MARTES 24 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Let it beat. From the Beatles to the Beat-less
Luquín reversiona portadas de discos de los melenudos
Ť Son como un encuentro con el hermano que se fue de viaje
Merry Mac Masters Ť Comenzaban los años noventa y el pintor Antonio Luquín tenía poco tiempo de trabajar esa iconografía urbana que distingue su producción. Buscó, no obstante, una distracción de lo que era su trabajo central.
Atento seguidor de la música de los Beatles, empezó a copiar un par de portadas de discos de los otrora integrantes del cuarteto de Liverpool. Al pasarlos a la pintura, incluso con las mismas dimensiones, quiso recobrar lo que no tenía el diseño original, a la vez que restituir el entusiasmo que sentía al escuchar su música.
Esas portadas eran como un encuentro con un hermano mayor que se fue de viaje, pero que ''lo ves en fotografías de vez en cuando". Después de unos 15 cuadros se percató de que, a pesar de que se veía mucho camino hacia delante, la mejor idea era llevar este pasatiempo hasta sus últimas consecuencias, es decir, hacer la serie completa.
En 1995, y 75 discos después, el proyecto llegó a su fin. Luquín se dedicó a las grabaciones de John, Paul, George y Ringo como solistas hasta que el cuarteto se reuniera vía tecnológica (la serie empieza con los álbumes Wonderwall Music y Unfinished Music No. 1: Two Virgins y termina con Paul is Alive). Para este ejercicio plástico, trabajó según el orden de aparición de los acetatos, con la idea de documentar su propio desarrollo como pintor.
''Algunas de las portadas son diseños extraordinarios, otras son verdaderamente patéticas. Pero, trasladadas al óleo, tienen una vibración muy distinta."
La mayoría de veces, apunta, los cuatro contrataban a diseñadores gráficos o artistas para realizar sus portadas. El disco Menlove Ave, de Lennon, editado en forma póstuma, comprende un trabajo de Andy Warhol.
Con frecuencia recurrían a las galerías de arte, cuyas esculturas incorporaban a sus ambientaciones, como en Pipes of Peace, de McCartney. Aquí, el entrevistado evoca un comentario del investigador Luis Rius en el sentido de que estas portadas son un aporte del imaginario visual como soporte al imaginario musical. Reconoce: ''Muchos de mi generación compraban los discos por las portadas, sin saber qué había dentro".
Si en su pictórica cotidiana predomina el metal y el cemento, ahora Luquín, de suyo un pintor de detalles, tuvo que enfrentarse al modelo y al retrato.
''Cada disco me proponía un reto distinto. A veces había que trabajar elementos que nunca había hecho; por ejemplo, la piel de la mujer, el cristal o la misma naturaleza."
Hubo portadas difíciles de reproducir, como Some Time in New York City, de 1972, cuando Lennon llegó a vivir a la Gran Manzana. Para resolver su diseño ''de periódico", donde los encabezados son los títulos de las canciones, el pintor tuvo que fotocopiar el original para sacar las letras, hacer el óleo en estas pequeñas figuras, utilizar tinta.
A pesar de que Luquín ha seguido con su vertiente urbana -su quehacer más reciente es sobre la zona noroeste de la ciudad de México-, no faltó quién preguntara si ahora iba a continuar con la colección de los Rolling Stones. Por otro lado, le pareció bien la posibilidad de diseñar el próximo disco compacto de la Maldita Vecindad, como le sugirió el Pato. Ahora que la serie sobre los Beatles se ha materializado en una muestra, le gustaría que viajara, incluso, a la misma Gran Bretaña. ƑPor qué no?
(Let it beat. From the Beatles to the Beat-less, muestra de Antonio Luquín, culminará el 19 de noviembre en el Museo Universitario del Chopo, en Dr. Enrique González Martínez 10, colonia Santa María la Ribera.)