MIERCOLES 25 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Mesa redonda de la UAM sobre población autóctona residente en la capital
Menores de edad, 20% de indígenas que viven en el DF
María Esther Ibarra Ť De los 218 mil 739 indígenas que habitan en el Distrito Federal, 20 por ciento son niños y niñas. Además de carecer de alimentación, educación y mínimos servicios sociales, cerca de 4 mil infantes laboran en las calles y, en la mayoría de los casos, constituyen un apoyo importe de la economía de sus familias.
Por las condiciones de extrema pobreza de sus padres, entre los 4 y los 14 años de edad abandonan los estudios para incorporarse al mercado laboral en el comercio ambulante o el trabajo doméstico. Algunos se dedican a la mendicidad en la Ciudadela, el Zócalo capitalino o las calles del Centro Histórico, entre otros espacios públicos.
En algunos casos participan en la elaboración y comercialización de artesanías como textiles, adornos de papel amate o artículos de chaquira. A la explotación económica y los bajos precios de los productos que venden se suma la indiferencia y maltrato de sus padres.
No les va mejor a los "afortunados" que logran acudir a una escuela en el Distrito Federal, quienes son objeto de discriminación por parte de sus compañeros y hasta de los propios maestros. Esta situación, además del tiempo que dedican a laborar, se conjugan para que abandonen las escuelas que, por otra parte, carecen de programas educativos bilingües o acordes a las necesidades de los indígenas.
Estos son algunos de los rasgos del mundo infantil descrito por Rosa Idalia Días Castro, del Centro de Asesoría para el Desarrollo Comunitario (CADEC), en el segundo día del seminario Indígenas en el Distrito Federal: realidad ineludible, que se efectúa en la unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Pero incluso las cifras de la población indígena infantil y adulta, que además viven en condiciones infrahumanas en la ciudad de México, deben tomarse con reservas, pues --mencionó Días Castro-- los censos poblacionales e instituciones oficiales únicamente consideran indígenas a quienes hablan lengua autóctona, pese a que "existen grupos que por la diversidad de factores excluyentes ya no hablan la misma lengua que sus padres, pero cumplen con todas las condiciones del concepto indígena".
Según el Conteo de Población y Vivienda de 1995, en el Distrito Federal habitan 218 mil 739 indígenas, de los cuales 4 mil 323 son niños de 5 a 14 años hablantes de alguna lengua, y 24 mil 464 tienen de 0 a 4 años. Padecen desnutrición en todos sus niveles y, en consecuencia, son proclives a enfermedades respiratorias y gastrointestinales, los padecimientos más frecuentes.
Resolver la marginación y pobreza de los grupos étnicos resulta tarea "titánica" para las autoridades capitalinas por el rezago existente en programas y acciones encaminadas a ello. Durante el seminario, Alejandro López Mercado, subdirector de Atención a Población Indígena del gobierno de la ciudad de México, explicó que al inicio de la presente administración no había en el conjunto de las dependencias del Distrito Federal una sola área o programa de atención a los pueblos indígenas y población migrante de ese sector. "Algunas instancias contaban con uno que otro programa, aunque realmente se destinaban pocos recursos tanto humanos como financieros", dijo.
Además, "las acciones se ejecutaban de manera aislada y esporádica, casi siempre solicitando el apoyo de otras instancias federales, y no respondían a una política social definida", agregó López Mercado.
Informó que a partir de 1998 se creó la Dirección General de Equidad y Desarrollo Social, responsable de formular y ejecutar políticas y programas sociales que reduzcan las asimetrías y eliminen los mecanismos de exclusión social de los pueblos indígenas y sus integrantes. Para ello, dijo, se han coordinado 47 dependencias del gobierno capitalino a fin de ejecutar el Programa General de Actividades para la Atención de los Pueblos Originarios y la Población Indígena Migrante.
A pesar de las diversas acciones realizadas dentro de ese programa, el funcionario capitalino aseveró que el reto de solucionar las condiciones de pobreza y exclusión de los indígenas residentes en el Distrito Federal implica la transformación de los hábitos culturales y el marco jurídico, así como superar la actitud "paternalista" de las instituciones gubernamentales y de la ciudadanía hacia los grupos étnicos.
Entre las tareas "pendientes", en las cuales el gobierno de la ciudad de México seguirá trabajando, mencionó que en materia educativa está la adecuación de los planes y programas de estudios de primaria y secundaria al mosaico pluricultural del Distrito Federal. Otro punto será iniciar un proceso de incorporación permanente de lo indígena en todas las leyes que correspondan.
Aclaró que en materia educativa, las autoridades capitalinas se vieron imposibilitadas de emprender acciones para crear una política dirigida a grupos indígenas, pues carecen de facultades legales para ello. Sobre las adecuaciones jurídicas, dijo que tampoco se "trata de hacer una ley para los pueblos indígenas y sus migrantes, sino que el conjunto de las leyes que rigen en el Distrito Federal incorporen y expresen sus derechos conforme a la diversidad cultural", concluyó.