LUNES 23 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Sergio Valls Hernández Ť
ƑCantidad vs. calidad de los juzgadores?
El Poder Judicial de la Federación tiene como propósito fundamental cumplir con el mandato constitucional de impartir justicia pronta, completa e imparcial. En ese contexto, al Consejo de la Judicatura Federal corresponde, entre otras tareas, incrementar la presencia de órganos jurisdiccionales en las regiones de nuestro país donde exista mayor demanda de justicia.
El ejercicio de esta tarea conlleva múltiples aristas para lo cual se han impulsado acciones encaminadas no sólo a hacer crecer el número de tribunales, sino a preservar la calidad en la impartición de justicia que exigen los artículos 17 y 100 constitucionales.
No debe desconocerse que se han levantado voces polemizando la conveniencia de la expansión del Poder Judicial, pues se tiene la opinión infundada de que su crecimiento es sinónimo de detrimento en la calidad de la impartición de justicia; sin embargo, los comentarios que enseguida se vierten demuestran que dichas afirmaciones están alejadas de la realidad, puesto que el Poder Judicial de la Federación, a través del Consejo de la Judicatura Federal, está trabajando no sólo para conservar la eficacia en el trabajo sustantivo de los tribunales, sino para hacer posible se eleve hasta la excelencia.
Entonces, el objetivo es privilegiar la calidad sobre la cantidad, porque si bien es cierto que es necesario instalar un gran número de juzgados y tribunales, también lo es que para atender esta demanda social sin menoscabar la eficacia de la justicia, de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y diversos acuerdos del Consejo, se han establecido procedimientos innovadores de selección de los juzgadores y de formación y actualización de éstos para el desarrollo de la carrera judicial, a fin de que la impartición de justicia continúe rigiéndose por los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia.
Prueba de ello es que desde agosto de 1995 se han celebrado nueve concursos de oposición para la designación de magistrados y ocho más para jueces de distrito, de los cuales dos concursos para magistrados y dos para jueces de distrito aún están en proceso.
Estos concursos de oposición, con sus respectivas variantes, por lo general constan de diversas etapas en las que los aspirantes a magistrados o jueces de distrito se someten a diversos exámenes de conocimientos como son: cuestionarios sobre conocimientos jurídicos; evaluación psicométrica y solución de casos prácticos, que consiste en la redacción de proyectos de sentencias, por escrito, y un examen oral.
Esta acuciosa selección permite afirmar que se busca que sean los mejores profesionistas, especialistas en la ciencia jurídica, los que resulten elegidos para cubrir las plazas vacantes de magistrados federales y jueces de distrito.
Otro aspecto, que se relaciona con la calidad de los juzgadores, es el relativo a su formación y actualización, tanto en sus etapas formativo-académicas, como cuando ya están ejerciendo su cargo de jueces. Como ejemplo tenemos el curso de inducción vocacional a la carrera judicial, dirigido a empleados del Poder Judicial de la Federación que sean pasantes o estudiantes del último periodo lectivo de la carrera de derecho, que se impartirá de octubre a diciembre de este año; la impartición de un sinnúmero de cursos de actualización en las diversas ramas del quehacer jurídico; la especialidad en Administración de Justicia en Juzgados de Distrito, que abarca de octubre a abril del año próximo.
Todo esto propicia tanto la enseñanza --o el perfeccionamiento-- de la formulación de actuaciones y resoluciones judiciales, como técnicas de organización y administración de la función jurisdiccional, lo que, sin lugar a dudas, conduce al desarrollo de la vocación de servicio y del ejercicio de los valores éticos inherentes a la función judicial, además de elevar la calidad en la impartición de justicia.
Efectivamente, la cantidad puede llegar a sacrificar la calidad del juzgador, aunque no necesariamente. Estamos conscientes de ello en el Consejo de la Judicatura Federal, como lo estamos de equilibrar cantidad y calidad. Es por eso que, paralelamente, se están llevando a cabo acciones que tienden no sólo a mantener, sino a elevar la calidad de la función judicial. No es válido subrayar solamente el incremento de órganos jurisdiccionales, también hay que destacar lo que se ha hecho, lo que se está haciendo y lo que se hará para que los jueces mexicanos sigan siendo juristas de excelencia. Ese es el objetivo: llevar la impartición de justicia a todas los lugares donde sea una demanda social, sí, pero con jueces de calidad.