MARTES 24 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Agotado, el modelo neoliberal, asegura el analista Jalife-Rahme
Con Fox, crecimiento limitado
Ť Debe México condicionar la reducción de precios del crudo a menores tasas de interés, dice
David Zúñiga /II y última Ť El gobierno de Vicente Fox enfrentará graves problemas financieros, porque la llamada "desaceleración" de la economía de Estados Unidos -país con el que México realiza cerca de 80 por ciento de su comercio- tiene tintes recesivos: revaluación de las materias primas, el euro y el yen, reflujo de capitales y devaluación del dólar.
Por lo pronto, el presidente electo ya redujo sus pretensiones de crecimiento para 2001, anunció un "ajuste" presupuestal de 35 mil millones de pesos y su margen de maniobra para el próximo año será de apenas 8 mil millones de pesos, porque el otro 90 por ciento ya está comprometido. Esto lleva al analista Alfredo Jalife-Rahme a prever un crecimiento limitado de la economía por lo menos durante los primeros tres años del próximo gobierno.
El autor de Guerras geoeconómicas y financieras: el petróleo del Golfo Pérsico al Golfo de México, y El lado oscuro de la globalización: posglobalización y balcanización comenta en entrevista que en Estados Unidos analistas como Michael Mendel ya empiezan a hablar de una depresión de la economía de ese país.
Interrogado sobre la posibilidad de que el llamado aterrizaje suave se convierta en un crack, el profesor universitario comenta: "puede venir algo intermedio, una recesión profunda de largo plazo, o incluso una depresión", lo que obligaría a Estados Unidos a replantear su economía sobre bases más sustentables. Sin embargo, los promotores de la nueva arquitectura financiera, entre ellos el ex tesorero Robert Rubin y el ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, ya están fuera del equipo de William Clinton.
El modelo especulativo, explicó, produjo una hiperinflación monetaria y una devaluación de las materias primas que recobrarán parte de su valor cuando los mercados empiecen a caer. Por ello, insiste, es importante que México defienda su petróleo del "acuerdo de integración energética" anunciado por el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, George W. Bush.
Jalife sostiene que México debe pugnar por un acuerdo equitativo, sinergético y complementario con su principal socio comercial. "Quid pro quo: en la medida en que ellos nos disminuyan las tasas de interés o nos den facilidades para adquirir tecnología de punta, nosotros podríamos reducirles el precio del petróleo, pero con el actual modelo, Estados Unidos busca llevarse todo, y no nos dejan salida. ƑQué quieren? ƑRomper su ecuación demográfica? ƑPodrán detener el oleaje de latinoamericanos que desde la Patagonia se van a ir a Estados Unidos? No. Hay que hacerles ver eso".
La mano invisible del mercado y otras historias para (no) dormir
El también integrante de la Academia de Ciencias de Nueva York explica que existe un común denominador en las recientes crisis financieras y sus efectos, llámense vodka, dragón o samba: los ganadores son siempre las trasnacionales, que siguen seis pasos para apropiarse de las joyas estratégicas de los países subdesarrollados: 1. Las firmas calificadoras como Standard and Poor's y Moody's lanzan la voz de alerta sobre la desestabilización de los mercados. 2. Los megaespeculadores como George Soros empiezan a operar desde los paraísos fiscales para crear incertidumbre y caos financiero. 3. Fuga masiva de capitales, devaluación y pérdida de liquidez. 4. Rescate del Fondo Monetario Internacional, que impone al país afectado medidas que profundizan la crisis y lo llevan a privatizar sus empresas estratégicas. 5. Privatización general y el posterior traslado de dominio de empresas privadas nacionales a trasnacionales, y 6. Reingreso de capitales especulativos que compran a precio de remate los activos tecnoindustriales y las materias primas estratégicas del país rescatado.
Para el analista, los derivados y los fondos de cobertura (hedge funds) son las principales armas de la guerra financiera emprendida por los países ricos para apoderarse de las riquezas estratégicas de las naciones en desarrollo.
Cita un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), según el cual, a raíz del efecto tequila, 62 por ciento de las acciones de empresas mexicanas pasaron a manos extranjeras, principalmente estadunidenses, y si a eso se agrega la paulatina desnacionalización de activos de la banca, la proporción podría llegar a 75 por ciento.
"No es lo mismo ser globalizador que estar globalizado". La globalización, sostiene, sólo ha beneficiado al Grupo de los Siete países más industrializados (G-7), que junto con el Grupo de Basilea (Holanda, Suiza, Suecia y Bélgica) concentran 92 por ciento de las 500 trasnacionales que cada año aparecen en la lista de la revista Fortune. "ƑQuiénes son los perdedores? Los trabajadores, la clase obrera".
Globalifóbicos del mundo
Jalife-Rahme está convencido de que la globalización no es irreversible ni inevitable; es más, asegura que va en retirada, y muestras de ello son el fracaso de la operación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Kosovo, que derivó en una ruptura de la Unión Europea con Estados Unidos; la quiebra de Long Term Capital Management, que estuvo a punto de causar una sequía financiera internacional y, sobre todo, la rebelión de una coalición laboral-ambientalista de clases medias dentro del propio seno del G-7.
"Los globalizadores ya no se pueden reunir en Seattle, en Praga, Washington, Davos ni en Seúl. Noventa por ciento de los habitantes del planeta están en contra del modelo porque no son masoquistas ni necrófilos".
La globalización, explica, ha alterado la correlación de fuerzas y las estructuras sociales al crear empresas más poderosas que muchos gobiernos; al mismo tiempo, los partidos políticos entraron en crisis y perdieron la confianza de la gente; esto dará lugar a una confrontación directa de las trasnacionales con la sociedad civil, que "va a ganar porque tiene un arma exquisita y única: el sagrado boicoteo. Las trasnacionales van a tener que ceder una parte importante de su poder. Sí hay vida después de la globalización. Vamos a aprender a vivir", concluye.