SABADO 28 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Hendricks cantó a capella
La excelencia, gran pecado de nuestra época: Monterroso
Patricia Landino, especial para La Jornada, Oviedo, 27 de octubre Ť La soprano Hendricks, en su breve discurso por el canto, expresó: ''El arte es un regalo que dios nos ha dado para soportar el sufrimiento, el dolor y la injusticia". Ante un total silencio cantó a capella Sometimes, un espiritual negro cuyo sentimiento y tonos erizaron la piel los presentes.
Otro de los personajes presentes fue el escritor y semiólogo italiano Umberto Eco, cuya obra ''está en la mente de todo el mundo". Nos invita a elevar nuestra
mirada y nuestro pensamiento, ''porque ni el misterio ni la evidencia son
fáciles", expresó Felipe de Borbón sobre el autor de El nombre de la rosa.
Los otros merecedores del Príncipe de Asturias son Víctor García de la Concha, premio de la concordia; Robert Gallo, de la investigación Científica y Técnica, junto con Luc Montagnier.
Terrible, la realidad
Monterroso llegó acompañado de su esposa Bárbara Jacobs, al hotel de la Reconquista, donde la Fundación Príncipe de Asturias ofreció un brindis. Allí charló con la reina Sofía. Tras la recreación de su infancia en Los buscadores de oro,
Monterroso se propone escribir una segunda parte que contendrá su adolescencia, ''es decir, los años formativos en que me decido a ser escritor y los acontecimientos que me indujeron a actuar en la vida cívica de Guatemala, lo que me condujo a mi primer exilio en México".
En entrevista previa para El Mundo, Monterroso señaló a ''la excelencia como el gran pecado de nuestra época". El éxito, ''como producto de una desaforada
comercialización que se desató durante el último medio siglo, hace que se conozca muy poco a una gran cantidad de autores tan excelentes que todo se les dificulta. Es un pecado de nuestra época".
En conversación con La Jornada, en Madrid, antes de recibir el su premio, Monterroso explicó, sobre uno de sus cuentos, que la mosca que se recrea en su inmundicia y choca una y otra vez con los cristales de su entorno, es metáfora de que ''la realidad es muy dura, muy terrible. La mosca sueña con ser águila, pero está con su excremento, con sus migajas porque no sabe cómo dejar de ser lo que es, no puede".
Ahora sin un punto fijo, después del premio, Augusto Monterroso parece planear por las alturas como el águila y con la duda del, Ƒqué habrá?