LUNES 23 DE OCTUBRE DE 2000

Ť 35 años de movimientos rebeldes en México


Dudan ex combatientes del fin de la guerrilla con Vicente Fox

Ť El guanajuatense, indiscutible continuador de Zedillo: Montemayor

José Gil Olmos /I Ť A lo largo de 35 años la guerrilla se ha mantenido viva en México y, según ex combatientes, será difícil que desaparezca durante el gobierno de Vicente Fox si no se resuelve la situación de miseria y pobreza en que se encuentran 40 millones de mexicanos.

Los ex guerrilleros advierten que si a lo largo de este periodo se han generado cerca de 50 grupos en más de la mitad del territorio nacional -con más de 3 mil participantes en la década de los 60 y 70, y probablemente el doble después del 94-, los movimientos armados podrían aumentar si no cambia el enfoque policiaco-militar con que el gobierno ha tratado el conflicto.

A partir del 2 de julio, con la caída del PRI de la silla presidencial, se han vertido diversas opiniones de que las agrupaciones armadas ya no tienen razón de ser porque el país ha entrado a un proceso de transición a la democracia y existe mayor apertura de participación política.

Sin embargo, para Salvador Castañeda, uno de los fundadores del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), y actual responsable de la subdirección de publicaciones y documentación de literatura del INBA, "es una utopía" el cambio democrático proclamado por Vicente Fox "porque mantendrá las relaciones de poder y sólo apuntalará el modelo económico neoliberal a través de la venta de Pemex, la privatización de la electricidad, el aumento de impuestos y el apoyo a las empresas trasnacionales".

El historiador Carlos Montemayor señala que si se hace un recuento de la alternancia de partidos políticos, se puede llegar a la conclusión que hay cambios, pero advierte que no se ha sabido ver el otro México, "el México sin asfalto, el México indígena y rural, donde hay una injusticia y un retraso que no es posible ver en las avenidas de las principales ciudades del país".

"Creo -añade- que estamos un poco cegados por los acontecimientos del 2 de julio. En realidad, el cambio del que se habla ahora empezó desde 1982 cuando Miguel de la Madrid inicia una nueva política económica que consolida Carlos Salinas de Gortari, que continua Ernesto Zedillo y que tiene como principal e indiscutible continuador a Vicente Fox. Por lo tanto, Fox no inicia una nueva era, es el cuarto gobernante de una etapa que empieza hace 18 años y eso significa que las transformaciones sustantivas del país en los próximos seis años serán las que dejaron pendientes los regímenes pasados".

Mario Ramírez Salas, ex miembro del Partido de los Pobres (PDLP) creado por Lucio Cabañas -en el que fue responsable de contactar a la Liga Comunista 23 de Septiembre-, al describir la continuidad de los movimientos guerrilleros señala que "la Ťepr-jefes-grupo-armado-jpeg historia del EZLN demuestra que la violencia, la pobreza y la ideología impulsada por determinados grupos, que también vienen de los 70, propiciaron la nueva guerrilla".

De cara a la etapa de la política nacional que se espera iniciará el 1o. de diciembre, los ex rebeldes entrevistados critican también que los foxistas quieran adjudicarse el inicio del cambio, haciendo a un lado 35 años de lucha guerrillera ininterrumpida.

Felipe Edgardo Canseco, antiguo activista del Partido Revolucionario Obrero Clandestino-Unión del Pueblo-Partido de los Pobres (PROCUP-PDLP), sostiene que la derrota del PRI y la victoria del PAN no puede entenderse sin el empuje que durante décadas realizaron los grupos armados.

Montemayor, autor de la novela La guerra en el paraíso, en la que relata parte de la lucha de Lucio Cabañas, concluye que no hay duda que los grupos guerrilleros han sido actores importantes en el proceso de democratización.

"Por supuesto, en este largo proceso de transformación política del país, y particularmente de consolidación de espacios electorales, transparentes, los movimientos armados fueron elementos importantísimos para el cambio de actitud del poder oficial. Sería imposible entender esta disposición de iniciar la reforma política de México sin tomar en cuenta la participación de dichos movimientos".

Punto de partida

Para la mayoría de los entrevistados, el intento fallido del profesor Arturo Gamiz García y el doctor Pablo Gómez Ramírez, a la cabeza de un grupo de ocho hombres pobremente armados, por tomar el cuartel militar de Madera, Chihuahua, la madrugada del 23 de septiembre de 1965, es el punto de partida para el surgimiento de distintas agrupaciones armadas en muchas regiones del país.

La diputada local Alma Gómez -hija de Pablo Gómez- sostiene que este fue el primer intento serio de un levantamiento armado organizado que pretendió cambiar el país, como lo explican en sus documentos originales en una página de Internet desde el pasado 23 de septiembre, en los cuales hablan de la necesidad del cambio revolucionario y la posibilidad de llegar al "socialismo".

Sobre todo después de la matanza de Tlatelolco, los grupos armados se esparcieron en casi todo el país, principalmente en Baja California, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Nayarit, Tamaulipas, Jalisco, Veracruz, Hidalgo, Distrito Federal, México, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Michoacán. Esto es, en tres cuartas partes del país.

La historia oficial registra la presencia de 16 agrupaciones clandestinas armadas que Enrique Condés Lara, ex integrante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Estudiantil (MIRE), enumera en un reciente trabajo titulado ƑQué nos mueve ahora?: Asociación Cívica Guerrerense, Liga Comunista 23 de Septiembre, Partido de los Pobres, Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, Lacandones, Guajiros, Frente Urbano Zapatista, Liga de los Comunistas Armados, Comandos Armados del Pueblo, Ejército Revolucionario del Sur, Grupo Octopus, Frente Estudiantil Revolucionario, Movimiento de Izquierda Revolucionaria Estudiantil, Movimiento de Acción Revolucionaria, Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo y la Acción Cívica Nacional Revolucionaria.

Sin embargo, los mismos ex combatientes recuerdan la presencia de otros grupos: el Movimiento 23 de septiembre integrado a raíz de los sucesos en Madera; el Partido Obrero de Luchas Revolucionarias (CLR) que operó en la UNAM luego de la represión de Tlatelolco, el Comando Armado de Chihuahua, la Liga Obrero Marxista en Baja California, la Brigada Revolucionaria Emiliano Zapata en Guerrero, Los Macías de Monterrey, Los Procesos de Sinaloa , La Liga de los Comunistas Armados, el Comando Armado del Pueblo y el Núcleo Central.

El general Mario Arturo Acosta Chaparro, en su informe Movimientos subversivos en México inclusive llegó a registrar 40 agrupaciones armadas en un amplio recuento elaborado hasta 1990 y que a raíz de la aparición del EZLN en Chiapas en 1994, presentó al gobierno de Carlos Salinas, con un epílogo dedicado a los zapatistas.

Felipe Edgardo Canseco, ex miembro del PROCUP-PDLP, sostiene que la aparición de tantos grupos se relaciona directamente con el nivel de represión que el gobierno ha ejercido contra los movimientos sociales de inconformidad y por el cierre de los espacios de participación política.

Recuerda que los antecedentes de la intentona de asalto al cuartel de Madera, fueron una serie de represiones a los movimientos ferrocarrilero, médico, magisterial y campesino, entre los que destacó el asesinato a Rubén Jaramillo y su familia, en 1965.

Esta situación, resume, sirvió para la creación de los tres primeros antecedentes del auge guerrillero de los 70: el grupo formado guerrillero que nunca tuvo nombre formado por el profesor Gamiz y el doctor Pablo Gómez Ramírez en Chihuahua; el Partido de los Pobres, en 1967, por Lucio Cabañas, que operó principalmente en Guerrero, y la agrupación Unión del Pueblo, creada hacia 1965, y que tuvo presencia en el Distrito Federal, Oaxaca y Jalisco.