VIERNES 27 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Decisiva, su influencia en la política de Clinton


El cabildeo pro Israel, el segundo más poderoso de EU

Ť Ha logrado instalar a "su gente" en la Casa Blanca, se asegura

Ť Existen unas 75 organizaciones judías que financian a políticos

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 26 de octubre Ť Un sector organizado en Estados Unidos juega un papel determinante para asegurarse de que el país mantenga una alianza firme y casi incondicional con el Estado de Israel, y opera a través de donativos políticos muy calculados y una red de bases que, en su conjunto, forman lo que la revista Forbes calificó este año como el segundo grupo de cabildeo nacional más poderoso de Estados Unidos (después de los jubilados).

El poder del cabildeo pro israelí en este país fue exhibido en publicidad en los medios nacionales y en sus campañas de presión a lo largo de las últimas semanas al intensificarse el conflicto en Medio Oriente.

Los dos principales candidatos presidenciales han expresado su pleno compromiso de apoyo a Israel y se espera que esta semana el Congreso apruebe una resolución de apoyo a Tel Aviv, y condene a las autoridades palestinas por amenazar con la formación de un Estado palestino.

Además, los periódicos nacionales han publicado anuncios casi todos los días pagados por las principales organizaciones judías en este país, en los que ofrecen apoyo para un proceso de paz que garantice la seguridad e independencia de Israel.

Pero varios analistas y representantes de la comunidad judía organizada han advertido que sería erróneo suponer que la amplia y diversa población judía de este país está de acuerdo parcial o plenamente con los mensajes del cabildeo pro Israel.

Según las encuestas, una mayoría de los judíos en Estados Unidos favorece más el proceso de paz que cualquiera de los principales partidos políticos en Israel.

Además, hay grupos judíos menos influyentes y con menores recursos, como Americanos por la Paz Ahora, que han apoyado el proceso de paz y se han opuesto a los asentamientos israelíes en Palestina.

Apoyo incondicional

No obstante, la mayoría de las organizaciones más influyentes de la comunidad judía --y las más efectivas en Washington-- promueven sobre todo un apoyo incondicional al gobierno de Israel.

"Hay un grupo muy grande y bien organizado de agrupaciones judías estadunidenses que promueven fuertes vínculos de Estados Unidos con Israel y frecuentemente apoyan las políticas del gobierno israelí, sea cual sea", explicó Phil Woolcock, de la Fundación por la Paz en Medio Oriente.

En entrevista, señaló que la influencia de estas agrupaciones pro Israel es tan poderosa que han logrado derrotar a legisladores que perciben demasiado críticos a Is- rael y, en algunos casos, han logrado instalar a su gente en los circuitos de toma de decisiones del gobierno de Bill Clinton.

Por ejemplo, el actual embajador de Washington en Tel Aviv, Martin Indyk, es un ex empleado de la más grande de las organizaciones que apoyan a Tel Aviv, el Comité Americano Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC, por sus siglas en inglés).

Joel Beinin, historiador de la Universidad de Stanford, agrega que la influencia de estos grupos no se expresa sólo a través de sus actividades de cabildeo, y explica que "han dominado el discurso sobre la política exterior estadunidense en Medio Oriente. Son pro Israel. Promueven la visión de que Israel es el aliado más importante de Estados Unidos en Medio Oriente y que todo debe de ser visto a través del prisma de la alianza estadunidense-israelí", explicó.

Entre las agrupaciones pro israelíes, el grupo de influencia política más conocido es el AIPAC, organización fundada en los años 50 cuyo objetivo era la defensa del recién nacido Estado de Israel y la promoción y difusión de una relación cercana con Estados Unidos.

El poder de esta organización es tal que el diario The New York Times consideró una vez que el AIPAC es "la organización más importante que está afectando la relación de Estados Unidos con Israel".

De acuerdo con el profesor Beinin, el AIPAC es particularmente influyente en el Congreso de Estados Unidos y ha encabezado varios esfuerzos exitosos para derrotar las campañas de relección de legisladores que no eran considerados como sufi- cientemente favorables a Israel.

Pero el AIPAC tampoco está solo. Existen por lo menos 75 organizaciones pro Israel que donan fondos a candidatos políticos en este país, entre otras actividades, para influir en el debate sobre la política hacia el Medio Oriente.

Según un reciente análisis del Washington Report on Middle East Affairs, estas organizaciones contribuyeron con más de 5 millones de dólares a legisladores federales en el último ciclo electoral.

Presidencia favorable a Tel Aviv

Janet McMahon, editora gerente del Report, calculó hace poco que las contribuciones pro Israel a candidatos políticos en los últimos 12 años suman más de 33 millones de dólares; en comparación, las agrupaciones árabes y musulmanas han donado un total de 331 mil dólares a candidatos políticos en ese mismo periodo.

Estas agrupaciones simpatizantes de Is-rael han sido particularmente cercanas al gobierno de Bill Clinton, que ha sido calificado como una de las presidencias más pro Israel en la historia de este país.

Pero la analista McMahon advirtió que el poder de estas agrupaciones no sólo resulta de sus fondos ni tampoco de favorecer al Partido Demócrata: "El apoyo inicial para Bill Clinton fue por la ira ante el presidente George Bush, quien intentó presionar a Israel a reducir la construcción de asentamientos (en Palestina)".

Informó que el ex presidente Bush, quien tenía vínculos cercanos con la industria petrolera de Texas, provocó la ira de los grupos pro israelíes de este país cuando buscó, a principios de la década de los años 90, detener parte de un programa de garantías de crédito para vivienda por 10 mil millones de dólares para Israel hasta que ese gobierno acordara suspender la construcción de comunidades judías en los territorios ocupados palestinos.

Pero según McMahon, la comunidad pro Israel en Estados Unidos votó ampliamente a favor del republicano Ronald Reagan porque el demócrata James Carter era percibido ejerciendo presión a Israel para llegar a un acuerdo de paz con Egipto.

O sea, lo importante no es la lealtad partidaria, sino la lealtad con Israel, lo que determina toda decisión de estas agrupaciones, y los políticos de ambos partidos po- líticos entienden el mensaje.

Como consecuencia, este sector ha logrado que, por lo menos en público, los contrincantes en contiendas electorales estadunidenses parecen tener por lo menos un punto de consenso: apoyo a Israel.

Es testamento al poder político de estas agrupaciones que casi nadie --esas excepciones parecen no buscar un alto perfil-- en los circuitos del poder estadunidense se atreve a decir algo crítico contra Israel.