LUNES 23 DE OCTUBRE DE 2000

Ť La comunidad indígena busca recuperar tierras


Luchan en Zirahuén contra el asedio de consorcios turísticos

Ť Cárcel, represión y desatención enfrentan los michoacanos

Rosa Rojas, enviada, Zirahuén, Mich., 22 de octubre Ť La lucha de esta comunidad indígena para recuperar las 21 mil 500 hectáreas de tierras comunales que amparan sus títulos virreinales de 1731 es cada vez más difícil, pues además tienen que evitar que grandes consorcios turísticos nacionales e internacionales, en connivencia con autoridades locales y federales, las despojen de sus tierras.

"Si aquí va a haber desarrollo turístico lo vamos a hacer nosotros", dice Marcos Paz Calvillo, presidente del comisariado de Bienes Comunales de la comunidad indígena de Zirahuén. Esa determinación, que es algo a lo que tienen elemental derecho, de acuerdo con el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), firmado y ratificado por México, les ha costado represión y cárcel.

Hace 15 años, los habitantes evitaron que el Club Mediterranee los pusiera en el mapa de sus exclusivos hoteles. Para ello, Marcos Paz participó en la primera huelga de hambre realizada en el Zócalo de la ciudad de México, organizada por la Coordinadora Nacional de Pueblos Indios.

En 1997 frenaron la construcción -en 68 hectáreas- de un hotel de 362 habitaciones, fraccionamiento turístico con campo de golf y pista de aterrizaje, que con capitales alemanes y japoneses pretendía construir Guillermo Arreola, director general de Impulsora de Zirahuén, dueño de unas cabañas turísticas y un restaurante de lujo a la orilla del lago, edificados en tierras que la comunidad reclama como suyas. Arreola nunca contestó las llamadas de La Jornada para dar su punto de vista.

"Paramos las máquinas, ya habían cortado pinos y estaban aplanando, a mí me acusaron de despojo, asociación delictuosa y daño en las cosas", dice Paz, mientras acompañado por un grupo de comuneros y el presidente del consejo de vigilancia local, José de Jesús Mendoza, hace un recorrido por el lugar.

La lucha por el agua

Durante el trayecto por el lago, en una de las lanchas que dan servicio de transporte turístico a los visitantes, ponderan la limpieza de sus aguas, señalan orgullosos las partes reforestadas con pinos en las laderas con fuerte declive, donde como plagas surgen cabañas de fin de semana de gente que, afirman, "han contado con protección policiaca de la Judicial del estado, de la policía de Uruapan o la del municipio de Salvador Escalante -a este último pertenece Zirahuén- para construirlas.

"Aquí, más que el desarrollo lo que hemos querido es cuidar nuestro lago, ƑAdónde ha visto un lago como éste en el país, tan limpiecito? Chapala ya se acabó, Pátzcuaro es una ruedita que apesta, es una tristeza. En el lago de Zirahuén hay pescado blanco, truchas, carpa de Israel, han pescado una hasta de 70 kilos; lo más parecido es la laguna de Agua Azul, en Chiapas, pero ahí masacraron a la gente y les quitaron el lago", comentó Marcos Paz Calvillo.

Explicó que desde 1990 se formó una organización: Coordinadora para el Desarrollo del Lago de Zirahuén (Codelazi). Han hecho trabajos con 14 comunidades para conservar el lago: Santa Isabel Ajuno, San Miguel Charahuén, las comunidades indígenas y agrarias, de Zirahuén, Copándaro, Agua Verde, De la Palma, Santa Rita, Iramuce, Chapa, de Santa Clara del Cobre y de Opopeo, entre otras.

Se han trabajado hasta ahora 12 mil metros de presas de gavión, rellenas de piedra filtrante, para evitar que se vaya el azolve al lago; han hecho presas de costal, presas de tronco y rama, presas de piedra acomodada, de maya ciclónica y reforestación en toda la cuenca, para que no se azolve el lago. Sólo la comunidad indígena de Zirahuén ha reforestado 810 hectáreas, han plantado en la ribera, donde hay más pendiente, huertas de durazno diamante, "este es el mejor lago que le queda al país, que no está tan contaminado", insiste.

Cuentan los comuneros que hace poco más de dos años, cuando lograron que el gerente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Morelia -cuyo nombre no recuerdan- clausurara 33 tomas clandestinas que extraen agua del lago, el nivel de éste se recuperó dos metros y medio en seis meses.

"Fuimos campesinos de cuatro regiones: Zitácuaro, Tacámbaro, Zacapu y Zirahuén pidiendo que se nos respetara el agua en todas esas partes, porque donde quiera están sacando el agua con bombas para regar cultivos de aguacate. No nos quitamos de la delegación de Conagua hasta que sellara las bombas en las cuatro regiones, y terminando de sellar 33 bombas que hay zirahuen-lago-jpg en Zirahuén, de las cuales dos son de Martínez Villicaña (Luis, ex secretario de la Reforma Agraria 1982-86), y ocho de Guillermo Arreola, de ocho pulgadas cada una, corrieron al delegado de Conagua".

Duraron como un año selladas las 33 bombas y después sus dueños volvieron a abrirlas. "Luego, la concesión de las bombas que están en Tepaneo salió a nombre de Martínez Villicaña. Sólo hay dos concesiones, la de éste y la de Arreola. Todas las demás tomas son clandestinas".

Otro que está sacando fuertes cantidades de agua del lago, denuncian, es Rito Mendoza, que es el más fuerte aguacatero de la región, para regar sus huertas en Copándaro, "que están en tierras comunales y otras en Jujucuato y en Charo, también en terrenos comunales. El se metió hace como 25 años en El Charo. Sigue sacando el agua a la fuerza, él no tiene concesión".

Agregan que Rito "se lleva también el agua de manantiales. En Jujucuato hizo cuatro depósitos y le vende el agua a los aguacateros. Rito dice que es pequeño propietario, pusimos una queja y no tenía escrituras, lo mismo que todos los terratenientes que se sacaron de aquí, que no tenían escrituras y tenían haciendas, eso fue hace como 35 años. La comunidad recuperó toda su tierra que les habían quitado a los antepasados".

Ubicado a 12 kilómetros de Pátzcuaro, a sólo 5 horas y media de la ciudad de México por la autopista que pasa por Morelia, rumbo a Uruapan, el lago de Zirahuén es una belleza natural rodeada de bosques en cuya cuenca las comunidades de los alrededores han plantado más de cuatro millones de árboles en la última década.

La comunidad indígena (CI) de Zirahuén y sus cinco anexos: Copándaro, Agua Verde, Jujucuato, Turián Bajo y Santa Ana, está integrada por 986 comuneros y comuneras de Zirahuén.

Paz y Mendoza afirman que los comuneros están en posesión de la mayor parte de las 21 mil 500 hectáreas del lugar. Son purépechas, pero ya no hablan el idioma. La comunidad tiene títulos virreinales de 1731, aprobados en 1733. En este año le entregaron la tierra a la comunidad con amparo de la Corona española. "Desde entonces estamos en posesión y la hemos estado peleando". En 1942 hicieron solicitud de reconocimiento y titulación y salió negativa.

Los títulos fueron certificados en 1954, con trabajos de paleografía. De ahí salieron cinco ejidos, "no hay pleito con ellos porque queda entre campesinos". Son las comunidades agrarias de Zirahuén, Copándaro, hoy Plutarco Elías Calles; ejido Agua Verde y ejido Tarascón.

Gracias a aquella lucha salió una resolución presidencial en 1970, les regularizaron 604 hectáreas para 504 comuneros; les entregaron la tierra en la punta de un cerro, impropia para la agricultura. Impugnaron la resolución presidencial pero ésta quedó firme.

"Abrimos nuevo expediente de reconocimiento y titulación complementaria de bienes comunales, publicado en el Diario Oficial de la Federación y en el del estado en 1980". Con base en eso, explican, en 1999 les hizo entrega precaria la SRA de 856 hectáreas que no estaban legalizadas, mismas que quedaron incorporadas al régimen de comunidad, "firmaron de conformidad todos los comuneros que quedaron en el nuevo censo".

Piden que se le reconozca y titule la demás tierra que le hace falta a la comunidad, como 16 mil hectáreas, "la mayor parte estamos en posesión de la tierra" afirmaron, aunque para la Secretaría de la Reforma Agraria, el dictamen negativo del 26 de marzo de 1997 del Cuerpo Consultivo Agrario se basó en la investigación realizada por el comisionado en 21 mil 183 hectáreas.

De ellas, dice la dependencia, "4 mil 421 hectáreas corresponden a terrenos de propiedad ejidal; 604 hectáreas son terrenos comunales; 14 mil 906 hectáreas son pequeñas propiedades; 28 hectáreas conforman una zona urbana y mil 222 hectáreas son ocupadas por el lago de Zirahuén.

"La SRA tramitó, integró y puso en estado de resolución el expediente relativo, que se remitió al Tribunal Superior Agrario, con el número 531578, el 9 de mayo de 1997. Aún no ha sido emitida sentencia alguna. El Tribunal Unitario Agrario competente emitirá la resolución.

"La Unión de Comuneros Emiliano Zapata (UCEZ) ha hecho alusión de que a la comunidad de Zirahuén le pertenecen 16 mil hectáreas, pero de los antecedentes mencionados no existe evidencia de que de hecho o por derecho la comunidad guarde el estado comunal sobre esa superficie", señala la SRA.

Paz y Mendoza, así como Efrén Capiz, dirigente de la UCEZ, entrevistado por separado, aseguran lo contrario. Capiz explicó que de acuerdo con el artículo 27 constitucional y a la anterior Ley Federal de Reforma Agraria, vigente para los litigios agrarios pendientes, las más de 10 mil hectáreas que de hecho recuperó la comunidad -por lo cual fueron aprehendidos y encarcelados en 1979 más de 150 comuneros, que finalmente, gracias a las movilizaciones campesinas salieron bajo fianza- son inalienables, inembargables e imprescriptibles y todas las diligencias promovidas por sedicentes pequeños propietarios son "inexistentes".

Historia virtual

Esta historia ha trascendido los límites del país y se encuentra en el espacio virtual. En Internet, en la página http://zirahuen.free.fr, se puede leer en el espacio creado por la Asociación de Zirahuén, adherida a la Federación Francesa de los Clubes de la UNESCO.

Esta asociación, dice el texto en francés, mantiene relaciones con la comunidad indígena de Zirahuén desde 1991. Sus metas son hacer saber las realidades geográficas, sociales y culturales de la comunidad y acompañar los proyectos de desarrollo elaborados y realizados por la misma.

Relatan ahí que en 1979 la UCEZ logró que el titular de la SRA ordenara trabajos técnicos realizados por 200 ingenieros y técnicos que midieron las tierras de la comunidad para integrar el expediente respectivo, pero entonces el expediente "se perdió", confirmó Capiz, durante el tiempo en que Martínez Villicaña fue titular de la SRA y sólo apareció después de la marcha que la UCEZ realizó al DF.

Entonces, ya siendo titular de la dependencia, Rafael Rodríguez Barrera "ordenó que el expediente debía aparecer. Y apareció aunque saqueado. Hicimos gestiones para que se repusiera el expediente, presentamos algunas pruebas, unas no se han desahogado todavía y ahí está el expediente en el tribunal; ahí hay mucha presión de los terratenientes", indicó Capiz.

Paz Calvillo y Mendoza explicaron que hace unos 25 años llegó Guillermo Arreola a Zirahuén. "Una gente le vendió un terreno de una hectárea y puso unas cabañas a la orilla del lago. Quiso explotar el bosque, empezó a cortar madera del bosque y lo paramos".

"Martínez Villicaña, cuando era titular de la SRA, le firmó a Arreola, que argumentó con un estudio de un ingeniero Punzo que no eran terrenos comunales ni ejidales, pero son parte de los terrenos comunales. Arreola le construyó cuatro cabañas a Martínez Villicaña en el Rincón de Agua Verde. La gente dice que sí viene Martínez Villicaña de cuando en cuando. Arreola dice que son de él, pero toda la gente allá dice que son de Luis Martínez.

"Hace como cinco años nos despojaron como de 50 hectáreas del paraje La Yacata, ubicado en Tepaneo. Llegaron pistoleros armados, habíamos hecho reforestación en cuatro etapas, había pinos de cuatro años y se metieron y empezaron a plantar una huerta de zarzamora. Hace como un año que la concesión del agua que están usando para regar esa huerta salió a nombre de Martínez Villicaña. Saca agua con un sistema automático de EU, un tubo de ocho pulgadas, y lo hace de día y noche".

Mencionan que otro despojo lo hizo Mauricio Vega hace año y medio, en un potrero de 8.5 hectáreas en el paraje El Plan de Temúcharo. "Vega -aseveró Paz Calvillo- le ha pegado a algunos comuneros, llega a los bailes echando balazos y dice que es primo hermano de Agustín Arriaga Díez, pariente de Agustín Arriaga Rivera, que fue gobernador, y que está como coordinador de la Cuenca del Lago de Pátzcuaro y Zirahuén. Vega ha querido hacer desarrollo turístico en la ribera del lago y ha metido lanchas. Nos quiere despojar a la fuerza. En la Semana Santa trajo un yate, hizo publicidad, trajo ocho lanchas de cámara y cuatro de motor, cobrando 200 pesos por media hora en cada lancha de cámara". La comunidad se organizó, lo detuvo y echó las lanchas para fuera.

Proyecto soslayado

El comisariado de Bienes Comunales informó que en Zirahuén presentaron, hace unos cinco años, al gobernador de Michoacán, Víctor Manuel Tinoco Rubí, un proyecto de ecoturismo para el desarrollo, elaborado con apoyo del Instituto Nacional Indigenista, que sería todo construido con material típico de la región, controlado por las comunidades. Pondrían 12 cabañas y un salón de usos múltiples. Aparte quieren levantar un criadero de venados y un estanque para truchas. Le pedían la concesión del proyecto a nombre de la comunidad.

Entonces Tinoco Rubí "le pasó el plano al entonces delegado de la Sedue, Fausto Vallejo, para que lo agilizara, y nunca contestaron". Apenas ahora se ha abierto una esperanza de lograr echar a andar ese proyecto, ya que el gerente de FIRA en Michoacán ofreció que ellos financiarán el proyecto, que tendría que ser tripartita: gobierno estatal, federal y la comunidad. Serían unos 7 millones de pesos.

La comunidad pondría su parte, explicó Paz Calvillo, con el terreno a la orilla del lago, materiales de construcción como madera y piedra y la mano de obra.

"El gerente de FIRA decía que quede dentro del consejo administrativo personal de FIRA; me negué, le dije que no porque la comunidad va a estar pagando los intereses, que nomás financie FIRA y lleve la contabilidad, pero no con poder de decisión porque luego ya ve cómo ha pasado en otras partes, que aconsejan a la gente que sean dueños unos cuantos y si no queremos el desarrollo turístico que sea sólo para Arreola... aquí queremos que sea para todos, que haya cursos de capacitación para los jóvenes que atiendan las cabañas, y que haya técnicos para dar la capacitación", explicó.

Respecto al bosque, del cual la comunidad cuenta con 8 mil hectáreas, informó que antes tenían un aserradero comunal con seis sierras chicas y estaban por instalar otra de cinco pulgadas, "no se alcanzó a instalar porque el grupo que tiene Guillermo Arreola, entregando yo el comisariado el 4 de mayo de 1981, y el 28 de mayo entró un grupo de gente, comuneros y no comuneros pagados por Arreola y tomaron el aserradero, se robaron todo, desmantelaron la infraestructura, permanecieron en el aserradero; Arreola les pasaba armas de alto poder en la tarde y en la mañana se las regresaban en las cabañas.

"La gente incondicional de Arreola hizo canchas de basquetbol a la orilla del río donde estaba el aserradero. Tomamos Gobernación hasta que tuvieron que hacernos entrega del aserradero y el entonces gobernador, Genovevo Figueroa, se comprometió a reponer la maquinaria que faltaba y dejar funcionando el aserradero comunal. Formó una comisión de muchas dependencias para intervenir pero no cumplió ni se castigó a los que hicieron los daños, serían unos 30, pero nosotros no quisimos que hubiera enfrentamientos".

Paz Calvillo informó además que están a la espera de que la titular de la Semarnap, Julia Carabias, responda la petición que hizo la comunidad para que la cuenca del lago de Zirahuén se declare zona natural protegida, lo que les ayudaría a combatir la tala ilegal.

Se ha solicitado también al gobierno estatal y a la Semarnap que se dé tratamiento a las aguas del río de El Silencio, que desemboca en el lago cargado con aguas del drenaje de Opopeo, Casas Blancas, y Santa Clara, donde viven como 50 mil habitantes, "pero que se haga un estudio para ver si se ponen filtros o digestores y no plantas de tratamiento. Yo anduve un mes en Francia (con los integrantes de la Asociación de Zirahuén) y vi que están tratando el agua por medio de filtros y no tiene costo, porque las plantas tratadoras sin financiamiento para funcionar son inútiles pues gastan mucha energía eléctrica, 40 o 50 mil pesos mensuales".

Indicó Paz Calvillo que en el pueblo no hay drenaje, "no dejamos porque entonces vendría a dar al lago y lo contaminaría, hay fosas sépticas".

Por su parte, el coordinador de Desarrollo Regional de Pátzcuaro-Zirahuén, Agustín Arriaga Díez, quien se deslindó de Mauricio Vega, dijo que éste "no es persona de mala fe". Informó que el grueso del trabajo de su dependencia se realiza en Pátzcuaro, si bien en Zirahuén se efectúa alguna reforestación y se están instalando algunas letrinas.

De la solicitud de instalación de filtros para el tratamiento de las aguas del río El Silencio, comentó que "la distancia y las cualidades del subsuelo son el mejor filtro natural".