y Fuerzas Especiales.
El otro candidato es el general José Domingo Ramírez Garrido Abreu, quien según fuentes castrenses consultadas es afable y gusta de estar siempre muy bien presentado. Garrido fue comandante de la 12 región militar, en Irapuato, Gto., donde conoció a Fox cuando fue gobernador.
Garrido fue ayudante de diversos jefes militares y, en el sexenio de Miguel de la Madrid fue el jefe de la policía capitalina.
Según las fuentes consultadas, el hecho de que se acercara a Fox -vínculo que no ha sido desmentido por ninguno de los dos-, para los militares no es bien visto que "haya cambiado de uniforme", porque consideran que "no siguió el camino correcto, aunque eso no quiera decir que sea corrupto".
Sin embargo, le reconocen que es muy abierto y que de los tres, "es al que más le gusta leer", por lo que "no se vería mal" que sucediera a Cervantes en la Sedena.
Cualquiera de los tres, afirman, tiene listo su programa de trabajo y su currículo para entrevistarse con Fox. Se asegura que el presidente electo no ha fijado fecha para entrevistarse con los aspirantes.