VIERNES 27 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Está ubicado su paradero, en un hospital de Houston, señala Del Villar
Piden apoyo a la Interpol para detener a dueño del Lobohombo
Ť Homicidio, lesiones y posible corrupción de menores, los delitos que habría cometrido
Elia Baltazar y Triunfo Elizalde Ť Por la presunta comisión de los delitos de homicidio, lesiones y quizá corrupción de menores, la Procuraduría capitalina solicitó la colaboración de la Interpol para cumplimentar la orden de presentación en contra de Alejandro Iglesias, uno de los dueños de la discoteca Lobohombo, quien presuntamente se encuentra en un hospital de la ciudad de Houston, convaleciente de una operación.
Samuel del Villar, procurador general de Justicia del Distrito Federal, informó lo anterior y precisó que se solicitó también la colaboración de la Procuraduría General de la República para llevar ante el Ministerio Público a Iglesias, de quien ya se conoce su ubicación en Estados Unidos, donde incluso ya hay elementos de la Policía Judicial federal y capitalina.
Por su parte, en conferencia de prensa el fiscal en la delegación Cuauhtémoc, Salomón Baltazar, agregó que habrá al menos otras 50 órdenes de presentación por cumplimentar por parte de la Policía Judicial del DF, para llevar ante el Ministerio Público a igual número de posibles indiciados o testigos, de quienes en algunos casos sólo se tiene el primer nombre o el alias.
Informó también que familiares de una de las víctimas del incendio ocurrido la madrugada del pasado viernes aceptó la "ayuda" ofrecida por personas identificadas como colaboradores de Iglesias, quienes pagaron 5 mil pesos como "indemnización", a cambio de la firma de "documento".
Negocian el pago de indemnizaciones
El grupo Titanium, por su parte, publicó en el diario Excélsior un aviso para invitar a los familiares de las víctimas a acudir a las oficinas de Jorge Antonio Dumblas, ubicada en Insurgentes 1337, despacho 201, colonia Insurgentes Mixcoac, con el fin de negociar el pago de los daños ocasionados. Además, ha enviado a personal a negociar con los deudos, según informó el fiscal en Cuauhtémoc.
El número de víctimas por el siniestro en el Lobohombo aumentó ayer a 20, pues a las 6 de la mañana falleció una joven de 17 años que se encontraba en el hospital de Magdalena de las Salinas, a consecuencia de las quemaduras en 50 por ciento de su cuerpo y por insuficiencia respiratoria.
La muerte de Elia Edith García Falcón y las investigaciones sobre la presencia de menores de edad en el inmueble, ya fuera como clientes o empleados, permitieron a las autoridades configurar la posible comisión del delito de corrupción de menores, a quienes empleaban en horarios de más de 12 horas continuas, en turnos de 5 de la tarde a 7 de la mañana, o de 9 de la noche a 9 de la mañana.
Dijo el fiscal Salmón Baltazar: "No sólo empleaban a menores como meseros o garroteros, y permitían su entrada como clientes, sino que los horarios rebasaban el límite impuesto en la licencia emitida en 1998, la cual, por cierto, no fue corroborada después de su expedición, como marca la ley que debe hacerse cada año".
Agregó que hasta el momento se ha tomado declaración a 102 testigos, entre ellos 21 ex empleados, así como funcionarios y ex funcionarios de la delegación Cuauhtémoc. Sobre estos últimos dijo que aún no hay el ementos que justifiquen la posible comisión de un delito, aunque "si se llegase a comprobar su posible responsabilidad en los hechos se deslindarán las responsabilidades correspondientes".
Antes intervino el director general de Servicios Periciales, Pedro Estrada, para dar a conocer las primeras conclusiones de los 100 dictámenes periciales aplicados hasta el momento, que ofrecen elementos para asegurar: "Las 20 víctimas del incendio no habrían muerto si el lugar hubiera contado con las medidas de seguridad pertinentes".
En Lobohombo no había extintores suficientes, pues sólo contaban con 18, la mitad de tipo casero, cuando las dimensiones del lugar requerían al menos 30. Uno de los accesos de emergencia estaba inutilizado y bloqueado, y el otro no daba a la calle, sino a la zona de almacenes. Fue en esta puerta donde se impidió la salida a los clientes, para que primero pagaran. Allí encontró la muerte la mayoría de las víctimas, pues 15 de los 19 cuerpos calcinados fueron hallados en ese lugar.
El antro tampoco tenía sistema hidráulico ni detectores de incendios, y la toma de agua era simulada, pues si bien estaba conectada a una tubería, ésta no llegaba a ninguna cisterna o pozo, sino a una pared.
Los exámenes periciales también revelaron que sólo 5 de las víctimas habían bebido y ninguna de ellas ingirió drogas, explicó Estrada.
Los niveles de calcinación fueron tales, que en sólo dos cadáveres hubo posibilidades de tomar huellas dactilares, previo proceso médico especial.
Sin embargo, aún hay preguntas pendientes de respuesta. Estrada admitió: hasta ahora no se sabe si el incendio fue ocasional o provocado. Y sobre el cobro del seguro con que contaba el establecimiento tampoco nada se sabe.