SABADO 28 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Cientos de estudiantes montan la ofrenda por tercera vez en Universum
Tradición y ciencia se combinan para celebrar a la huesuda
Ť La idea tuvo sus orígenes en 1997, en la Facultad de Medicina, como tributo al cadáver anónimo
Ť La Coyolxauqui pende de una gran manta para no caer en el posadazo, dice un profesor de la ENAP
Arturo Cruz Bárcenas Ť La muerte, íntimamente amorosa, como escribió José Revueltas, tomó los senderos de Ciudad Universitaria. Entre joyas, formaciones caprichosas de la lava del Xitle, fauna y flora nativa, una gran ofrenda se levanta. A lo lejos se ve como un ejército de luciérnagas estáticas, apenas tintineantes. Es la creatividad de cientos de estudiantes (más de 400, según organizadores). La juventud da vida a la flaca.
Pero no es lúgubre. Es una fiesta, una celebración de la memoria... con algo de humor... de ciencia. Hasta el extremo de naturalezas muertas, de jaguares otrora ágiles, de las especies en peligro de extinción: los seres que no están más con nosotros.
En la explanada del Museo Universum, a un lado de los edificios que los estudiantes llaman Pitufos (por su color azul), la noche cayó fría. Un viento suave, por momentos de fronda, apagó algunas veladoras, las líneas amarillas que orientan a los visitantes. El jueves, está escrito en un cartel, se advierte que ha desaparecido 99 por ciento de las especies del planeta. Avanza la nada, como en la novela de Ende.
Con la logística general de la Coordinación de la Investigación Científica y otras dependencias relacionadas con las actividades artísticas de la Máxima Casa de Estudios, esta es la tercera vez que se realiza esta ofrenda. La temática ha variado, pero subyace el homenaje a los muertos conocidos y anónimos. Todos inspiración de poetas y médicos, filósofos y astrónomos. La muerte es el principio de eternidad.
Para los visitantes, con afán didáctico, aleccionador, para los apuntes de trabajos escolares que cada año piden los mentores, se colocaron hojas de metal, algunas con inscripciones, grabados, frases, pensamientos profundos --algunos hermosamente elementales-- que refieren el sincretismo de la tradición de Todos los Santos, Fieles Difuntos y, la síntesis, el Día de Muertos que se mezcla con lo indígena.
Es la Universidad y, por tanto, el enfoque de la ofrenda tiene que ser estudiado; su perfil, definido; sonidos, olores, colores y sabores en una estética que reúna el pasado y lo moderno. En esto trabajó Enrique Dufó, maestro de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) y coordinador de esta obra que tiene áreas que sugieren más bien un performance.
"Un servidor --aclara-- hizo el concepto; el trabajo en sí lo hicieron estudiantes, cientos de ellos. Están representadas 30 facultades y escuelas. Faltan algunas de ellas porque la convocatoria fue un poco apresurada, influyó también que está acabando el ciclo escolar".
--ƑCuál es el concepto, según usted?
--Partimos de buscar la unión de una tradición mexicana (la ofrenda) con lo que es la ciencia. El anfitrión es Universum, que es un museo de ciencia. Hay una búsqueda de la fusión mágica, en la que la muerte es como la vive el pueblo mexicano; otra dimensión mágica es la que da la ciencia.
"A este trabajo le llamamos Tercer festival estudiantil de Día de Muertos; un área que merece citarse es la ofrenda realizada por el Taller Infantil de Artes Plásticas".
La idea original surgió en 1997, en la Facultad de Medicina, donde un grupo de alumnos planearon hacer un homenaje al cadáver anónimo, precisó el organizador.
Netzahualcóyotl Galván Robles, profesor de la ENAP, quien asistió a Dufó en la definición conceptual, dijo que durante el montaje se tuvieron que superar algunos obstáculos "sobre la marcha, pues en este tipo de trabajos muchas veces no se tiene el tiempo suficiente".
Galván, especialista en artes visuales (e specializado en diseño escenográfico) y quien ha sido consejero universitario, explicó que si bien trabajaron cientos de jóvenes, éstos acabaron su parte y se fueron, pero otros ("el grupo bachoco", de la ENAP) sí le talachearon hasta el final.
Los errores de la ciencia
En la noche de los muertos se oyen risas, algunas sarcásticas. Son el cobro de facturas. "Yo sé que esto es así, y hay de aquél que trate de rebatirme". La advertencia la sufrieron Giordano Bruno, Galileo, los calificados como herejes. Para esos tiranos, fundamentalistas del 2 más 2, de que la letra con sangre entra, los estudiantes, en este 2000, les hicieron sus calaveras, sus nichos cáusticos. ƑQue la Tierra es plana? ƑEntonces por qué se hunde el barco en el pleamar? ƑDónde está el fin del agua? ƑSostienen los elefantes al planeta?
ƑEl geocentrismo? La ciencia estuvo involucrada de religión, a veces de mito. Más tarde vendría el heliocentrismo; se rompía la Santísima Trinidad. Y, sin embargo, se mueve (que no se refiere a Tongolele, sino a la frase cimera de la búsqueda de la verdad).
ƑQue de dónde surgió la vida? De un caldo universal. Flogisto. Tan lejos de los cuaservados de Oparín. Más acá no cantamos mal las rancheras. ƑQué tal el chupacabras? Chupasesos en tiempos políticos, en días de crisis de diciembre, para lavar el coco.
Los alumnos se solazan con las verdades muertas y les levantan su altarcito. ƑQué les parece recordar la hematodipcia? What? Esa especie de enfermedad de los vampiros, que se consideró tal varios siglos atrás. Aristóteles, šah!, con todo y su rigor, creyó en la generación espontánea de los seres vivos. Leonardo Da Vinci, inventor, alucinó realidades metafísicas. En algunos casos le atinó. Pero tanto va el cántaro al agua...
Otras tumbas en el panteón de las verdades muertas: el determinismo, la superioridad de la raza aria, las partes del átomo. Nada es real, todo es relativo, pronuncia perogrullo alguien que pasa por el sendero donde prototeatreros leen textos, redondillas, pensamientos al aire (tú que eres poeta... ya sabes). Regalan el texto a parejas que aprovechan la noche, las siluetas de las piedras volcánicas, para esconderse. No es mala idea.
El ser y la nada
En este arte lúdico de festejar a los muertos los iconos están por todos lados. Agua: fuente de vida; sal: sabiduría y purificación; ocote, cirio o vela: amor eterno (nada que ver con Juanga); copal o incienso: para los dioses prehispánicos, oración y alabanza, para alejar a los malos espíritus; alhelí: pureza y ternura; petate: para el goce y el descanso; juguetes: para los difuntitos; pan, tamales o itacate: ofrecimiento fraternal, etcétera. Lo que usted ya sabe y que no puede faltar en una ofrenda que se quiera llamar tal.
En medio de toda esa semiótica para honrar a la tilica, música como de película del Santo contra las momias inunda el ambiente. Hay respeto, pero no temor, como en el jalogüín, precisó Galván Robles, mientras deambulan parcas ilustradas, chavos maquillados tipo grabado a lo José Guadalupe Posada. Sobre la pared de Universum pende una gran manta estampada con una Coyolxauqui muy rionda. Se ríe de la muerte. Juar-juar.
Galván expuso que se trató de evitar el posadazo; es decir, no caer en el lugar común. Por eso hay un deshuesadero de partes de computadoras. Si algo avanza día a día (Bill Gates lo sabe) es la informática. Pues esas muertes chiquitas y grandotas están ahí, con ratones (mouses) cual espermatozoides. Sólo uno llegará... šsnif! En las pantallas de las PC deshauciadas, calacas, cocos blancos, ojos oscuros, huesos de papel, nos muestran que la memoria RAM también se acaba. Réquiem de chips.
Así, la Universidad da la pauta al intentar que la tradición de Día de Muertos se respete y perviva, pero con un sesgo moderno que sólo el arte puede concretar en texturas (sin clavarse), perspectivas y relieves. (Si le gusta lo hipertradicional, pues vaya a Mixquic.)
La ofrenda de ofrendas en la explanada del Museo Universum estará instalada hasta el 5 de noviembre, de 10:00 a 22:00 horas. Si usted no tiene coche, puede llegar por Metro (estación CU) y de ahí un pesero. "Todos los días se renovarán las veladoras y las flores", informó Dufó.