LUNES 23 DE OCTUBRE DE 2000

Ť Barak declarará un "tiempo muerto" en el proceso de paz con Palestina 


Condena la Liga Arabe a Israel,  pero no le aplicará sanciones

Ť Túnez, el único que rompe relaciones Ť La cumbre, decepción para los palestinos, dice Fatah

Ap, Afp, Dpa y Reuters, El Cairo, 22 de octubre Ť La cumbre de la Liga Arabe concluyó hoy aquí con una resolución de condena a Israel, al que acusó de reprimir el levantamiento palestino, pero sin haber respaldado sus críticas hacia Tel Aviv con medidas más enérgicas para sancionarlo por su papel en la escalada de violencia en los territorios palestinos y el descarrilamiento del proceso de paz en Medio Oriente.

Unicamente Túnez decidió romper relaciones con Israel en protesta por la violencia ejercida contra los palestinos, mientras los restantes jefes de Estado y de gobierno de las naciones que integran la Liga Arabe se limitaron a advertir sobre una eventual ruptura de las relaciones diplomáticas con Israel, lo que fue criticado por las facciones palestinas.

A su vez, el primer ministro israelí, Ehud Barak, que declarará un "tiempo muerto" en el proceso de paz con los palestinos, condenó el "lenguaje de amenaza adoptado durante la cumbre árabe".

"Barak puede irse al infierno", replicó el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, en reacción a la pausa declarada por el premier israelí.

Precisamente, el primer ministro israelí oficializó durante una reunión del Consejo de Ministros, una pausa en el proceso de paz pero no precisó ninguna indicación sobre a partir de qué momento ni sobre su duración.

El canciller israelí, Shlomo Ben Ami, se pronunció nuevamente contra la decisión de Barak de declarar una pausa en el proceso de paz, al señalar que en todo caso debería durar sólo unos días, mientras que el canciller jordano, Abdel Ilá Jatib, criticó la medida e insistió en la necesidad de la opción de la paz.

En su declaración de condena, los 22 líderes árabes pidieron la formación de una comisión de investigación internacional neutral bajo el patrocinio de la Organización de Naciones Unidas, el establecimiento de una eventual fuerza internacional de paz para proteger a los palestinos, y la creación de un Tribunal Penal Internacional para juzgar a los "criminales de guerra israelíes, autores de la matanza de palestinos".

La cumbre aprobó también la creación de dos fondos de apoyo a los palestinos por un monto total de mil millones de dólares y decidió mantener su adhesión al proceso de paz, pero determinó que de fracasar éste, se suspenderá la cooperación económica con Israel.

Tras la lectura del documento, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, expresó su deseo de que el mensaje enviado por la cumbre sea recibido toda vez que los árabes piden una paz justa, una estabilidad global y un mejor futuro para las generaciones por venir.

Más tarde, Barak oficializó su anunciada "pausa" en las negociaciones de paz, para hacer un "reexamen de la situación del proceso político, a la luz de los acontecimientos de las últimas semanas", aunque resaltó que Israel seguirá buscando la paz.

A pesar de ser perceptible el alivio de Israel con respecto a los temas que se abordaron en la cumbre, criticó el lenguaje de amenaza utilizado en la declaración final, y condenó los llamados a continuar la violencia, indicó un comunicado de la presidencia.

El portavoz de gobierno israelí, Machman Shai, dijo a la cadena de televisión estadunidense CNN desde Jerusalén, que la resolución final adoptada en El Cairo, constituye una "victoria de la cordura en el mundo árabe". Es quizá también "un mensaje para Arafat, para que acabe con la violencia", añadió.

Por su parte, un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores declaró la decepción del gobierno israelí por la decisión de Túnez de cerrar su oficina de intereses en Tel Aviv, lo cual, indicó, perjudica los esfuerzos destinados a promover la paz regional.

Sobre la decisión adoptada por el primer ministro de Israel, Arafat afirmó que el pueblo palestino va a continuar en el camino de Jerusalén, que la ANP reivindica como capital del futuro Estado palestino, "tanto si Barak lo acepta como si no". A su vez, el ministro de Cooperación Internacional, Nabil Shaat, calificó la decisión de Israel como una "nueva escalada", mientras que el principal negociador, Saeb Erekat, dijo que esto es una "bofetada" a los árabes.

La decisión de la cumbre árabe de condenar a Israel sin tomar medidas punit apedreado ivas, decepcionó a los palestinos. "La cumbre decepcionó las esperanzas del pueblo palestino. Deberían de haber tomado decisiones más prácticas", declaró Marwan Barghuthi, jefe de Fatah, principal componente de la Organización para la Liberación de Palestina, y al que pertenece Arafat.

Formaciones radicales palestinas, entre ellas los Frentes Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), y Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), también expresaron su decepción. "La cumbre no respondió a las mínimas demandas del pueblo palestino y árabe concernientes, sobre todo, a la ruptura de relaciones entre los países árabes e Israel", sostuvo el FPLP.

A su vez, el dirigente de Jihad en Gaza, Mohammad al-Hindi, afirmó que la resolución de la cumbre no tiene ningún valor y sólo es un intento por hacer abortar la Intifada.

Pero el secretario general de la Liga Arabe, Esmat Adbel Meguid, defendió las decisiones de la cumbre al señalar que la declaración es un mensaje para Israel, que "creo, ahora entiende la gravedad de la situación".

La Casa Blanca también ratificó su apoyo a las expresiones que reafirmaron la necesidad de un proceso de paz y de aplicar en su totalidad los acuerdos alcanzados en Sharm el Sheikh, el 17 de octubre, dijo un vocero que rechazó ser identificado y que se negó a comentar el comunicado final de la reunión de la Liga Arabe, que realizará su próxima cumbre en marzo entrante en Amman, Jordania.

Por otro lado, el presidente del gobierno español, José María Aznar, que se encuentra de visita en Irán, inició hoy un diálogo con el mandatario Mohammed Jatami, y con el vicepresidente Hassan Habibi sobre la crisis en Medio Oriente, mientras Teherán busca movilizar al mundo musulmán para apoyar la Intifada palestina.