LUNES 23 DE OCTUBRE DE 2000
Ť Samuel Schmidt Ť
Acusaciones desde EU
Las acusaciones han salido de Estados Unidos en los últimos días: un reportaje en la televisión pública mostró al ex comandante González Calderoni acusando a Carlos Salinas por el asesinato de dos colaboradores de Cuauhtémoc Cárdenas; la segunda fue una nota en El Paso Times, citando un expediente de la PGR donde se liga a Francisco Barrio con el narcotráfico.
Uno debe tomar este tipo de acusación con precaución, no solamente por la oportunidad en que se presentan: en un caso muy cerca de las elecciones en Tabasco, y en el otro cuando se anuncia el inminente nombramiento del gabinete de Vicente Fox, sino porque hay un tufo de conspiración que no queda nada claro.
González Calderoni es testigo protegido en Estados Unidos, normalmente estos personajes no dan entrevistas de prensa sino que se pierden en el anonimato, para eso son protegidos. Es muy posible que quienes lo protegen en el gobierno estadunidense (podría ser la DEA) hayan autorizado la entrevista, lo cual es una seria interferencia en asuntos de política interna mexicana. Pero, además, este ex comandante tiene una fama de corrupción escandalosa, además de ser famoso por sus acusaciones sin sustento, tal y como hizo con Ernesto Poblano, para descarrilar su solicitud de asilo político en Estados Unidos.
El ex comandante dice que le pidió al Señor de los Cielos que por favor se entregara, pero no dice por qué no lo arrestó o quién le ordenó no arrestarlo. Si su jefe, el procurador general, supo de tal entrevista con el narcotraficante, es culpable de negligencia, de complicidad y de proteger a un delincuente, y la Procuraduría tiene que actuar contra él.
Y en la misma dirección está la otra nota. La reportera paseña cita un expediente de la Procuraduría en el que se solicita la repatriación de un narcotraficante y en éste se mencionan los contactos de Francisco Barrio con el Señor de los Cielos, cuando el primero era gobernador de Chihuahua. La fuente de la acusación es el tesorero del narcotraficante, y sin juzgar los méritos de la misma, y tratándose de un documento oficial, la Procuraduría debe investigar, cosa que no ha hecho. Queda la duda sobre quién filtró el documento, y para mí hay cuatro candidatos: la DEA, la FBI, el Departamento de Estado y la Procuraduría. En el caso de los tres primeros hay intervención en política interna mexicana.
Hay quien sostiene que Salinas llevó la influencia del narcotráfico hasta los niveles más altos de la política, pero cada vez hay más señales de que la institución encargada de aplicar la ley, simplemente decidió pasar por alto su obligación. De ser así, los procuradores de la época de Salinas nos deben muchas explicaciones.
Pero vease el contraste. Mientras la persecución política --incluido el asesinato político-- avanzó sin freno, también lo hizo el narcotráfico, que se va asentando en distintas partes del país, como Chihuahua, con la aparente complacencia del gobierno en todos sus niveles, y en esto no solamente es responsable Salinas y el procurador, sino también el gobernador, su procurador, Francisco Molina, y sus autoridades subordinadas.
La acusación del narco incrimina a seis gobernadores, de los cuales uno anda huyendo y otro pretende erigirse en la conciencia moral de la nación.
La reacción de la señora Sahagún, según el diario paseño, fue asegurar la honorabilidad del señor Barrio; Vicente Fox mismo se lanzó contra los medios de comunicación, lo cual muestra que el nuevo gobierno decidirá ignorar estas llamadas de atención, porque para ellos las críticas no son más que provocaciones. Esto con el tiempo se convertirá en la mayor vulnerabilidad de ese gobierno y me temo que lo traten de corregir con el viejo recurso del cochupo.
Es muy posible que Barrio, Molina, Benavides -era el comandante de la Judicial con Barrio- sean totalmente inocentes de las acusaciones que se les han hecho, y ojala así sea, pero esto no lo demuestran los desplegados periodísticos, lo debe demostrar una investigación de la Procuraduría.
Igualmente debe suceder con Carlos Salinas, quien ya entrados al tema del narcotráfico, deberá responder ante las autoridades federales de lo criminal. Queda claro que estos temas no pueden seguir siendo materia de litigio en los medios.
Muchos panistas dicen que los editorialistas debemos poner demandas y acusaciones formales; sin embargo, si la Procuraduría acepta testimonios de videntes y narcotraficantes, de grabaciones filtradas a la televisión, también deben tomar la información que aparece en los periódicos, y en este caso con más razón, ya que sale de un expediente de la misma Procuraduría.
Esta exigencia podría meternos en el círculo vicioso de la incompetencia policiaca, aunque posiblemente la discusión tenga algo más de fondo. La Procuraduría no investiga lo que dice la Procuraduría, tal vez porque como dicen algunos profesionistas: perro no muerde a perro, Ƒserá? ƑO ahora sí estamos frente a la madeja de la impunidad?