VIERNES 27 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Pide castigos severos
Rechaza Diódoro Guerra complicidad con porros en el IPN
Laura Gómez Flores Ť El director del Instituto Politécnico Nacional, Diódoro Guerra, rechazó la existencia de una red de complicidad con porros al interior de los planteles, pero reconoció que delincuentes juveniles se disfrazan como estudiantes para cometer ilícitos en las zonas aledañas, los cuales no son castigados con severidad, por la laxitud de las leyes.
Guerra precisó que este problema no es exclusivo del IPN, pues se presenta también en instituciones como la Universidad Nacional, el Colegio de Bachilleres y en normales, por lo que pidió a las autoridades capitalinas asumir su responsabilidad en la parte preventiva.
"No se trata de una confrontación, sino que simplemente nosotros como autoridades académicas hemos hecho lo que nos corresponde, y a ellas (autoridades del GDF) les toca apoyar para que no se susciten problemas y la parte jurídica no sea tan laxa en cuanto a que se presenta la denuncia y a los dos o tres días sale bajo fianza quien cometió un ilícito", argumentó.
Asimismo, sugirió que los legisladores, en lugar de hacer declaraciones, revisen las leyes y las ajusten para imponer sanciones más apropiadas a este tipo de conductas ilícitas, que tienen lugar en la vía publica, no dentro de las instituciones educativas, como se ha señalado a últimas fechas.
Insistió que nunca ha habido acceso de porros a las escuelas, pero sí agresiones de éstos en los perímetros de por lo menos cuatro planteles. Sin embargo, solicitó a quien tenga pruebas de una complicidad entre porros y autoridades del instituto, presentarlas, sin caer en confrontaciones. "Como académicos se responderá a ellas y se evitará que el problema se politice".
Mencionó que, ante los problemas que se tienen en las vocacionales 1 y 10 ubicadas en Aragón, se pidió el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública, que incrementó la vigilancia en la zona. Reiteró que el porrismo es un problema social que requiere atención inmediata de todas las autoridades en sus respectivos ámbitos.
En algunos casos, señaló, jóvenes se disfrazan de estudiantes y con ello buscan cierta impunidad en la realización de actividades ilícitas. "Les pueden llamar delincuentes juveniles o porros, pero siempre caen en el calificativo de delincuencia, y la aplicación de las leyes evita en muchos casos que sean castigados".