Lunes en la Ciencia, 23 de octubre del 2000
Aportación de la científica mexicana Evangelina Villegas
Hacia un milenio sin hambre
Alejandro Espinosa Calderón
Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, celebrado el lunes pasado ante autoridades del Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y con la presencia de diversos personajes, se ratificó en la ciudad de Nueva York el Premio Mundial de Alimentación obtenido por la doctora Evangelina Villegas y por el doctor Surinder Vasal, de nacionalidades mexicana e india, respectivamente. Los 250 mil dólares de que consta el galardón fueron entregados el pasado 12 de octubre, en una ceremonia en Iowa.
Justo este año en el que FAO celebra su aniversario número 55 se inicia la campaña mundial Hacia un Milenio sin Hambre. Y el pasado día 15 se celebró el Día Mundial de la Mujer Rural, otra fecha importante y muy relacionada con el ya mencionado Día Mundial de la Alimentación. En ambos casos, la mujer tiene un papel fundamental, pues a lo largo de la historia de la humanidad ha sido la base y el fundamento de la familia, además de responsable de la selección de frutos y semillas, actividad que facilitó contar cada vez con mejores materiales e iniciar la agricultura cuando el ser humano cambió su hábito nómada a sedentario.
Una ejemplo de la importancia que se reconoce en la mujer es que la deidad griega de la fertilidad, denominada Ceres, fue una diosa, que representaba al trigo, grano más importante para la mayoría de culturas en Europa y Asia. Por la diosa Ceres se dio el nombre de cereales a varios granos, generalmente denominados gramíneas.
Otro caso es el de la deidad en México para el maíz, también una diosa, llamada Centéolt. Este grano cada día recorre nuevos campos, incrementando la superficie y rebasando ya al trigo en volumen producido, por lo cual es ahora el de mayor importancia mundial.
Además de ser la responsable de seleccionar mejores semillas, históricamente la mujer ha marcado la pauta en la familia al ser responsable de la alimentación de los hijos; de manera frecuente sufre mayor desnutrición por asegurar el alimento en primer término de sus hijos y de su compañero.
Por ello, cuando se le entrega a la doctora Evangelina Villegas el Premio Mundial de Alimentación, se establece una liga entre las dos fechas, el Día Mundial de la Mujer y el Día Mundial de la Alimentación. Mediante ese premio, muy merecido, se reconoce, apenas por primera vez, la relevancia de los trabajos en los cuales participa el género femenino.
Impacto y alcances del maíz de calidad proteínica
El premio otorgado a la doctora Villegas reconoce la importancia de los trabajos realizados en combinación con el doctor Vasal para contar ahora en todo el mundo con un tipo especial de maíces, denominados de calidad proteínica (QPM: quality protein maize), que poseen similar cantidad total de proteínas (7.5 a 9.5 por ciento), pero ciento por ciento mayor cantidad de los aminoácidos lisina y triptofano, esenciales para la alimentación, cuya deficiencia en humanos y animales causa desnutrición severa.
Como ya se comentó más ampliamente en un artículo que publicamos en esta misma sección (Lunes en la Ciencia número 114, 18/09/2000), ambos científicos se basaron en un tipo especial del grano llamado Opaco 2 -el cual fue descubierto en 1963, en la Universidad de Purdue, EU, por Edwin Mertz y L. S. Bates, en un maíz que provino de Perú, aunque se sabe que ya en 1917 se había ubicado un tipo de maíces similares-, y durante más de 30 años desarrollaron investigaciones en el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (Cimmyt) que llevaron a su mejoramiento genético, obteniendo la variedad que ahora se conoce mundialmente como "maíz de calidad proteínica".
Alternativas de mayor calidad proteínica
El doctor Hugo Córdova Orellana, quien también trabaja en el Cimmyt, es el eslabón indispensable para desarrollar y continuar la labor de Vasal y Villegas, ya que continuó los trabajos de mejoramiento genético para que ahora se cuente con infinidad de nuevas variedades e híbridos en el mundo, todas ellas con calidad proteínica, señaló en el reciente Congreso Mundial de Agronomía, que ubicó un maíz con 15 por ciento de proteína total, es decir, una cantidad ciento por ciento mayor que la proporción normal que se encuentra en los maíces.
Lo anterior abre grandes posibilidades de multiplicar la calidad, ya que si se incorpora a estos maíces de elevado porcentaje de proteína total, la calidad QPM, entonces en forma automática se contará con maíces con cuatro veces la presencia de lisina y triptofano, pero con muchas otras ventajas.
La perspectiva, entonces, es muy amplia para avanzar hacia un milenio sin hambre. Pero debemos tener presente que el hambre es hermana inseparable de la miseria y que ambas deben ser enfrentadas con toda nuestra energía, con el fin de revertir las predicciones de Malthus y otros mensajeros de malas noticias. Y en todas estas batallas la mujer seguirá jugando un papel relevante. El autor es coordinador de Investigación y Producción de Semillas de Maíces de Calidad Proteínica (QPM), en el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias