Ť Fascinan a los hombres del presidente electo las laptop, el nivel, el orden...
Alerta Ernesto Ruffo en contra de la americanización del gabinete de Fox
Ť El ex gobernador de BC tiene por encargo impulsar la próxima política federal en el norte del país
Roberto Garduño Ť Ernesto Ruffo recibió la invitación de Vicente Fox para encargarse de la política federal en el norte del país, pero conocedor de las relaciones económicas y políticas en la frontera con Estados Unidos, el ex gobernador de Baja California advierte un riesgo entre los hombres cercanos al presidente electo:
"Las grandes carreteras, el orden, las laptop (computadoras portátiles), el nivel de respeto, la educación, el último grito en la tecnología deslumbran a muchas de las personas que están alrededor de Vicente. Tienen mucha atracción por eso, y yo les digo: ¡No se les olvide de dónde venimos y qué lucha tenemos que dar para cambiar! Lo que necesitamos es que el gabinete no se vaya a quedar del lado del pedestal americanizado porque se ve bonito ".
Hombre de todas las confianzas del futuro mandatario, integrante del llamado grupo de los bárbaros del norte, Ernesto Ruffo declinó su precandidatura presidencial a favor de Fox, y declaró con toda libertad a este diario que el gobierno de su amigo terminará con el Estado benefactor para dar paso al de las oportunidades.
Contrario a la visión de que el PAN se convierta en partido de Estado, Ruffo advierte un fenómeno de cerrazón en su organización: "Estamos viviendo un momento cultural muy crítico en Acción Nacional, porque está en la disyuntiva de convertirse en partido de gobierno o continuar siendo partido. Se ha ido cerrando. Yo estoy luchando por que se abra; por que los mejores puedan llegar al gobierno con la propuesta del PAN, pero no tiene que ser el politburó o la clase azulada los que deben ser las generaciones por venir al gobierno, sino los mejores mexicanos".
-¿Y entonces qué sucederá con el Estado benefactor?
Fin del Estado benefactor
-El PRI lo entendió perfectamente: dar, a cambio de lealtad política. Fue un poder que pensó en sí mismo y se olvidó de la gente. La usó. Intercambiaba la despensa por la incondicionalidad política. La necesidad es real: si algo tiene qué hacer el gobierno de Fox, es crear más oportunidades. Si logra crear más oportunidades que las necesidades, se va a generar una noción de progreso en México. Pero la realidad es que hay un cúmulo de atrasos que no pueden quedarse así; tienen que atenderse, tienen que asistirse. No pueden ser olvidados; si no, la transición política correría peligro.
-¿Entonces será un gobierno proveedor?
-Tiene que ser la iniciativa fundamental del gobierno la creación de oportunidades. Eso no se puede hacer instantáneamente, pero si hay más oportunidades que necesidades, vamos a lograr un sentimiento nacional de que avanzamos. Hay muchos en el atraso y seguramente va a pasar mucho tiempo para que les llegue su turno; mientras tanto, habrá que apoyarlos, subsidiarlos, atenderlos y asistirlos.
-¿Pero la cultura del papá gobierno va a desaparecer?
-Va a desaparecer con los años.
-¿Pero cómo escapará el nuevo gobierno a eso?
-No puede escapar, tiene que considerarlo. Tenemos que iniciar el proceso de que las oportunidades que se nos van presentando las vamos asimilando; las hacemos nuestras culturalmente y entonces empezamos a confiar en nosotros mismos, y entonces nos vamos olvidando del ser todopoderoso que hasta ahora hemos necesitado.
-¿Pero las oportunidades que pretende dar el gobierno de Fox no se convertirán en prebendas?
-Son dos mundos que van a convivir y han estado conviviendo desde hace muchos años. Uno es el de los que sí pueden; ahí hay gente genuinamente dedicada, y están los vivos, que se aprovechan de la situación; están preparados, pero son abusivos. Ese es un mundo pequeño pero que ha venido creciendo, es emergente, es el que va hacia la modernidad. Hay otro mundo que vive al mismo tiempo, que es el de la subsistencia, el de la pobreza, el de la dependencia, el que ocupa al ser protector, al presidente todopoderoso y casi mágico. Fox ha heredado esos dos mundos, y tiene que convivir con ellos. Su tarea es trabajar con el mundo de la necesidad.
-Parece que se trata de gobernar como si el país fuese una gran empresa.
-Da la impresión.
-¿Entonces se percibe mal el mensaje?
-Usted, ¿qué ve en Vicente Fox? Su imagen, su manera de ser, ¿le da imagen de empresario?
-De un ranchero, de un trabajador del campo.
-Pero administró la Coca Cola a nivel de México y de Centroamérica. Ahí los métodos administrativos son los más modernos; son herramientas técnicas donde se usan computadoras; una serie de términos en inglés; donde se busca la eficacia. Ese es el mundo donde Fox ha trabajado. En Vicente está presente el puente entre el pasado y el futuro, porque nos hace recordar el pasado por nuestra manera tradicional de ser, pero adentro de las botas y detrás del saco trae una mente preparada para otra cosa. Por eso cuando veo a Vicente, digo: '¡Ah caray! ¡A este tipo le entienden más que a mí!'. Yo vengo del norte, también uso botas, pero más urbanizadas. Hablo de liderazgos, hablo del trabajo en equipo. Vicente también habla de eso, pero actúa como jefe. Es una curiosa presentación de cómo los mexicanos queremos hacer las cosas y cómo debemos actuar.
-¿No se está pretendiendo ver a las personas únicamente como entes productivos? ¿Y su cultura?
-Yo tengo un matiz. Yo creo que todos nos deslumbramos con Estados Unidos: las grandes carreteras, el orden, el nivel de respeto, las laptop, la educación, el último grito en la tecnología. Deseamos eso, quisiéramos cambiar hacia eso, nos gusta. ¡Claro!, les desconfiamos porque se trata de los norteamericanos, pero ya ve, compramos sus marcas, copiamos mucho su estilo. Es algo que ocurre en la psique nacional y nos trae cierta confusión. Yo veo en muchas de las personas que están alrededor de Vicente que eso los deslumbra; tienen mucha atracción por eso, y está bien que queramos dar el salto. El matiz es: 'Sí, pero que no se les olvide de dónde venimos y qué lucha tenemos que dar para cambiar'. Esto es un asunto cultural.
"Por dar el salto a ese mundo tan apetitoso no vayamos a dejar ir nuestras mentes en un abrazo muy emocionante, y por dar el salto se nos olvidan los pies y se nos va sólo la mente".
-Es otra realidad...
-Otro mundo. Pero no se brinque el cerco instantáneamente, porque somos otra cosa. Que algún día hayan ido a Harvard o al Tecnológico de Monterrey no quiere decir que toda la gente está pensando y sintiendo igual a nosotros. La mayoría está pensando de otra manera, y la realidad pesa. Hay que entenderlo en términos culturales.
-Al llegar al gobierno se topará con millones de pobres...
-Cuando llegué al ayuntamiento (de Tijuana), y me fui a las colonias, y vi que había gente que no tenía asegurada la comida del día, y les empezaba a hablar de que 'vamos a ser más competitivos', pues se me quedaban viendo con los ojos grandotes, grandotes; blancos, blancos, y sumidos, porque tenían hambre. Y empecé a desarrollar un sentido que tiene que ver con la esperanza. Es que no hay para todos. Por más promesas, no va a alcanzar para todos. Lo que la gente necesita es ver el fondo del túnel, es ver la luz.
-¿Prometer y cumplir, aunque sea tarde?
-Sí. Yo les decía: 'estamos bien amolados, pero de grano en grano llena la gallina el buche. Entonces, vamos a ponernos a trabajar', y aunque me fuera a llevar 10, 15 o 20 años la gente entiende, cuando sabe que el esfuerzo va a ser continuo y no va a haber traición. ¡Fíjese bien!: no va a haber traición, porque la fe y la nobleza del pueblo mexicano son increíbles. Pero la traición ha aparecido de cuando en cuando. Por eso ese grito a Fox, el día del Angel: '¡Vicente, no nos vaya a fallar!'.
-Pero no sólo es Vicente Fox, es todo un equipo el que puede fallar.
-Pero México lo que entiende ahora es al líder, al jefe grande. Ahorita el equipo ciertamente es la estructura con la que se va a salir adelante, pero a la gente no le importa el equipo. Lo que a la gente le importa es el jefe.
-Pero el cambio cultural también debe abarcar a los gobernantes que entrarán...
-Claro, y yo creo que Vicente lo comprende, y por eso llegó ahí; por eso es el puente perfecto, porque viene del lado de la necesidad; salió de un rancho y fue y dio al otro lado del puente. Lo que necesitamos es que sus colaboradores vayan y vengan del otro lado del puente, y que el gabinete no se vaya a quedar del lado del pedestal americanizado, que se ve muy bonito.
Su tarea en la frontera
-Usted le manifestó a Vicente Fox que se quiere quedar en la frontera porque desea impulsar proyectos de infraestructura. ¿Esos proyectos serán privados o financiados con recursos públicos?
-El gobierno no tiene dinero. Esto debe ser hecho dentro de un esquema legal que permita el que los mexicanos tengamos seguridad de que no vamos a ser abusados, y la iniciativa privada tenga la seguridad de que tendrá un trato de largo plazo en el que puede invertir mucho dinero.
-¿De qué estamos hablando?
-Es el sector privado condicionado bajo las limitaciones que imponga el gobierno mexicano.
-Usted dejó sus negocios. En esas actividades, ¿usted qué va a ganar? ¿Piensa hacerse muy rico?
-Ahora voy a ver a Vicente, y le voy a decir: 'Cómo quieres que te ayude. Está muy interesante esto, pero voy a volver a dejar todo lo que tenía. Entonces, ¿qué me propones?, porque yo salí como gobernador sin nada; porque lo que tuve lo perdí; porque el que no atiende al caballo, lo pierde. Son seis años. Cuando termine todo esto, voy a tener 54, y va a ser difícil poder arrancar. ¿Y cómo vamos a resolver
esto? O lo que tengo lo dejo a nombre de otras personas para que siga trabajando'. Y lo señalo para que no digan después que es un conflicto de interés, para que no digan que estoy favoreciendo gente.
-¿Usted ya recibió la invitación?
-Sí, ya.
-El presidente electo dijo que va a haber un octavo gran coordinador, un zar en la frontera norte. ¿Aceptará el puesto?
-Me he dado cuenta de toda la oportunidad que tenemos y dónde están los problemas que deben resolverse. Si estoy en esta posición de coordinar la política económica federal del norte, ¡imagínese la potencialidad que le puedo dar a todo!
-Porque usted hizo contactos como gobernador...
-Tengo los contactos, tengo el conocimiento de lo que se debe hacer, qué hace falta y entonces no vamos a perder tiempo; no vamos a estar inventando el hilo negro; vamos a saber con quién hablar.
Los impuestos
-Vicente Fox dice que es indispensable cobrar impuestos para atacar los problemas de la pobreza...
-El cobrar impuestos es normal para contribuir a los gastos del erario público, pero una cosa es pagar impuestos proporcionales a lo que cada quien está haciendo, de manera que no sean onerosos y otra que sean una carga que gravite y nos hunda.
-¿El pago de impuestos es la panacea del desarrollo nacional?
-No, no es panacea. El impuesto es la contribución de todos con nuestro trabajo diario para lograr lo que tiene prioridad en los problemas nacionales.
La crisis del PAN
-Usted, como prominente panista, ¿qué futuro le ve a su partido?
-Tenemos que buscar que el PAN mantenga la visión de largo plazo de partido. Estamos viviendo un momento cultural del PAN muy crítico, porque está en la disyuntiva de convertirse en partido de gobierno o de continuar siendo partido. Es muy delicado. No podemos saltarnos el momento. El PAN se ha ido cerrando. Eso es malo, y yo estoy luchando para que se abra, para que los mejores puedan llegar al gobierno con la propuesta del PAN, pero no tiene que ser el politburó o la clase azulada del PAN los que deban ser las generaciones por venir adentro del gobierno, sino los mejores mexicanos.
-¿Viene la cargada panista?
-Todos le apostamos a la relación: 'Oye, acuérdate cuando estaba contigo, allá en parvulitos', y te sacan esa, o la de: 'Yo soy amigo de la tía de tu abuelo, o de tu tatarabuelo', y no sé de dónde salen tantos parientes o amigos de uno.
-¿Entonces no habrá cargada-
-La cargada ahí está. Todos los mexicanos queremos conectarnos. Eso que ni qué. Eso es muy mexicano. Fox nos está contratacando con los caza-cabezas (head hunters) los buscadores de talento; está desconociendo la cargada y está reconociendo la capacidad y la experiencia.
-¿Sin importar que sean del PRI o del PRD?
-Podrá ser. Lo que vale es el desempeño. Si uno fue tricolor, colorado o amarillo, no importa, mientras haya sido leal a la honestidad, a la transparencia, al profesionalismo y con un compromiso con los mexicanos.
-¿Cómo hacer asequible el PAN a los mexicanos?, porque se le sigue viendo como el partido de los ricos.
-Pues tiene que abrirse. Por eso lo quiero abrir, por eso digo que tiene que haber una reforma de estatutos, de manera que quien quiera trabajar por los principios del PAN, que lo haga.
-¿Se terminará con la soberbia?
-Y con el interés, porque se piensa que 'ahora como ya me inscribí en el PAN, y como soy panista, me toca'. No, no. Ser panista quiere decir tener la motivación de esos valores del PAN y tratar de que por el convencimiento los demás mexicanos los adopten. Esa es la tarea del panista, no formar parte del gobierno. Si resultamos electos, funcionar como gobierno para todos los mexicanos; no como un gobierno para los panistas.
-¿Usted seguirá siendo panista antes que foxista?
-Yo ante todo soy mexicano. Lo hago por México y, ¡claro!, creo en valores y principios que coinciden plenamente con la tesitura que promueve Acción Nacional.