LUNES 23 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Gritos y susurros: expresiones sociales en Estados Unidos
Objetivo: Citibank
Activistas en decenas de ciudades estadunidenses, desde San Francisco a Boston, realizaron manifestaciones en los últimos días en demanda de que la gigantesca empresa financiera internacional Citicorp (matriz de Citibank) cese su apoyo a proyectos social y ecológicamente destructivos. En New Haven, Connecticut, estudiantes de la Universidad de Yale anunciaron que estudiantes y profesores han retirado más de 2 millones de dólares de cuentas en ese banco para protestar, según los activistas, por el papel de Citibank tanto en destruir el medio ambiente en el Tercer Mundo, como por su práctica de negar créditos a residentes pobres en ciudades estadunidenses. La Rainforest Action Network lanzó este año la campaña contra Citibank para enfocar la atención en el papel de las grandes empresas financieras en generar los impactos negativos de la globalización sobre el planeta y las sociedades.
Trabajadores del hongo exigen derechos
Más de 200 trabajadores de la industria del hongo y sus simpatizantes se manifestaron en Filadelfia hace unos días en demanda de su derecho de sindicalización. Las empresas de esta rama en Pennsylvania intentan negar los derechos para formar gremios y negociar contratos colectivos, con el argumento de que estos trabajadores deberían ser categorizados como jornaleros. Los trabajadores en este país no cuentan con protecciones de la ley en torno al salario mínimo y su derecho de asociación, según el Comité de Apoyo a los Trabajadores Agrícolas (CATA), que ha organizado el movimiento de protesta para los mayoritariamente trabajadores mexicanos en este sector. Representantes de otros 10 sindicatos en Pennsylvania, incluyendo los Teamsters, los Empleados Públicos y los Siderúrgicos, se presentaron en las protestas.
Concluye huelga en Los Angeles
Después de una huelga de 32 días que paralizó el sistema de transporte público de Los Angeles, los 4 mil 300 transportistas públicos del sindicato de Trabajadores de Transporte Unidos pusieron fin a la medida de fuerza con un nuevo contrato colectivo, en el que lograron un alza salarial y evitar nuevos límites sobre sus beneficios, así como modificaciones a ciertas reglas de trabajo. El reverendo Jesse Jackson se sumó a las negociaciones para facilitar su solución, y con ello poner de nuevo en servicio el sistema de autobuses públicos, que transporta a 450 mil usuarios. (Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington)