JUEVES 26 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Se incumplió la palabra: Salazar Mendiguchía
"Irresponsabilidad" oficial al pactar acuerdos de San Andrés
Ť El gobernador electo de Chiapas estuvo en el Tec de Monterrey Ť El cambio en el estado se percibirá en los primeros seis meses
David Carrizales, corresponsal, Monterrey, NL, 25 de octubre Ť El gobernador electo de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, señaló que la verdadera paz en su estado se alcanzará no cuando se firme un acuerdo con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), sino cuando se resuelvan las condiciones de marginación, pobreza e injusticia que originaron el levantamiento armado el primero de enero de 1994.
Dijo que sería un cínico o un mentiroso si afirmara que en su gobierno se pueden resolver esos problemas, pues hay estudiosos que consideran pasarán por lo menos 40 años para que Chiapas se "ponga a mano" con los estados más desarrollados del país.
Sin embargo, señaló que en los primeros seis meses de su administración los chiapanecos se darán cuenta que habrá un cambio, porque se gobernará con honestidad, con los mejores hombres y mujeres de la entidad, y la gestión estará abierta a los planteamientos de los ciudadanos.
Señaló que no quiere entrar a un duelo de fuerzas con el Congreso de mayoría priísta, ni llegará con ánimo de revanchas contra el viejo régimen, pero no habrá impunidad a los actos de corrupción y el gobierno que se va tendrá que dejar cuentas claras.
Al participar en una conferencia magistral ante estudiantes de ciencias políticas del ITESM, Salazar Mendiguchía expuso que el gobierno federal negoció los acuerdos de San Andrés Larráinzar con una gran irresponsabilidad, pues se retractó de lo que había aceptado y, a la hora de interpretar los acuerdos, se quisieron ir a lo de más abajo, por lo cual la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) entró como árbitro, y así fue aceptado tanto por los zapatistas como por el gobierno federal.
Sin embargo, dijo, cuando los legisladores elaboraron su proyecto, los zapatistas dijeron: 'no es lo que nosotros propusimos, pero lo aceptamos', mientras el gobierno rechazó el documento y presentó más de 20 objeciones, propiciando que el EZLN se retirara de las negociaciones.
"Lo que hay aquí es un claro incumplimiento a la palabra, porque negociaron irresponsablemente, sin seriedad, y eso los tiene ahora metidos en un lío. Por eso para que el EZLN regrese a la mesa del diálogo se requiere que este gobierno, que los engañó, les dé nuevas señales, y esto no lo digo sólo yo: estuvieron panistas, perredistas, gente de todos los partidos en el Congreso de la Unión, y todos coincidimos en que el gobierno nos dejó colgados, a los zapatistas y al Congreso". Declaró que sería muy aventurado de su parte decir que durante su periodo de gobierno el EZLN va a dejar las armas y que se alcance la paz definitiva en Chiapas.
"Sí lo deseo con todo mi corazón, pero esto depende de muchas circunstancias. Hay una manera directa que es mediante el diálogo; pero hay otro camino más largo, y nosotros creemos que la guerra llegó a Chiapas por los malos gobiernos, por culpa del rezago, el abandono, la pobreza y la marginación; este camino implica atender las causas que provocaron el conflicto", precisó.
Dijo que "una verdadera paz no tiene que ver con que firmemos un documento mañana. Podemos firmar con los zapatistas un documento y en Chiapas no habrá pasado nada si no resolvemos el gran reto que significa la pobreza. Quisiera que eso ocurriera y mi trabajo como gobernador será crear condiciones de paz, sacar al gobierno de Chiapas de la dinámica de guerra y de violencia innecesarias y meternos en una dinámica de paz".