SABADO 28 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Luis Meneses Murillo Ť
Fox, el Congreso y el campo
Aún cuando no se haya dado a conocer el gabinete de Vicente Fox, dos cuestiones demandan su atención inmediata en el campo mexicano.
Una tiene que ver con la construcción de una relación transparente y respetuosa con la sociedad rural y que se puede concretar con la aprobación en el Senado de la Ley de Desarrollo Rural, acordada por PAN, PRD, PT y PVEM, en abril pasado, en la Cámara de Diputados y que en un 80 por ciento fue aceptada también por el PRI.
La segunda cuestión está relacionada con el presupuesto real que se destinará al campo mexicano. Se requiere volver, al menos, a las cifras reales de 1994, lo cual lleva a que el Ejecutivo proponga un gasto de 56 mil 963.7 millones de pesos para el año 2001 y que aprueben los diputados ejercerlo a través de Sagar, Semarnap, Sedesol, SHyCP, SCT, SRA y Conagua en sus programas rurales relacionados con la producción y el empleo.
Ya no se trata de promesas de campañas electorales, en las que los candidatos tratan de adivinar lo que dirán los ciudadanos para convencerlos; ahora el presidente electo y los legisladores serán corresponsables respecto a la señal que envíen a los campesinos e indígenas mexicanos en sus primeros actos de gobierno.
La mayoría coincidimos en el diagnóstico respecto a la situación del sector rural. Ha existido abandono real por parte de los últimos tres gobiernos. Esto se refleja en la disminución sostenida de los recursos públicos destinados al campo (en 1981 significó 3.1 por ciento del PIB, mientras en 1999 fue 0.9 por ciento); desaparecieron la mayoría de los instrumentos de gobierno que apoyaban la actividad, con argumentos de corrupción y de estar desfasados del TLCAN, pero no fueron sustituidos por otros que fueran eficaces y suficientes. Se ha gobernado el campo mexicano por decreto del Ejecutivo y no con base en la ley rectora que mandata la fracción XX del artículo 27 Constitucional desde 1981 (existen 59 leyes y 380 decretos relacionados con el campo). Las políticas de globalización aplicadas en México han sido injustas con los campesinos e indígenas. El TLCAN afecta incluso a medianos y grandes productores, pero beneficia a empresas transnacionales, como Monsanto, Pulsar, Novartis y Cargill. Los programas asistenciales no reducen la pobreza y miseria que se vive en las zonas rurales y los pueblos indígenas (4.9 millones de hogares rurales tienen un ingreso mensual de 500 pesos y la media nacional es de 921 pesos 50).
La Cámara de Diputados de la 52 Legislatura realizó un excepcional trabajo para tener un proyecto de Iniciativa de Ley de Desarrollo Rural: realizó siete reuniones de consulta regional y tres nacionales; participaron 2 mil 527 líderes campesinos, investigadores, funcionarios locales y federales, legisladores locales con 653 ponencias; un grupo de académicos de la UACh apoyó la sistematización de estos trabajos y elaboró las dos primeras versiones; finalmente, una comisión de diputados federales y senadores definieron el temario y realizaron la redacción de gran parte del articulado. Por último, la iniciativa fue aprobada a finales de abril de este año en la Cámara de Diputados y está en la congeladora del Senado.
Es necesario y urgente que se apruebe y publique la ley. Sólo así tenderemos una base legal para iniciar el próximo gobierno con una relación de respeto entre el movimiento campesino, los productores y el gobierno federal.
La democracia demanda acciones concretas y libres. ƑSe atreverán, Fox y los legisladores del PAN a apoyar la aprobación de la ley? ƑEl PRI responderá a su electorado rural? ƑEl PRD será congruente con el trabajo de sus legisladores de la 52 Legislatura? ƑTodos apoyarán a los campesinos e indígenas y productores rurales con un presupuesto justo?
Los campesinos ya no esperan más. Seguramente se movilizarán y demandarán atención a sus problemas. Es necesario que los nuevos gobernantes demuestren congruencia con los anhelos de cambio que mandató la sociedad en las elecciones del 2 de julio al no darle mayoría absoluta a ningún partido. Es la hora de aprobar la Ley.