VIERNES 27 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Anuncian cambios en desarrollo rural para los primeros 100 días de gobierno


Foxistas planean trasladar a Sagar actuales atribuciones de Semarnap

Ť Proponen en el documento tres estrategias para "potenciar el capital humano" en el sector

Ť Fomentar la participación de la sociedad civil en el rubro será "el principal cambio", afirman

Claudia Herrera Beltrán Ť El equipo de transición en el área rural prevé despojar a la Secretaría de Medio Ambiente de la conducción de la política forestal y dársela a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar), y crear el Consejo Nacional de Educación, Investigación y Transferencia de Tecnología Agroindustrial (CEIT), así como un sistema nacional de investigadores y tecnólogos orientados a la productividad del campo.

El proyecto que delinea las nuevas políticas de educación, investigación y transferencia de tecnología para el desarrollo rural explica que estos cambios se harán en los primeros cien días de gobierno, a partir de un plan nacional a 25 años.

Los colaboradores de Fox anuncian en el documento, difundido en el sector rural, que el principal cambio será fomentar la participación de la sociedad civil en la atención de este rubro, por lo que se buscarán recursos nacionales e internacionales y la participación del sector privado para financiar el desarrollo rural.

En este plan, el Instituto Nacional de Investigación y Fomento Agropecuario (Inifap) dejaría de ser un órgano desconcentrado del gobierno para convertirse en una asociación civil con representación de los sectores público y privado.

Para "potenciar el capital humano" propone tres estrategias: crear un Sistema Nacional de Estímulos (SNE) al personal académico científico, financiar grupos de asesoría técnica profesional en el sector rural y hacer una "reingeniería" de los planes y programas de estudio de los niveles medio, superior y posgrado.

No informa sobre el futuro de los trabajadores de escuelas de agronomía y centros de investigación, pero critica sus relaciones laborales, porque "no son propicias para el desempeño óptimo de las instituciones".

Antes de anunciar las estrategias del plan, los foxistas presentan un panorama caótico de las políticas de educación, investigación y transferencia de tecnología enfocadas al desarrollo del campo mexicano.

De los 130 mil egresados de agronomía, explica que sólo 20 por ciento está empleado en actividades propias de su profesión; además, ninguna de las 30 instituciones que ofrecen posgrados en agricultura se han actualizado ni modernizado de acuerdo con las demandas del sector.

Productores y empresarios del campo, señala, no se vinculan a la educación pública ni la apoyan económicamente porque planes y programas de estudios están alejados de las necesidades del sector productivo.

Además, las escuelas de agronomía enfrentan otros problemas para formar a buenos ingenieros e investigadores al tener escasa relación con otros centros de educación mexicanos y extranjeros, por lo que "no se benefician de otras experiencias" ni aprovechan adecuadamente las tecnologías modernas de comunicación y educación a distancia.

En el caso de la investigación agropecuaria, a la que Sagar asigna 5 mil 900 millones de pesos, su diagnóstico es desalentador: la mayoría de los estudios no se traducen en adelantos tecnológicos y se quedan en "informes y publicaciones cientíicas"; los recursos están concentrados en el Distrito Federal, los fondos públicos son repartidos sin considerar prioridades, falta un sistema nacional de información, por lo que hay duplicidad y dispersión de esfuerzos, y los proyectos son financiados con pocos recursos.

De acuerdo con el equipo de transición, la capacitación de los productores es limitada y no se sustenta en una estrategia nacional, los centros de enseñanza superior se ocupan poco de esto y cuando lo hacen es de manera desarticulada y alejada de las necesidades de los productores.

La transferencia tecnológica al campo es inexistente o de baja capacidad, carente de estímulos y de reconocimiento por la sociedad, muchos de los productos de la investigación, como semillas o tubérculos, no se transfieren al usuario por falta de coordinación institucional, y los técnicos están mal remunerados, con limitada capacidad técnica y carecen de metas productivas.

Las acciones a emprender

Para poner en marcha sus proyectos, los foxistas anuncian que la experiencia de las fundaciones Produce será revisada de inmediato para "ajustar y consolidar el modelo"; también identificarán "productores modelo" para convertirlos en promotores de la transferencia de tecnología en el proceso de modernización del campo.

En lo económico prevén incrementar el porcentaje del producto interno bruto agropecuario y dar incentivos fiscales, instrumentos financieros y de cobertura de riesgos para estimular la inversión en investigación y la adopción de innovaciones tecnológicas.

Propone asimismo reformar cinco leyes, a fin de que Sagar se haga cargo de la política forestal en lugar de la Semarnap, y separar del gobierno al Instituto Nacional de Investigación y Fomento Agropecuario (Inifap) para convertirlo en asociación civil con personalidad jurídica y patrimonio propios.

El CEIT se financiará mediante un fideicomiso nacional que impulsará la creación de fideicomisos por sistema-producto, por microcuencas o por regiones, encabezado por un presidente y un secretario ejecutivo.