DOMINGO 29 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Como cada 28 de octubre, la iglesia de San Hipólito fue insuficiente para el festejo
Cientos de feligreses veneraron al santo del siglo XX
Alma E. Muñoz Ť Cientos de feligreses se dieron cita en la parroquia de San Hipólito para venerar a San Judas Tadeo, la figura "milagrosa" del siglo XX, según la Iglesia católica. En su día, los creyentes agradecieron al santo por favores recibidos y algunos hicieron juramentos a cambio del cumplimiento de sus peticiones.
La festividad de este icono está relacionada con la fecundidad femenina, de ahí que se celebre todos los días 28 de cada mes y las mujeres lleguen con un clavel rojo en la mano y algunas se presenten acompañadas de sus parejas para compartir la bendición.
A este santo se le anexó Tadeo para diferenciarlo de Judas Iscariote, quien vendió a Jesús, y a partir de la redacción del Nuevo Testamento, se difundió su imagen en todo el mundo como el patrón de las causas desesperadas.
Ayer, desde las cinco de la mañana, la parroquia abrió sus puertas. Hubo mañanitas con mariachis y celebraciones religiosas, exaltando la figura de San Judas Tadeo, y como cada mes, las calles circunvecinas a la iglesia de San Hipólito, ubicada en Reforma e Hidalgo, en la colonia Guerrero, se volvieron intransitables ante el cúmulo de peregrinos y vendedores ambulantes que se dieron cita en el lugar.
El templo resultó insuficiente para albergar a toda la gente, que, junto con los mercaderes, invadieron cuatro carriles de la avenida Hidalgo, esperando con veladoras, figuras y flores en la mano la oportunidad de colarse al interior del templo.
La vendimia incluyó desde figuras de yeso y estampitas hasta antojitos mexicanos, flores y juguetes. El lugar estuvo resguardado por unos 30 elementos de Seguridad Pública, a partir de las cinco de la mañana y hasta que se cerraron las puertas de la iglesia. El saldo fue blanco.
San Judas Tadeo escribió una carta, contenida en la Biblia, donde ataca a los gnósticos (pertenecientes a una corriente filosófica religiosa donde se pretendía poseer un conocimiento completo de la naturaleza y sobre los atributos de Dios). En el texto asegura: "Los que no tienen fe o no hacen cosas buenas son como nubes que no tienen agua, árboles sin fruto y olas con sólo espumas... Los que se dedican a la fornicación (pecados de impureza, según la explicación de la Iglesia) y a hacer actos contrarios a la naturaleza (como la homosexualidad, también define la institución) sufrirán también la pena de un fuego eterno".
Pero el martirio lo sufrieron ayer los seguidores del santo, quienes para ingresar al recinto debieron hacer largas filas, lo cual les llevaba hasta más de dos horas. Algunos prefirieron orar y hacer peticiones desde la calle, además de esperar en vano la colocación de algún equipo de sonido que por lo menos les permitiera escuchar los continuos sermones que se predicaban dentro del templo.