MIERCOLES 25 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Robaron al ex campeón mundial su fortuna lograda en 11 años
El boxeo me dejó más enemigos que amigos: Canto
Carlos Hernández Ť Arriba del cuadrilátero, Miguel Canto fue conocido como El Maestro, por su calidad técnica y la facilidad para quitarse golpes.
Abajo del ring, el yucateco reconoce que se le puede calificar de Alumno, porque muchos lo engañaron y le robaron "las tres cuartas partes" de lo que ganó en largos 11 años de carrera, cinco de ellos como campeón mundial, y en los que realizó 15 defensas del cetro mosca, récord que permanece para la categoría.
"Creo que gané unos 25 millones de pesos (2.5 millones de dólares, al cambio actual), pero de todo eso el boxeo sólo me dejó una buena salud... y más enemigos que amigos", expresa Canto, quien ahora se dedica a entrenar muchachos en un gimnasio de su casa y que como recuerdo de sus años de bonanza sólo le quedó una tienda de abarrotes.
"Y ya quiero regresar para atenderla, porque estoy dejando de ganar un dinerito", dice mientras camina lento por los lujosos pasillos del hotel de Polanco donde se realiza la convención del CMB.
Humilde en sus ropas, sencillo en sus palabras, el peleador de metro y medio de estatura peina ya muy poco pelo a sus 52 años. "No tengo problemas para comer, ni para vestirme, pero tuviera dinero para viajar, para ir a restaurantes buenos, para...", dice y baja la vista.
Recuerda haber sido feliz hasta 1972, cuando ganó el cetro nacional, pero le llegaron "infinidad de problemas". La situación se agravó el 8 de enero de 1975, al coronarse monarca mundial.
Con el dinero ganado en el boxeo, Canto construyó un hotel en Cancún y formó una empresa de importaciones. "Todo lo que ganaba lo mandaba para allá. Pero me robaron mucho dinero y el señor Elías García, al que le confié todo, aún sigue prófugo.
"Tuve muchos amigos a los que les presté dinero y ya nunca me volvieron a hablar. Después tuve problemas con el fisco, porque se murió mi contador y me dejó un problema con el que me fastidiaron durante 3 años", recuerda con tono amargo.
Dice que con el dinero tenía la ilusión de darle un buen futuro a su familia, pero también lo abandonó cuando se quedó sin nada.
"Tuve problemas con mi familia porque ya no tenía dinero. Mi mujer y mis cuatro hijos se separaron de mí, porque no entendieron que en este mundo hay mucha gente mala que se aprovecha de la buena voluntad de las personas, sobre todo de tontos como yo", señala.
Canto añade que terminó sin dinero, pero por causas diferentes a la de la mayoría de los boxeadores, que se dedican a una vida disipada. "Yo no fumo, no tomo ni una copa, no bailo, no voy a parrandas, no soy malo, no me llevo con nadie, no me gusta ni salir de la casa para ir al cine".
-ƑFue como una maldición lo que le pasó?
-Tal vez, pero yo le juro que no le hago daño a nadie y no entiendo por qué me va tan mal.
"Creo que debo hacer lo contrario para que me vaya bien: portarme cabrón", responde espontáneo, pero de inmediato ofrece disculpas por la mala palabra y se aleja con su nueva compañera, "la que me quiso desde hace unos 20 años y por fin ahora estamos juntos".