MARTES 24 DE OCTUBRE DE 2000

Ť La droga iba a ser incinerada en Topolobampo


Investigan a jefe de la PJF por desaparición de 100 kilos de coca

Ť Implican también a otros tres elementos bajo su mando

Javier Valdez y Víctor Guerra, corresponsales, Los Mochis, Sin., 23 de octubre Ť Víctor Blancas Sánchez, comandante de la Policía Judicial Federal (PJF) destacamentado en esta ciudad, fue suspendido y concentrado en las instalaciones de la delegación estatal de la Procuraduría General de la República (PGR) junto con tres subordinados suyos, para ser investigados por su presunta participación en la desaparición de al menos 100 kilogramos de cocaína y una importante cantidad de pastillas psicotrópicas, que serían incineradas el fin de semana pasado en las instalaciones de la Armada de México, ubicadas en elk puerto de Topolobampo.

Lo anterior es parte del primer paso de la investigación que realiza la Contraloría Interna de la PGR, en relación a la averiguación previa abierta para investigar si el Blancas Sánchez y tres elementos a su cargo sustrajeron la droga faltante.

Al ser interrogado por reporteros, el subdelegado de la Procuraduría General en Sinaloa, Pedro Ramírez Violante, no quiso entrar en detalles respecto de la investigación y se limitó a explicar que una vez terminadas las pesquisas, "se dará información precisa a la prensa". Sobre los 146.340 kilogramos de cocaína que según reportes oficiales debió incinerar el Ejercito Mexicano, Ramírez Violante reconoció que el enervante no fue destruido, y añadió aún falta por comprobarse la cantidad de enervante que se sustrajo del cargamento original.

De acuerdo con informes extraoficiales, la droga a quemarse pasó por los procedimientos normales de peso y comprobación de autenticidad, primero en el 89 Batallón de Infantería y posteriormente en la PGR, aunque se estima que de ser ciertas las irregularidades detectadas, el hurto se habría cometido en las oficinas de las autoridades civiles.

Asimismo, dichas versiones indican que fueron violados los sellos que certificaban la unidad en que se trasladaría la droga al Sector Militar, motivo por el cual incluso los estibadores que ayudaron en la carga y descarga de la cocaína son sometidos a una investigación interna.