MIERCOLES 25 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Reforma ''por consenso'' de la LFT, anuncia
Fox no hará promesas populistas sobre empleo o salarios: Abascal
Ť Tampoco empezará a repartir una riqueza que no existe, dice
Ť Prevé un cambio radical, de fondo, en las relaciones laborales
Fabiola Martínez Ť El próximo gobierno promoverá un ''cambio radical, de fondo'' en las relaciones laborales a través de una ''reforma por consenso'' de la Ley Federal del Trabajo, respeto a la autonomía y libertad sindical, y el fortalecimiento de la llamada nueva cultura laboral, señaló Carlos Abascal Carranza, coordinador para asuntos laborales del equipo de transición del presidente electo, Vicente Fox.
Sostuvo que la próxima administración ''no hará promesas populistas'' en torno a empleo o aumentos salariales, ''y tampoco empezará a repartir una riqueza que no existe''. En cambio, el objetivo es impulsar el diálogo entre empresarios y trabajadores, así como el ''humanismo profundo'' en la empresa y en la economía del país.
''No se puede adoptar una postura de defensa de clase, debemos superar y eliminar de nuestro lenguaje las posturas excluyentes... el diálogo obrero-patronal, iniciado en 1995, acabó con 60 años de visión clasista, de confrontación'', dijo.
En el seminario Agenda laboral en la transición democrática, organizado por académicos de la UNAM y la UAM, Arturo Alcalde, abogado de sindicatos independientes, dijo que la ''única medicina adecuada'' que debe aplicar el gobierno de Fox es el combate a la corrupción.
Lo anterior, porque alrededor de 90 por ciento de los trabajadores de este país no tiene la libertad para elegir a sus representantes o tener un contrato colectivo legítimo, es decir, ''sostenemos que cualquier acción en otro sentido sólo daría continuidad a la simulación en el mundo laboral que prevalece''.
Los académicos presentes en el seminario -que se realizó en el Antiguo Colegio de San Ildefonso- mostraron sus reservas e incluso repudio en torno a los conceptos vertidos por Abascal, particularmente en lo relativo a la ''lucha de clases''.
Alcalde mencionó que no bastan las definiciones respecto a la dignidad del ser humano, sino impulsar un verdadero cambio a través del voto secreto de los trabajadores en todos los asuntos de tipo colectivo, así como un registro transparente de sindicatos y contratos de trabajo.
Lo que tenemos en el país actualmente, agregó, es una práctica generalizada de ''contratismo de protección de altura'', esto es, de las constantes gratificaciones que dan los empresarios para ''elegir'' al sindicato de su conveniencia y de presiones en contra de los trabajadores que se atreven a solicitar un cambio por la vía del emplazamiento o demanda de titularidad de un contrato.
En su exposición, y posteriormente en su respuesta a los señalamientos anteriores, Carlos Abascal se refirió a los aspectos ''favorables'' de la nueva cultura laboral, firmada en 1996 entre el extinto líder cetemista Fidel Velázquez Sánchez y el propio Abascal, en su función de dirigente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Dijo que ese modelo que impulsaron líderes obreros y patrones -sustentado en la productividad y flexibilidad laboral como alternativa para aumentar los ingresos de trabajadores- dio mucho más de lo que se esperaba en 1995 y 1996, lapso en el que prevalecía un clima de tensión entre ambas partes, producto de la crisis económica de aquel periodo.
''No olviden el contenido de los libros de texto de este país, en los que se construyó un mito de la confrontación radical entre obreros y empresarios, y no olviden que los jóvenes de ahora, educados aún con la visión marxista, han discutido esta visión que finalmente destruye la posibilidad de éxito compartido entre los factores de la producción''.
Y agregó: el diseño de la nueva cultura laboral pudo tener desviaciones respecto de la idea original, y nos podrán relatar, y los acepto, errores, abusos o extremos, ''špero hombre, hasta la Biblia ha sido manipulada, y si esto no le ocurre a un documento firmado entre la CTM y la Coparmex, pues sería algo sobrenatural!'', expresó.
El asunto de los registros de contratos colectivos o la vida interna de las organizaciones sindicales, agregó, lo resolverán los propios trabajadores y empresarios. ''A nosotros no nos corresponde ni dictar un proyecto de reforma en torno a la organización de los sindicatos, ni emitir un discurso excluyente o beligerante''.
Este país, dijo, no puede continuar en la ''anticultura'' de yo hago como que trabajo y tú haces como que me pagas, sino a través del fortalecimiento de la capacitación, productividad para avanzar en la recuperación del poder adquisitivo. ''Tampoco podemos continuar con esa cultura de corrupción de todos, absolutamente todos'', dijo, pero enseguida reconsideró: ''Bueno, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, pero evidentemente no me refiero a ustedes'', concluyó.